La Segunda Guerra Mundial tuvo uno de sus cierres más simbólicos con el suicidio de Hitler y Eva Braun. Pero algunos años antes de que esto ocurriera, otro alemán de muy distinto signo politico y social hacía lo propio junto a su segunda mujer.
Se trataba de Stefan Zweig, quien el 22 de febrero de 1942 divisaba la extensión del nazismo como un cáncer incurable que amenazaba al mundo. Su orígenes austríacos, compartidos con Hitler, parecieron colmarlo de una culpa que hizo suya como narrador consternado y como judío que compartía patria con un monstruo que marcaba el más oscuro devenir histórico de Europa.
Tras Stefan Zweig queda una extensa bibliografía comparable en su desencadenante vital, no tanto al trasfondo, a la de otro grande de su época como Thomas Mann, quien llegó a asegurar que Stefgan Zweig, de intensa vida amorosa, tenía un oscuro comportamiento exhibicionista… (¿quizás fruto de envidia entre autores?) Y es que ambos también compartieron ese espíritu viajero que les sirvió para tomar perspectiva y narrar con el compromiso de abandonar nacionalismos nacidos desde el etnocentrismo y el miedo.
Y en esa bibliografía encontramos de todo, los típicos ensayos que todo escritor del siglo XX acometía para aportar visión crítica al convulso mundo de las grandes guerras y la entreguerra, así como una novelística jugosa y vital que también abordaba ese punto existencial propio del siglo pasado.
Actualmente Zweig ya ha alcanzado el reconocimiento merecido, pese a atravesar un periodo de oscurantismo quizás promovido de cuya injusticia fue rescatado por editoriales y otros ámbitos de la cultura bastantes años después de su muerte en el exilio en el 42.
Top 3 libros recomendados de Stefan Zweig
Novela de ajedrez
Desde el tablero de un ajedrez hasta el entendimiento del mundo. Desde la matemática exponencial de las probabilidades de jugadas hasta la presentación de los millones de almas que deambulan por ese mundo de escaques de dos únicos tonos.
Mirko Czentovicz contra el señor B, una partida improvisada en un barco que recorre de norte a sur américa. El atlántico como testigo de una ida y venidas de jugadas que desvelan el nivel de dos contrincantes empeñados en el desafío de sus fichas en el cuerpo a cuerpo de los ideales.Conseguir que una partida de ajedrez alcance el nivel de una especie de novela de suspense intelectual está solo en manos de un autor como Zweig.
Culminada a pocos días de su suicidio, su estremecedora lucidez nos invade como la apertura de unas cortinas que han oscurecido la verdad de nuestra existencia, o al menos de la existencia de un mundo que se repliega sobre si mismo para contemplar lo que fue en ese siglo XX, a la luz de una mente enfrentada a las verdades más crudas. Y es que una partida de ajedrez, como ejercicio intelectual máximo, puede llegar a transformarse en una lucha entre la razón y la pasión.
Maria Antonieta
Pocas bibliografías noveladas de nuestra historia son abordadas con el brillo y la profundidad de este libro. Ser fiel a los hechos y conseguir perfilar a los personajes más conocidos de manera que todo ocurra de manera consecuente desde la intimidad de los pensamientos y las pasiones que pudieron moverlos, es una tarea complicada que Zweig consiguió con plena versosimilitud.
Ocurrió algo parecido con su novela posterior sobre María Estuardo. Probablemente para Zweig el papel de la mujer, siempre forzándose a actuar desde la segunda fila, adquiría la relevancia de la mayor inteligencia puesta en práctica para afrontar cualquier destino.
En el caso de María Antonieta, quien finalmenta acabar ajusticiada el 16 de octubre de 1793, tanto el perfilado del personaje como la extensión a una monarquía a punto de la rendición frente al pueblo componen un relato intenso que complementa los hechos históricos con brillantísmos detalles del París decimonónico, plagado de personajes histriónicos y de aspectos apenas abordados en la historia oficial.
El amor de Erika Ewald
Es indudable que la mujer es una figura central en la narrativa de ficción de Zweig. En esta jugosa historia conocemos a Erika, artista de oficio pero también de alma. con toda esa incontenible pasión del artista que no puede concentrarse únicamente en las teclas de un piano.
Entre la melancolía, el romanticismo, el sentimiento del primer amor como algo inolvidable, las marcadas pulsiones que marcan el devenir del espíritu. Una novela sobre los mundos convergentes de nuestra realidad y nuestros sueños.
Para un autor como Zweig, manifiestamente enamorado de muchas mujeres y acusado en ocasiones soterradamente de exhibicionista, esta historia aborda ese equilibrio apenas sostenible entre lo abiertamen sexual, lo sensual y lo racional de las apariencias. Un brindis por la libertad sexual en un mundo constreñido por las costumbres.
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