Algunos autores tienen la cochina suerte de hacerse famosos después de muertos. Como en cualquier otro ámbito creativo esto suele ocurrir por ser demasiado adelantado a su tiempo. Porque ciertamente solo ahora somos más receptivos a las vanguardias, pese a que no entendamos un carajo de lo que se nos representa en lo artístico o se nos cuenta en lo literario.
He traído aquí ell caso de Charles Willeford como absoluta rareza. Porque tampoco es que apostara por una bibliografía disruptiva. Él solo escribía sus novelas negras con más o menos acierto y el tiempo y sus extraños vericuetos es el que se ha encargado de traerlo hoy aquí con reediciones inesperadas.
Lo extraño me atrae con ese punto de misterio. ¿Qué es lo que te trago de vuelta, Charles? Seguramente sea eso del mito, de la leyenda acrecentada del perdedor que parece darle nuevo brillo a sus manifestaciones artísticas.
Posiblemente Charles pudo pasar por el estereotipo del one hit writer con su novela Miami Blues. O quizás no, a lo mejor es cosa de que su estilo que nace en el hardboiled también destila magistralmente humor. Puede ser también que los géneros añoren tiempos mejores y el negro sin duda echa de menos aquí en España a Vázquez Montalbán y González Ledesma mientras que en USA se añora a Hammett o al peculiar Charles Willeford.
¿Quién sabe? Los deseos del lector o las intenciones editoriales son inescrutables, como los caminos del señor. La cuestión es que Willeford está de vuelta y siempre es un gusto especial adentrarnos en oscuros submundos que además están atrapados ya en la noche de los tiempos…
Top 3 novelas recomendadas de Charles Willeford
Miami Blues
La novela más valorada de Willeford. Una especie de traslación de los viejos duelos del oeste americano entre sheriff y villano. En la adaptación Willeford tira de humor, de violencia y de la máxima tensión de las persecuciones hechas ya casus beli entre los dos protagonistas como emblemáticos representantes del bien y del mal. Solo que en ocasiones el blanco y negro de los perfiles se entremezclan para desconcierto general y gancho total.
Freddy Frenger, Jr., un encantador psicópata de California, acaba de aterrizar en Miami con los bolsillos llenos de tarjetas de crédito robadas y ganas de armarla gorda. Después de una condena en San Quintín, quiere empezar de nuevo en otro estado sin que lo consideren reincidente.
En su camino se cruza el sargento Hoke Moseley, un policía con una vida desastrosa, un coche abollado y un aspecto desaliñado, pero implacable en su trabajo. Criminal y policía intuyen que la ciudad no es suficientemente grande para los dos, pero Freddy es quien golpea primero: le roba al sargento su placa, su arma y su dentadura postiza. El duelo está servido.
Una obra maestra
Los peculiares mundillos del arte, con sus caprichos y sus rarezas, con sus proximidades a vicios que deslizan entre estratos sociales tan pudientes como gustosos por la bohemia, son los lugares de encuentro para esta novela cargada de humor, sangre, pasiones, manías y amor al arte, por extraño que sea.
Un coleccionista millonario le hace una propuesta irresistible al joven crítico James Figueras: entrevistar en exclusiva a Jacques Debierue, el artista más legendario e inaccesible del mundo de la pintura. A cambio, el coleccionista le pide a Figueras que robe una obra de Debierue, que vive escondido en un recóndito paraje de Florida.
Al crítico se le abren dos posibilidaes: hacer lo correcto, o bien convertirse en un criminal para conocer al mayor genio artístico vivo y escribir un ensayo sobre él que le dará un prestigio internacional. El ambicioso Figueras tiene claro el camino a tomar.
Gallo de pelea
La América profunda ofrece una variopinta escenografía por donde mover los más esperpénticos personajes de un Willeford que disfruta con su exhibición más atroz, con sus venas abiertas, con su capacidad para reírse de lo ominoso a fin de sacar finalmente la crítica y el análisis de la condición humana.
Con treinta y dos años, Frank Mansfield es uno de los mejores galleros de Estados Unidos. En los reñideros del Sur su nombre hace zozobrar las apuestas. Frank es fanfarrón, impulsivo y pendenciero; pero para ser el número uno hay que tener cabeza.
Con el Premio al Gallero del Año entre ceja y ceja, la más alta distinción de la gallística norteamericana, Frank se jura no volver a abrir la boca hasta su consagración. Solo él conoce el motivo de su mudez, aunque en el primitivo mundo de las peleas de gallos, un mundo de hombres regido por normas ancestrales en el que «un apretón de manos obliga tanto como una declaración jurada ante notario», nadie se molestará en averiguarlo.
En cambio a Mary Elizabeth, tras muchos años esperando abnegada a que su prometido dejara los gallos, volviera al pueblo y sentara cabeza, le queda poca paciencia, y esa extraña mudez está a punto de agotarla. Frank sabe que en el pueblo hay muchos gañanes deseosos de llevar a Mary Elizabeth al altar; si ha de volver junto a ella, puede que esté ante su último intento de conseguir lo que más ha deseado en su vida.
Charles Willeford, uno de los grandes nombres del hardboiled norteamericano y autor de culto, se inspiró en «La Odisea» para concebir la que él mismo consideraba su mejor novela. Absorbente, hilarante, escrita con oficio, «Gallo de pelea» es una aventura por los reñideros sureños de los años sesenta, un viaje por una Norteamérica poco conocida y extinta, en compañía de un personaje inolvidable.