Los 3 mejores libros de Samanta Schweblin

Muchos de los grandes escritores o escritoras de relatos y cuentos tienen algo de evocación lírica. Lo breve permite ese equilibrio entre historia a contar, ritmo y forma. Un conjunto que hace brillar la metáfora como esmerado símbolo hacia una mayor proyección del lenguaje, adornado con luces de profundidad.

A mi entender, transmitir lo más completo y complejo bajo el condicionante de la brevedad espacial, hace destacar al narrador verdaderamente capaz de contar la vida desde sus personajes y escenarios de sumaria teatralidad y de innegable construcción lírica.

Y ahí es donde aparece una escritora como Samanta Schweblin, una de esas especialistas sin red del relato con la que comparto generación y a la que equiparo a otros de los últimos narradores del mundo analógico como Oscar Sipán o Patricia Esteban Erles, escritores de mi tierra con los que disfruté de esta suerte de narrativa breve generacional.

Samanta Schweblin, de la misma forma que los antes citados, se abrió paso conforme acaparaba grandes premios de relatos, hasta esa transición natural que es el paso a la novela como complemento a una vocación cuentista que continúa alternando entre sus historias de largo recorrido.

Top 3 libros recomendados de Samanta Schweblin

Distancia de rescate

El paso de Samanta como narradora de lo breve a novelista se materializó en esta novela como un regusto a melancólica despedida, sin llegar a construir una novela de muchas páginas ni tampoco afrontando la trama con los resortes propios del relato.

Y en la indecisión más o menos buscada disfrutamos de un maravillo relato hecho novela corta, con una sintonía formal repleta de metáforas y una prolongación del hilo narrativo que permite saborear durante más tiempo una ambrosía literaria.

Samanta no se anda por las ramas a la hora de invitarnos a leer una primera novela visceral que nos enfrenta a la tragedia, una tragedia que se va desmenuzando entre lo físico y lo espiritual, entre lo que condujo a Amanda aún estado próximo a la muerte y el dolor de poder separarse de su hija, una separación que nunca debiera sobrepasar los límites de la distancia de rescate entre una madre y una hija ante tantos potenciales peligros.

Lo que ocurrió con Amanda queda suspendido en un tenue haz de luz, un relato que pende de las sensaciones de la mujer moribunda, apenas presente en ese box de emergencias…

Kentukis

El oficio del novelista supone una ardua tarea de depuración. Puede sonar pretencioso para un escritor como yo, que apenas habré vendido un par de miles de libros. Pero cada cual en su nivel descubre cuánto hay de cierto en ello.

Samanta también habrá ido depurando todos sus grandes recursos para el relato que quizás finalmente supongan un lastre cuando la idea es extender una historia, meterle más ramificaciones y más circunstancias. Pero con esta novela Kentukis queda patente que la tarea está conseguida.

La atomización de la novela en diversos personajes mantiene esa unidad necesaria de una novela entendida como tal. La idea de la novela, su hilo narrativo, pasa a ser ese atormentador efecto mariposa de la conectividad, de Internet.

La sensación de que todo está al alcance de un dedo, como dioses de la nada. Y la perspectiva de Samanta, la plasmación de esta novela apunta a la extraña sensación de tenerlo todo al alcance de un dedo; a la delirante necesidad de exponernos al mundo con la imagen de lo que nos gustaría ser; al riesgo de someternos todos a los dictados de esa red convertida en guía espiritual hacia el abismo.

Pájaros en la boca y otros cuentos

Un volumen que compendia lo mejor de esa entrega al relato por parte de una autora de brillante capacidad creadora. Ningún otro libro mejor que esta antología para abordar toda esa vida, luz, tensión y muerte que albergan tantos y tantos relatos de la escritora argentina.

Los veinte relatos seleccionados finalmente para esta composición invitan a un intenso viaje a esa maravillosa y extraña frontera donde se difuminan las grandes historias justo antes de despertar. Solo que Samanta sabe donde está la puerta para regresar a tomar notas y no tiene ningún problema en sentarse a escribirlo con todo lujo de detalles.