Las 3 mejores películas de Kevin Bacon

A Kevin Bacon no le hace falta sobreactuación o histrionismo alguno para alcanzarnos en cualesquiera emociones que precise la escena de turno. Lo de este actor es el don innato que apenas precisa maceración alguna, ni aditivos, ni otros trucos más allá del aprovechamiento de una personalidad y carisma caído del cielo para fortuna de un Kevin Bacon que imparte cátedra en el uso de sus recursos más naturales.

Lo cual no desmerece a cada uno de sus papeles sino todo lo contrario. Contar con Kevin Bacon entre el elenco de interpretes de una película asegura ese punto de sobriedad, de poso, de trascendencia. Y en su dilatada carrera ha encarnado a personajes de todo tipo.

Destacados papeles que multiplican su valor cuando encontramos misterio o tensión. De hechos pocas pelis de humor encontramos en su haber, ni de grandes romances. Un tipo hecho para esas historias con su punto oscuro hacia el thriller. Un actor que cada vez se prodiga menos pero que ya es un histórico del cine mundial.

Las 3 mejores películas de Kevin Bacon

Sleepers

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Una de mis películas favoritas en general, no solo de Kevin Bacon (que aún no siendo protagonista principal lleva gran parte del peso del argumento). Una de esas tramas con un cierto punto metafórico made in Hollywood para abordar asuntos sórdidos. Porque más allá del realismo más crudo con el que casi siempre se entrega el cine europeo a retratar la realidad, la transformación hacia una lectura por momentos capaz de enmendar lo trágico tiene su punto. Y para mí el cine también debe encargarse de esa otra presentación de la realidad más sórdida para conferirle algo de esperanza, darle una lectura espiritual incluso en el vacío, prestar una segunda oportunidad si es que puede darse…

Porque los chicos de Sleepers cambiaron su destino para mal en ese trágico punto de inflexión de la chiquillada o la broma que acaba en drama. Y todo fue a peor conforme las consecuencias se conforman en castigo. Dede su barrio, aquel Hell´s Kitchen popular donde los niños vivían en la calle, hasta su madurez cargada de los traumas que sucedieron desde entonces.

Bacon es aquí Sean Nokes, quien acaba focalizando el odio de aquellos niños hechos ya hombres, Y será él quien los devuelva de lleno al infierno vivido. La venganza sobre él tendrá poco de sanadora y el pasado se cernirá sobre ellos como la inevitable tormenta.

Mystic River

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En segundo lugar en el top de interpretaciones de Bacon porque Sean Penn aquí se lo come todo. Seguido muy de cerca por Tim Robbins. Aún así, contar con Kevin para complementar el triángulo actoral es todo un lujazo.

Siempre he pensado que dirigiendo esta película brutal, Clint Eastwood no supo encontrar el mejor final cuando pasó ante sus propias narices. El instante en el que Jimmy Markum (Sean Penn) se levanta de la acera, de buena madrugada y con los últimos efluvios del alcohol remitiendo ante la resaca, da unos pasos y señala hacia la calle por donde partió el viejo amigo de la infancia, Dave (Tim Robbins) hacia la perdición… ¡Ese era el puñetero final más elegante para la película y seguramente uno de los finales más redondos nunca vistos!

Un poco más atrá de él vemos a Sean Devine (Kevin Bacon) y juntos podían haber quedado durante un silencio que bien podría haberse prolongado durante minutos. Porque en esa extraña ausencia del tercer amigo, Dave, desde el mismo día en que se lo llevaron los lobos en ese coche hasta todos los años que arrastró después, está todo lo que empasta la existencia de los tres niños de antaño. Un inevitable círculo para que la fatalidad se repita en su cíclico devenir. Para que todo este mensaje nos llegue sin explicitarlo así en ningún momento tiene mucho que ver el papelón de Sean Penn. Los tres lo hacen genial, pero sobre todo Robbins como hombre traumatizado desde su infancia.

El hombre sin sombra

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Me molan esas pelis rollo superhéroes alternativos, como «El protegido» de Bruce Willis o este hombre invisble de un joven Kevin Bacon que me flipa en su papel de científico pirado en busca de la alquimia perfecta de turno.

Sebastian Caine trabaja para el Servicio Secreto y acaba de desarrollar una fórmula para hacerse invisible. Tras haberla probado con éxito sobre sí mismo, descubre que no puede revertir el efecto. Sus colegas intentan encontrar una solución, pero Caine se obsesiona cada vez más con su nuevo poder y se convence poco a poco de que sus colegas quieren acabar con él. A partir de ese momento, Caine perderá la razón y se convertirá en una amenaza real para los que le rodean.

Así, lo que apuntaba a un descubrimiento y un avance científico convierte al amigo Bacon en una especie de antihéroe a lo Joker, con sus fobias, sus obsesiones y su lento camino hacia el lado oscuro y la perdición.

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