Descubre los 3 mejores libros de Patricio Pron

Con un nombre fácilmente recordable por su musicalidad, el argentino Patricio Pron apunta a convertirse en un escritor de referencia en este siglo XXI. Maestro del relato en una generación propicia y fecunda para esta síntesis narrativa, como así demuestra la también argentina Samanta Schweblin o un Oscar Sipán porque siempre sentí predilección en ese campo del relato, un espacio creativo en el que la virtud del narrador dotado para el símbolo y la metáfora brillante, destaca sobremanera y se hace fundamental para un gancho más potente de lo narrado bajo ciertas acotaciones de palabras.

Con el premio Alfaguara de novela 2019, Pron ratifica, con el espaldarazo de un gran premio que unir con muchos otros ya logrados, su capacidad para transitar del cuento y relato al mayor espacio físico (no tiene por qué ser mayor en argumento o trascendencia) de la novela. Y así encontramos al escritor total, curtido en pequeñas y grandes historias para abordar temáticas y aspectos bien dispares con un apabullante dominio de ritmo, tensión y tempo narrativo.

Argumentos para escribir novelas los hay muchos. Pron «tan solo» hace un ejercicio de observación de la realidad para descubrir desde tramas policíacas hasta grandes historias de amor. Porque uno de los más reconocidos valores de Pron es esa credibilidad de unos personajes que invitan a la empatía de lo reconocible para acabar empapándonos de la historia como una lluvia torrencial que nos descubriera desnudos.

¿Cómo abordar la obra de Pron? ¿Por dónde empezar a leer, novelas o relatos? Da igual, descubrir a Pron siempre es una fiesta.

Top 3 libros recomendados de Patricio Pron

El comienzo de la primavera

Lo vivido por un escritor tiene muchos boletos para convertirse en escenario de una trama. Y La trama de esta historia en una Alemania pateada por el autor durante años se transforma en un nuevo viaje desde la filosofía hasta los reflejos más siniestros del pensamiento humano. Martínez es ya todo un traductor argentino en busca de Hollenbach, un filósofo del que tiene que traducir su obra.

Por momentos el seguimiento del pensador y creador de la obra a traducir se convierte en un argumento que aporta misterio, pues el susodicho parece plantear un juego enigmático de su búsqueda a un Martínez cada vez más confuso con su paradero.

Pero a la postre la historia avanza por derroteros muy diferentes. Más allá del deseado encuentro, la búsqueda va estructurando la novela, llevando el peso narrativo hacia un espejo continuado y deformante de la realidad, un pasado oscuro de la Alemania que se acercaba al abismo de la guerra y de la locura. Una novela tan arriesgada como cautivadora.

El comienzo de la primavera

Lo que está y no se usa nos fulminará

El relato bien entendido ofrece muchas posibilidades para transmitir o para componer historias sencillas pero exquisitas o complejas pero brillantemente metafóricas.

Lo breve tiene un no sé qué de predestinación, de acercamiento a la evidencia de lo que se va a contar ya en las primeras palabras…, quizá por ahí venga esa necesidad de dar empaque al título. Y, sin embargo, el relato desprende otro aroma diferente a la novela.

No se debe tanto a la prosa y puede sucumbir a lo lírico o a lo onírico. Los personajes actúan con la comodidad de lo breve o sucumben a una interpretación improvisada que no espera un final especialmente matizado.

El relato como género es mayoritariamente abierto, tendente a la suposición y la divagación, como un aperitivo que se degusta con mayor placer que un menú pantagruélico de cientos de páginas. Así que no siempre es fácil escribir relato para todo escritor. La virtud debe aflorar en esa capacidad gloriosa de la síntesis…

Resumen: Dos escritores se ponen de acuerdo para escribir la «autobiografía» del otro y una lectora se obsesiona con ambos o solo con uno de ellos. Un hombre redacta mentalmente su perfil de Tinder mientras una niña le habla de la muerte y los horribles secretos que se cuentan las cosas.

El «gran poeta chileno» destroza una habitación de hotel en Alemania y ofrece a su interlocutor una lección de vida. Un escritor llamado «Patricio Pron» contrata a un puñado de actores para que «hagan de Patricio Pron», con los resultados catastróficos que eran de esperar.

Los personajes de Lo que está y no se usa nos fulminará tienen un vislumbre de lo que una vida mejor podría ser, y su intensidad los encandila.

Vulnerables, perplejos, ridículos, sabios, todos vuelven una y otra vez sobre las posibilidades intuidas en esa visión, convencidos de que si no las aprovechan estarán perdidos: lo que encuentran al hacerlo es el azar, las vidas de los escritores como espejos deformantes, la ocasión de hacer de su vida una obra de arte, la necesidad de desaparecer, de dejarlo todo atrás para ser uno con la literatura.

Lo que está y no se usa nos fulminará

Caminando bajo el mar, colgando del amplio cielo

Desde que George Orwell hiciera de la fábula una intención social y política con Rebelión en la granja, lo fabuloso se abordó abiertamente como un nuevo imaginario en el que cada autor podía volcar esa doble lectura.

Hace poco lo hizo Pérez Reverte con «Los perros duros no bailan«, sin ir más lejos. Lo fundamental es dar equilibrio a la narración fabulesca para que todo case. Para que una lectura lineal pueda convencer a un niño o joven y un adentramiento en su fondo satisfaga al más intelectual de los lectores.

El tema fundamental de esta historia se desarrolla en torno a la idea de la necesidad de abandonar nuestro sitio, ya sea por imperativa necesidad física o emocional.

Reinventarse puede ser algo hecho desde la imposición o desde la voluntad, pero siempre apunta a la superviviencia. Los animales de esta historia buscan su propia supervivencia, con su clara analogía a un mundo animal cada vez má perseguido por el avance del hombre y su cambio del paradigma natural.

Las personalizaciones asociadas por Pron a animales como el cerdo, el búho o el propio venado hecho protagonista apuntan a una brillante intencionalidad de la que entresacar multitud de connotaciones.

Caminando bajo el mar, colgando del amplio cielo
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