Las 3 mejores películas del sobreactuado Jim Carrey

Si nos ceñimos a los orígenes griegos de la interpretación más purista con sus tragedias, sus comedias y sus sátiras, Jim Carrey podría ser el último heredero de esa estirpe. O sea que menos criticar al bueno de Jim y más considerar en él a un Sófocles de nuestros días 😉

Sobreactuación, histrionismo, gesticulación hiperbólica… De todo eso hace gala Jim Carrey para interpretar a personajes cargados de excesos de dramatismo que, sin embargo, nos llegan con tintes alegóricos cuando no se trata de meras comedias de entretenimiento. Si quieres conocer más sobre la visión de la interpretación actual en Hollywood del mismísimo Jim Carrey, puedes echarle un ojo, aquí.

La cuestión es polarizar actuaciones para hacer de cada protagonista esperpento deformante. Pero también para dilucidar, en lo exagerado, aspectos que en ocasiones se nos escapan. Porque en los personajes de Carrey encontramos un punto de mascarada general que no pocas veces descubrimos actualmente entre postureos, falsedades y demás sobreactuaciones donde las redes sociales son el colofón final de cada cual.

Top 3 películas recomendadas de Jim Carrey

El show de Truman

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Ya hablé de esta peli cuando me puse con lo mejor de su director, Peter Weir. Ahora toca ceñirnos al personaje en sí, a ese Truman Burbank encarnado por un Carrey que encaja perfectamente con la noción tragicómica a uno y otro extremo del abanico interpretativo. Extremos, polos cargados al máximo por su contexto de ficción hasta que consiguen sentirse reales.

Porque la vida en ocasiones parece ese escenario plagado de cámaras escondidas que nos observan una vez que las circunstancias devienen irreales, como fuera de contexto, encajadas en un dejá vù. Truman frente al espejo de su baño antes millones de espectadores regala un gesto para la posteridad televisiva del Reality que es su vida desde el mismo momento de su nacimiento. La risa entonces torna a inquietante mueca. Porque se adivina un despertar del personaje sobre el que todo el escenario pivota.

Carrey se ocupa, entre el humor y el desconcierto, de hacernos vivir en su mundo irreal, cargado de alegorías y metáforas sobre lo que ocurre aquí fuera, al otro lado de toda ficción. Los miedos del niño aferrados en el hombre incapacitado para abandonar el que siempre fue su hogar y las chirriantes circunstancias que hacen que su mundo vaya descarrilando.

Porque poco a poco todos van cayendo en la falsedad. Desde su mujer hasta su mismísima madre. Incluso ese mejor amigo que jamás lo traicionaría y alcanzando una delirante catarsis con la reaparición por error de su padre fallecido en mitad del escenario de su vida…

Truman por un lado. Pero de nuestra parte el gusto por la observación de los demás para escupir todo tipo de juicios sumarios. La estupidización de la televisión, los contenidos rápidos, la irrelevancia de lo que ocurre y se nos narra en televisión como tragedias de nuestros días…

La voz de su amo. El director del Reality soplándole a los personajes lo que le tienen que decir a Truman en cada momento. Y la publicidad subliminal, como cuando la mujer de Truman mira a cámara y nos pretende vender unos cuchillos de cocina superafilados. Una película desternillante pero también fascinante por muchos otros ángulos.

Man on the moon

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Las biografías me suelen repeler bastante. Salvo cuando se trata de desvelar precisamente lo contrario a lo que este tipo de obras tratan habitualmente. Las glorias del protagonista de turno suenan siempre a vanagloriosa ficción. Hasta que alguien te cuenta una historia trágica que precisamente se disfraza de comedia en su apariencia más externa. No podía ser otro que Jim Carrey quien supiera hacer suyos estos dos polos del humorista inundado por la tragedia.

La película se centra en la carrera del cómico estadounidense Andy Kaufman, quien falleció tristemente en el año 1984 a causa de un cáncer de pulmón. Nacido en Nueva York en 1949, debutó en numerosos “cabarets” en los que fue puliendo sus técnicas y su estilo para llegar a convertirse en un extraordinario artista en todos los sentidos. Así fue ganándose el respeto de todos y cada uno de los individuos con los que debería relacionarse para mejorar su posición socio-económica, algo fundamental de cara a obtener el éxito que tanto ansiaba desde que era un crío.

Su salto al estrellato y a la fama en el mundo televisivo se produjo gracias al célebre programa “Saturday Night Live”, un show que impulsó su trayectoria profesional para formarse como una de las caras más divertidas del panorama internacional. Es una de las estrellas de la serie “Taxi” y provoca numerosas reacciones debido a sus originales y peculiares representaciones, especialmente aquellas que tienen lugar en el Carnegie Hall de Nueva York ante miles y miles de espectadores. Jim Carrey encarna a la perfección al protagonista de esta apasionante historia dirigida por Milos Forman.

Como Dios

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Muchos reprochamos a Dios cómo le quedó todo esto. Quizás debió ser cosa de pretender acabarlo en siete días… Jim Carrey se encargó en esta peli, en el colmo de la exageración, de disfrazarse de Dios por unos día para «disfrutar» de la capacidad para hacer el mejor mundo para todos… Morgan Freeman, el verdadero Hacedor, solo tiene que armarse de paciencia para arreglar lo que Jim pueda dejar al final del reto…

Bruce Nolan, reportero de una famosa cadena de televisión de Búfalo, está siempre de mal humor. Sin embargo, no tiene ninguna razón para esta actitud gruñona: es muy respetado en su trabajo y tiene como pareja a una joven muy guapa, Grace, que le quiere y comparte piso con él. Sin embargo, Bruce es incapaz de verle el lado positivo a las cosas.

Luego de un día particularmente malo, Bruce se deja llevar por la rabia y la impotencia y grita y desafía a Dios. Entonces la oreja divina le oye y decide tomar forma humana y bajar a la Tierra para hablar con él y discutir sobre su actitud. Bruce se muestra desafiante ante él, acusándole de tener un trabajo muy fácil, y Dios le propone un peculiar trato al reportero: él le prestar la totalidad de sus poderes divinos durante una semana y entonces ambos verán si Bruce es capaz de hacerlo mejor que él, ya que es tan fácil. Bruce no duda un segundo y acepta el trato, sin darse cuenta de que, de no lograr ser como Dios de verdad, podría desencadenarse el Apocalipsis…

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