En el haber del director australiano Peter Weir encontramos un puñado de grandes pelÃculas que por desgracia se han ido salpicando de manera muy puntual. Desconociendo los motivos para que Weir no asumiera más direcciones en producciones con su particular sello oscarizado en varias ocasiones. Quizás sea cosa de una variabilidad argumental para la que no queda otra que pensar en el tipo en busca del guión más preciso que se haga apetecible.
Aún asà algo más de una decena de largometrajes lo acompañan en su buen montón de décadas tras las cámaras. Y sin ser ninguna de sus pelis remarcables por algún signo distintivo made in Weir en cuanto a escenografÃa, fotografÃa o color, precisamente su meticulosa factura y el protagonismo de los recursos al servicio de la trama hacen de sus cintas éxitos. Nada mejor que esa entrega, esa suerte de abnegación del ego por la obra, para asegurarse de hacer lo mejor por la pelÃcula. En extremos que van desde la ambientación, los diálogos y por supuesto los personajes más oportunos.
Top 3 mejores pelÃculas de Peter Weir
El show de Truman
DISPONIBLE EN CUALQUIERA DE ESTAS PLATAFORMAS:Acusado de personaje histriónico dentro y fuera de las pelis, Jim Carrey era el estereotipo perfecto para convertirse en ese Truman que vive su vida ajeno a lo que tiene detrás. Aquella extraña o más bien paranoica idea de algún tipo de plan concebido sobre nuestras conciencias hace que en ocasiones todo parezca sobreactuado. De eso va esta peli entre lo humorÃstico de un despiadado reality show y lo sociológico en torno la noción de la libertad individual, del libre albedrÃo…
Carrey se ocupa, entre el humor y el desconcierto, de hacernos vivir en su mundo irreal cargado de alegorÃas y metáforas sobre lo que ocurre aquà fuera, al otro lado de toda ficción. Los miedos del niño aferrados en el hombre incapacitado para abandonar el que siempre fue su hogar y las chirriantes circunstancias que hacen que su mundo vaya descarrilando.
Porque poco a poco todos van cayendo en la falsedad. Desde su mujer hasta su mismÃsima madre. Incluso ese mejor amigo que jamás lo traicionarÃa y alcanzando una delirante catarsis con la reaparición por error de su padre fallecido en mitad del escenario de su vida..
Truman por un lado. Pero de nuestra parte el gusto por la observación de los demás para escupir todo tipo de juicios sumarios. La estupización de la televisión, los contenidos rápidos, la irrelevancia de lo que ocurre y se nos narra en televisión como tragedias de nuestros dÃas…
La voz de su amo. El director del Reality soplándole a los personajes lo que le tienen que decir a Truman en cada momento. Y la publicidad subliminal, como cuando la mujer de Truman mira a cámara y nos pretende vender unos cuchillos de cocina superafilados. Una pelÃcula desternillante pero también fascinante por muchos otros ángulos.
El club de los poetas muertos
DISPONIBLE EN CUALQUIERA DE ESTAS PLATAFORMAS:Entiendo que muchos admiradores de Peter Weir consideren un error colocar esta pelÃcula en segundo lugar. Pero asà son los gustos. Para mà Truman, siendo una peli de entretenimiento en esencia, tiene muchos otros visionados que nos hacen transitar entre realidad y ficción justo en el sentido opuesto en el que lo hace el personaje. Confluyendo en esa puerta donde él se despide y nosotros llegamos.
Pero volviendo al club, hablamos de una pelÃcula que por primera vez abordaba el dilema del sistema educativo como el tren que chirrÃa justo antes de descarrilar (quizás lo haya hecho ya dado el inmovilismo de fondo de casi todos los sistemas educativos, más interesados en el adoctrinamiento que en la capacitación más humana).
Porque sÃ, hay que educar a los jovenes. Solo que quizás en el momento en el que más precisan de adquirir esa autonomÃa, esa voluntad que los pudiera hacer personas libres en la edad adulta, el sistema educativo peca de un uniformismo imposible, de una planteamiento plenamente pasivo.
Todos lo sabemos. Todos lo asumimos. Sacrificamos a la mayor parte de la juventud con la simplista satifacción del cerebrito de turno que saque el 10 y que colma todos los esfuerzos docentes. Todo un logro, todo un hombre o mujer exitoso para el porvenir…
El inolvidable profesor John Keating tira de don para ejercer de eso, de profesor. Porque a lo peor se trate de que profesor debiera ser únicamente quien tiene el don para serlo. Pero una oposición es mucho más útil para conceder una plaza de profesor… por supuesto que sÃ, donde va a parar…
Me ha quedado el asunto un poco crÃtico. Pero es precisamente por el recuerdo de esta pelÃcula que apuntaba a la idea del lÃder, del adulto empático, del profesor tan loco como para creer en todos sus alumnos enchidos de voluntad al grito de oh capitán, mi capitán.
Único testigo
DISPONIBLE EN CUALQUIERA DE ESTAS PLATAFORMAS:Puesto a hacer una pelÃcula de suspense, un thriller de corte negro, Weir escogió una trama más intrincada aún con el protagonismo del niño que observa el crimen. Un chaval llamado Samuel de una comunidad amish que, encerrado en el retrete de un baño de gasolinera pasa a ser testigo de un asesinato a sangre frÃa.
Solo que aquella muerte tiene poco de accidental. Muchos cabos sueltos para un inspector llamado John Book encargado de descubrir que pasó en ese turbio asunto donde un policÃa acaba siendo «quitado del medio».
Y solo él, aquel niño indefenso, puede aclarar a John algo. Solo que el sondeo de la criatura lo pone en claro riesgo porque muchos son los que no quieren que diga nada de lo que pudiera haber visto u oÃdo. Aprovechando la coyuntura nos acercamos a un colectivo amish donde todo va transcurriendo de manera más impactante entre el hermetismo de unos y el interés incontenible de otros por deshacerse también del niño…
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