3 mejores libros de Francisco González Ledesma

Si se quiere hablar de novela negra lo que es novela negra española de la de verdad, con sus influencias de los pioneros estadounidenses como Hammett o Chandler  y a su vez plena de personalidad en su registro más autóctono, no nos queda otra que rendirnos a la figura de don Francisco González Ledesma y su profusa obra.

Porque… ¿sabías que llegó a escribir en torno a 1.000 novelas western bajo el pseudónimo de Silver Kane? Resulta realmente fascinante pensar en tal facilidad para narrar. Si bien hay que reconocer la ligereza de este tipo de novelas del oeste, hay que ser capaz de escribirlas en una sola vida para poder hablar con conocimiento de causa…

Pero lo cierto es que lo bueno llegó después. Liberado del útil pseudónimo yanki que etiquetaba tantas y tantas novelas de los años 50 y 60, González Ledesma se pudo conceder el gusto de escribir novelas de mucho mayor poso y trascendencia.

Top novelas de Francisco González Ledesma

Crónica sentimental en rojo

Esta novela me llegó de manos de una ex. Su sello de ganadora del Planeta del 84 me animó a leerla. Que continuara con absoluta fruición fue cosa de dar la vuelta a la primera página. Una nueva Barcelona cómo decirlo…, underground, se abría ante mí con una potencia inusitada.

La cruenta realidad que atraviesa con la misma naturalidad suburbios, tugurios y despachos de postín me invadió completamente como lector. El espíritu entre desencantado y melancólico del inspector Méndez te mueve entre las sensaciones contradictorias del caso a resolver.

Porque González Ledesma sabe describir mejor que nadie la rabiosa humanidad de los bajos fondos, a la vez que caricaturiza a las personalidades que ostentan dinero y poder. Él solo busca la verdad de lo ocurrido, y sin embargo, al habitar su personalidad acabamos viviendo una ciudad distinta, como sumergida a la propia urbe esplendorosa que se vende en cualquier revista turística.

Una novela de ritmo vertiginoso pero de hondos momentos de respiración profunda. Diálogos sabrosos, inquietante trama, pero sobre todo excelentes monólogos como descripción de una realidad siempre en zozobra.

Cinco mujeres y media

En las noticias de la televisión se puede observar la injusticia de cualquier caso. Las víctimas son más víctimas si pertenecen al afortunado primer mundo. Desde las muertes de un país rico comparado con uno pobre hasta la desaparición de algún pudiente frente a la de algún desalmado malviviente.

Pero el inspector Méndez hace días que ya se pasó al lado de los perdedores, quizás no como Robin Hood, pero sí como un mal perro cansado de responder a la voz de su amo.

El caso de Palmira Canadell, violada y asesinada no acabó de salir en telediario alguno en prime-time, hasta que uno de los violadores y asesinos de la joven apareció ajusticiado. Y entonces sí, todo adquirirá especial dimensión. Solo que en ese momento el inspector Méndez llevará una cabeza de ventaja en la investigación frente a todos los demás.

Cinco mujeres y media

No hay que morir dos veces

El crimen ocurre más de lo que pensamos. El asesinato como acto alevoso y premeditado supone una voluntad de justicia sumaria, una intención de evitar el natural intervenir de la justicia, una decisión de saldar deudas con el más alto de los precios. Y si hay que matar dos veces, se mata.

Los asesinatos de esta novela parecen hechos desperdigados, para nada entrelazados. Y sin embargo puede haber una relación. Nos encontramos con la que probablemente sea la novela negra más policíaca de González Ledesma.

Las dotes de investigación del viejo policía nos conducirán por un avieso plan donde el asesino parece recrear en la muerte su odio por el mundo.

No hay que morir dos veces
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