Las 3 mejores películas de Tim Burton

Mi descubrimiento de Tim Burton tuvo mucho de feliz encuentro. Todo un acercamiento a un imaginario que reconciliaba a mi yo adulto con el niño receloso de mi deriva realista por las típicas exigencias del guión de la vida. La fantasía se reaviva como los rescoldos al soplo de una buena corriente. Siempre es un gusto descubrir que Fantasía como patria de Atreyu, o incluso de cualquier recalcitrante funcionario de ventanilla, siempre está ahí en espera de nuevos viajeros de paso.

Así que no todo está perdido, querido Michael Ende. Y gracias a tipos como Tim Burton incluso lo fantástico va alcanzando nuevos territorios cinematográficos capaces de la sorpresa incluso para cerebros adultos fundidos al gris. Podría ser la mera escenografía, ese juego de vívidos colores, las brumas y ambientaciones gélidas que despiertan el escalofrío desde el que pillar desprevenida la piel para el asalto final. Podría ser también, como no, el histrionismo de Johnny Deep, sobreactuación para un juego de excesos tragicómicos que arrebatan a niños y mayores.

Sí, podría tratarse «solo» de eseos detalles. Pero es que además los argumentos también son una cascada de sensaciones, de emociones jugosas entre lo alegórico, lo disparatado y ese punto metafórico final. Una mezcla que solo Burton es capaz de disolver entre visiones e impresiones. Trucos que nos separan del foco del realismo más pegado a nuestros pies para poder divisar hondas verdades a vista de pájaro.

Top películas recomendadas de Tim Burton

Big Fish

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He de reconocer que cada vez que la veo lloro como las parras. Entre la emoción por esa noción épica de nuestro paso por el mundo. Por el marcado desencuentro más que generacional entre un padre y un hijo que acaba rompiéndose en mil pedazos.

Un hijo, ya en su edad adulta, vuelve a casa para acompañar a su padre en sus últimas horas. William, el hijo, está recién casado, ha crecido como un tipo práctico, responsable, muy alejado de lo que siempre fue su padre, del que piensa que vivió en una continua fantasía, poco pegado a la tierra.

A los pies de su cama, sabiéndolo debilitado y cercano a la muerte, trata de aguantar los divagantes relatos paternales de siempre. Aborrece esa forma de proyectar ideas sobre su propia vida, intuye que todo lo que sale de boca de su padre es una mentira que nunca ha dejado de contarle desde que era niño.

En esos últimos días de su padre, William, cansado de aguantar tanta monserga , sigue su rastro, intentando componer una historia vital real. Recorre espacios en los que él se movió, se acerca a personas de su pasado y va constatando cómo las fantasías de su progenitor eran la forma positiva y hermosa de asumir su paso por el mundo, recomponiendo la realidad en una esfera optimista y positiva en todo momento y ante toda situación, por pesarosa que esta fuera.

Reconvenido a lo acertado de los pasos tomados por su padre, cuya subjetividad había embellecido el acontecer de su mundo, se acerca a él en sus últimos momentos con otra perspectiva mucho más condescendiente y absolutamente redentora.

Durante los últimos minutos será el propio Willian quien, a petición de su padre, le relate cómo está siendo ese momento en el que se prepara para morir. Willian consigue acceder a ese plano donde la realidad se sublima. Su padre es ese big fish, el gran pez al que saca del hospital por la ventana y lleva hasta el río cercano para que sean sus aguas quien lo mezan en sus instantes finales.

El padre muere en la cama del hospital con una sonrisa y William, que lo ha acompañado hasta su último suspiro, consigue alcanzar ese mundo que convierte lo más oscuro en vida y color. Entiende, por fin, que ha tenido el mejor padre del mundo. El argumento redondo para que Tim Burton se luzca con sus escenografías fantasiosas, con ese color vital, desconcertante, mágico… Si te empapas de la historia te llegará a lo más hondo.

Sleepy Hollow

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No podía ser de otra forma. Washington Irving escribió este relato para que lo descubriera siglos después Tim Burton. La inspiración romántica más pura con esos primeros ramalazos oscuros que después alimentarían almas atormentadas como la de Allan Poe. Atormentadas más que por desamores por terrores espirituales entre la vida y la muerte.

Johnny Deep es el encargado de enfrentarse a un tipo decapitado que anda siempre de vuelta apurando cuentas pendientes. Se cobija en un tronco milenario y aprovecha las sombras para escabullirse de la maldición que lo persigue, tratando de acopiar más y más almas como ofrenda para sus demonios.

Pero el pobre Deep tan solo es un policía inexperto sobre el que se cargan demasiadas esperanzas. Y en esa tesitura su protagonismo cobra un aspecto cómico que curiosamente nos acerca más al lado humano de la historia, a ese aspecto casi infantil que nos retrotrae a viejos miedos de personajes que habitaban bajo nuestras cabezas, quizás no descabezados pero sí de largas manos frías para atrapar nuestros pies desprevenidos…

Una película encantadora que se complementa con dosis de romanticismo más actual, del de besitos y miradas, que acaba por engancharnos con la insospechada razón para que el hombre sin cabeza sufra de sus ataques de ira nocturnos…

Eduardo Manos Tijeras

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Seguramente la más popular de las pelis de Tim Burton. Una maravillosa alegoría sobre el valor de las manos cargada de una emotividad paterno filial. Bajo la caracterización de Deep, que lo ubica entre un mimo y un actor de cine mudo, vamos descubriendo que sobran las palabras para transmitir todo lo necesario, lo que las palabras no abarcan.

Eduardo estaba a punto de ser como los demás. Su padre se había encargado de prepararle las manos con las que terminar la obra. Porque Eduardo es un nuevo Pinocho que también vive en un mundo de fantasía donde todo es fantasía salvo los comportamientos, vicios y pecados de la gente que rodea a Eduardo en la casa sobre la atalaya.

Efectivamente. Ya sabemos que las manos nunca pudieron llegar a colocarse en sus muñecas. Y ahí es cuando Eduardo se gana la vida como peluquero con el amasijo de tijeras y cuchillas que pendían de él de manera temporal hasta que llegaran sus preciadas manos que nunca llegaron… Por fatalidad la gente acaba descubriendo que su anomalía es monstruosa. Ocurre como ocurren todas las fobias, por convencimiento bien trabajado. Lo que pasó después casi todos lo sabemos. Y en semejante gran obra nunca está bien anticipar detalle alguno. Eduardo ManosTijeras simplemente se disfruta…

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5 comentarios en «Las 3 mejores películas de Tim Burton»

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