Las 3 mejores películas de Cate Blanchett

Actriz que inició el despegue de los Goya Internacional establecidos en 2022 (barriendo para casa) y una de las más grandes actrices en general si nos ceñimos a los reconocimientos más académicos. La actriz australiana Cate Blanchett lo tiene todo, imagen y don, como para dotar a sus personajes de ese protagonismo que solo se alcanza cuando una gran estrella se pone en el pellejo de turno.

Curiosamente esta actriz pasa a ser la última incorporación a la pléyade de actrices a las que Almodóvar confiere ese protagonismo que no siempre consiguen las actrices una vez alcanzada cierta edad. Básicamente por prejuicios y estigmas que no terminan de eliminarse en un mundo del cine que debería llevar la voz cantante en eso de la igualdad (por ejemplo, podría ser un premio unificado al mejor o la mejor actriz, sin sesgo alguno, así como idea).

En lo estrictamente interpretativo, Blanchett destaca por esa maleabilidad que la hace capaz de cualquier mutación de una a otra de sus películas. Cate Blanchett no se encasilla ni se aferra a un papel concreto porque a cada nueva interpretación renace como una nueva actriz hecha completamente su papel. Una loable virtud como de lienzo en blanco donde representar lo que se quiera…

Top 3 películas recomendadas de Cate Blanchett

Carol

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Ni en sus mejores sueños pudo pensar Patricia Highsmith que su Carol tomara forma bajo la elegante presencia de Cate Blanchett. No quiere decir esto que la novela de esta escritora asocial pero brillante no tenga la suficiente enjundia. Pero es que el cine bien transmutado consigue sobrepasar el entorno de lo imaginado para cobrar otra relevancia.

Recuperamos en esta peli los viejos recelos despertados en su momento por el amor entre mujeres. Solo que en su papel de lesbiana constreñida por las circunstancias, la Carol de Blanchett nos hace sentir en mayor medida la sensación de lo prohibido por la moral imperante que penetra en el imaginario social con la fuerza de la repudia.

Tan solo hace falta un chispazo para que toda contención emocional salte por los aires. Desde la Patricia Highsmith que abría su alma tomando como punto de partida de la novela una vivencia propia hasta la Cate Blanchett que hace del encuentro con Therese ese punto de no retorno, esa confesión velada que acaba siendo un grito.

Un deseo que se hace extraño para la mujer enamorada. Un ansia que a la vez es alienación puesta toda en el contexto de la situación social de una época. Una gran película donde Cate Blanchett se luce y transmite el compromiso debido con cualquier forma de amar.

El curioso caso de Benjamin Button

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El extraño tiempo de Benjamin Button no solo es su tiempo. Porque al otro lado de su transcurrir inverso por el mundo está una tal Daisy Fuller encarnada por Blanchett que podría ser capaz de conseguir revocar el hechizo de Benjamin. Aunque solo fuera por su capacidad para hacer del instante lo eterno. Justo lo que precisaba la interpretación de su pareja de baile, Brad Pitt, en este drama sobre lo vivido, en la melancólica idea de la fugacidad de todo.

El reloj se detiene en los momentos en los que ambos protagonistas coinciden para enfrentar su esplendor como de choque de estrellas. Y así la película se llena de esos matices que solo los grandes actores dejan como particular impronta más allá de las pautas de dirección.

Claro está que la metáfora, la alegoría de la juventud como un tiempo que no regresa, ya sea visto en su devenir natural o como un único punto de encuentro, cobra mayor relevancia en dos actores icónicos. Sin duda la película necesitaba de estos dos actores para transmitir con plenitud la belleza de lo efímero. Esa era la intención y esa es la esencia de la cinta. Un carpe diem versión amor imposible cuando los trenes son uno de ida y otro de vuelta…

El callejón de las almas perdidas

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Todo remake encuentra a su hater de turno. Es normal porque cada cual idealiza sus pelis favoritas pese a la evidencia de que el séptimo arte siempre gana con más y mejores medios. Pero quien escribe nunca vio la película original y así el disfrute no queda condicionado por nada.

Una película en la que descubrimos a una Blanchett con una cierta vis cómica que quizás le supusiera algún esfuerzo añadido para su fisonomía y sus gestos más tendentes a aspectos de hondo dramatismo. Pero con su don camaleónico todo acaba empastando en su interpretación de 10. Después de representar a personalidades de la vida real en sus debidas adaptaciones al cine, todo era posible para ella.

Acompañarse de Bradley Cooper, con su rictus picaresco de fácil mimetización con todo papel con un punto a canalla moderno, ayuda para una caracterización ajustada a necesidad. Entre ambos se cobran una factura perfecta del remake que no invita a descubrir originales porque no deja huecos ni lagunas.

En eso que indicábamos antes como gran virtud de Blanchett, su capacidad inabarcable para la mutación, en esta peli hace gala en diferentes momentos. Sofisticación o histrionismo. La femme fatale o la mujer al borde del ataque de nervios, preparándose quizás para Almodóvar 😉 Variaciones conducidas a la perfección por esta actriz de altísimos vuelos.

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