¿Quién dijo que humor y terror están reñidos como argumentos? Quizás fuera Tarantino el primero en hacernos ver que lo terrorífico y las risas puedan comulgar desde lo grotesco. Y ya después cada espectador o lector se encarga de filtrar y sentir una cosa en mayor medida que la otra. Aunque lo suyo es dejar que los vasos comunicantes de ambas sensaciones se filtren como en un extraño cóctel.
Algo parecido es lo que hace un Grady Hendrix en el que el desconcierto narrativo, la originalidad y una especie de revisionismo de referentes del terror y del humor para componer sus delirantes sinfonías narrativas donde todo puede pasar. Un autor con el que nunca puedes quedar indiferente con su ya considerable bibliografía que por momentos podrían firmar, al alimón, Stephen King y un renacido Tom Sharpe.
Muertes, sangre, fantasmas y miedos atávicos desestructurados para el desconcierto general de unas tramas que, por otro lado, se estructuran perfectamente para que el hilo conductor de la historia se prolongue fácilmente perceptible de principio a fin. Una suerte de caos ordenado que hace de su literatura jugoso entretenimiento creativo.
Top 3 novelas recomendadas de Grady Hendrix
Guía del club de lectura para matar vampiros
Tirando de referentes absolutos del terror, nada mejor que una de dientes largos para recuperar viejos esplendores vampirescos y vengarse así de tanto adolescente sin alma perdido entre sagas de pseudovampiros. A dentellada limpia con ese deje de erotismo de la sangre desparramada por el salón de casa.
Patricia Campbell siente que su existencia es insignificante. Su marido es un adicto al trabajo, sus hijos tienen su propia vida, su suegra necesita cuidados constantes, y siente que siempre va un paso por detrás de su lista de cosas por hacer. Lo único que la mantiene viva es su club de lectura, un pequeño grupo de mujeres de Charleston unidas por su amor a las novelas de crímenes reales.
Una tarde después de la reunión del club, Patricia es salvajemente atacada por una anciana vecina, lo que le llevará a conocer al sobrino de esta, James Harris. James es un hombre de mundo y muy leído que despertará en Patricia sentimientos que no había tenido en años. Pero cuando en la ciudad unos niños desaparecen y sus muertes son ignoradas por la policía, empezará a sospechar que James Harris es más un criminal que una réplica de Brad Pitt. ¿Cuál es el verdadero problema? James es un monstruo de una especie diferente, y Patricia le ha dejado entrar en su vida.
Poco a poco, James se irá introduciendo en la vida cotidiana de Patricia tratando de apoderarse de todo lo que considera suyo, incluido su club de lectura. Sin embargo, ella no está dispuesta a rendirse sin luchar en esta historia plagada de sangre.
Cómo vender una casa encantada
Pasados oscuros, sumidos en la bruma de una memoria que no quisiera ser. Hogares que nunca lo fueron para convertirse en cárceles o peor aún en infiernos. Y luego está la casa que albergó aquellos días de perdición y locura. La casa capaz de atrapar en sus paredes instantes, por donde se llega a las dimensiones perdidas del tiempo donde aún se puede acceder para observar las escenas… y quizás intervenir para cambiarlo todo.
Cuando Louise se entera de que sus padres han muerto, teme volver a casa. No quiere dejar a su pequeña con su ex y volar a Charleston. No quiere enfrentarse al domicilio familiar, donde se amontonan los restos de la vida académica de su padre y de la constante obsesión de su madre por los títeres y los muñecos. No quiere aprender a vivir sin las dos personas que mejor la han conocido y más la han querido del mundo entero.
Sobre todo, no quiere tener que lidiar con su hermano, Mark, que nunca ha salido de Charleston, es incapaz de conservar un empleo y no lleva bien el éxito de Louise. Por desgracia, ella lo necesita, porque, para vender esa casa, va a hacer falta algo más que una manita de pintura y retirar los recuerdos de toda una vida. Pero hay casas que no se dejan vender, y la de Louise y Mark tiene otros planes para ellos dos…
Grupo de apoyo para final girls
Un nombre que me recordó, desde lo ingenioso, a una novela de reciente lectura «Mindfulness para asesinos«. Y es que hay nombres que arrebatan e invitan a la lectura irremisiblemente. En esta ocasión desde la idea de tantas y tantas actrices a las que el asesino o el monstruo dejan para el final como lo mejor del plato. Chicas que, sin embargo, al final consiguen arrancar el puto coche para atropellar al bicho o que se arman de valor e ingenio para decapitarlo con el juego de llaves… aventuras mil de un estereotipo del cine de terror que bien merecía esta novela.
En las películas de miedo, las Final Girls son las que han quedado con vida cuando empiezan a pasar los títulos de créditos. Han sobrevivido a la peor noche de su vida, sí, pero… ¿qué sucede luego?
Lynnette Tarkington es una Final Girl, una de esas que sobrevivió a una masacre. Durante más de una década, ha estado reuniéndose con otras cinco Final Girls y con su terapeuta en un grupo de apoyo secreto para mujeres que han sobrevivido a situaciones increíbles, trabajando todas ellas para recuperar su vida.
Entonces, un día, una de ellas parece que llegue tarde a la reunión… hasta que los peores miedos de las demás se hacen realidad: al parecer, alguien conoce la existencia del grupo y está decidido a asesinar a todas sus integrantes, una a una. La cuestión con las Final Girls es que da igual lo bajas que sean las probabilidades que tienen de sobrevivir, lo oscura que sea la noche o lo afilado que esté el cuchillo, porque nunca, nunca, se rinden.
Otros libros recomendados de Grady Hendrix
Vendimos nuestras almas
La perdición. Eso es lo que espera a todo aquel que vende su alma. Porque el único comprador posible ya sabemos quien es. Satanas anda siempre como un subastero de juicio divino en juicio divino, de rezo en rezo, de reflexión en reflexión. Y su poder de convicción es cada vez mayor toda vez que se intuye que el más allá es sólo una creación de marketing de la religión. Hasta que la venta de almas se haga masiva y el diablo tenga ya toda su faena hecha y la contemple como antaño Dios observó su mundo al séptimo día. Y verá el diablo que todo es hermosamente malo.
Todas las mañanas, Kris Pulaski se despierta en medio de un infierno. En los 90, era la guitarrista solista de Dürt Würk, un grupo de heavy metal que rozó el éxito con los dedos hasta que el cantante principal, Terry Hunt, emprendió una carrera en solitario que lo lanzó al estrellato y dejó que sus compañeros se pudrieran en la irrelevancia.
Ahora Kris trabaja como gerente nocturna del Best Western; está agotada, arruinada y deprimida. Sin embargo, un día todo cambia: un sobrecogedor acto violento pone su vida patas arriba, y comienza a sospechar que Terry no solo saboteó la banda.
Kris se lanza a la carretera con la esperanza de reunir a Dürt Würk y enfrentarse al hombre que le arruinó la vida. Su viaje la llevará desde el cinturón industrial de Pensilvania hasta un satánico festival de música, pasando por un centro de rehabilitación para celebridades.
