Los 3 mejores libros de Cristina Morales

Verso suelto de cualquier etiquetado que se le quiera imponer, Cristina Morales es una escritora que cautiva a todo tipo de lectores con una narrativa arriesgada, directa, ingeniosa, ácida, reivindicativa… tantos calificativos que se escurre de la malsana intención del encasillado que, en todo caso podría ajustarse a una mezcla entre lo ideológico de Marx y lo humanístico de Houellebecq.

Con la madurez de la escritora descubierta a sí misma a la edad en la que quien más escribe es para poner negro sobre blanco en un diario, Cristina abunda en ese universo ya reconocido en parte durante las prístinas expediciones de la juventud. Un vasto territorio que se redescubre hacia el interior.

Con semejante base, el difuso trazo de la literatura hecha reivindicación marca un camino evidente en Cristina Morales que jamás será excepción en literatura. Un hilo del que tirar en el que curiosamente también otras escritoras actuales se prodigan. Casos como los de Belén Gopegui o Edurne Portela. Todas ellas hechas sensibilidad hacia el despertar de la conciencia en su revisión más existencial o en su vertiente más sociológica.

Visto como se quiera ver, la cuestión es que cualquier libro de Cristina Morales es ese visionado crítico de lo que somos y lo que hacemos. Un juicio sumario donde cada párrafo despedaza los argumentos en defensa de nuestro mundo. Historias que, por tanto, conmueven y desasosiegan; argumentos necesarios como plusvalía narrativa.

Top 3 novelas recomendadas de Cristina Morales

Introducción a Teresa de Jesús

Quizás Teresa de Jesús tenía demasiada fe en ese lado positivo de lo humano. De cualquier forma, ella nunca mostraría un mal gesto o un desdén hacia quien se le aproximara con la aviesa intención de la mejora de su imagen o la redención por proximidad de cualquier pecado.

Este libro es la supuesta redacción de esa verdad última de un alma entregada a la misión imposible de la fe en lo humano; del ejemplo como posible inicio del camino a la salvación.

Corre 1562 y Teresa de Jesús, a sus cuarenta y siete años, está alojada en el palacio de Luisa de la Cerda en Toledo. Consuela a su anfitriona de la melancolía provocada por la muerte de su esposo, espera a que prospere la fundación de su nuevo convento y se dedica a escribir un texto destinado a convertirse en una obra decisiva en el nacimiento del género autobiográfico, El libro de la Vida, que deberá complacer a sus superiores eclesiásticos y defenderla ante sus detractores.

Pero… ¿y si la santa hubiera redactado en paralelo otro manuscrito, un diario más íntimo, no destinado a complacer ni a defenderla ante nadie, sino a evocar su vida pasada y tratar de explicarse como ser humano?

Eso es lo que imagina Cristina Morales, dando voz a una Teresa, si no libre de ataduras y compromisos, sí consciente de ellos y contra ellos luchando. Una Teresa que se busca en sus recuerdos y se autoexplora en su escritura: evoca su infancia con juegos de romanos y mártires, los padecimientos y humillaciones de su madre en sus múltiples embarazos, su vida entre la disciplina y la rebeldía, su destino como mujer en una sociedad pensada por y para los hombres…

«Dios mío, ¿debo escribir que en mi juventud fui ruin y vanidosa y que por eso ahora Dios me premia? ¿Debo escribir para dar gusto al padre confesor, para dar gusto a los grandes letrados, para dar gusto a la Inquisición o para darme gusto a mí misma? ¿Debo escribir que no abrazo reforma alguna? ¿Debo escribir porque me lo han mandado y he hecho voto de obediencia? Dios mío, ¿debo escribir?»

El resultado es la sugestiva reinvención de una figura imprescindible de la literatura universal, escrita desde la libertad y la radicalidad que la propia Teresa de Jesús representó.

Introducción a Teresa de Jesús

Lectura fácil

Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Àngels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administración y la medicina consideran «discapacidad intelectual» y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominación que les ha tocado sufrir. La suya es la Barcelona opresiva y bastarda: la ciudad de las okupas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los ateneos anarquistas y el arte políticamente correcto.

Esta es una novela radical en sus ideas, en su forma y en su lenguaje. Una novela-grito, una novela politizadora que cruza voces y textos: un fanzine que pone en jaque el sistema neoliberal, las actas de una asamblea libertaria, las declaraciones ante un juzgado que pretende esterilizar forzosamente a una de las protagonistas, la novela autobiográfica que escribe una de ellas con la técnica de la Lectura Fácil…

Este libro es un campo de batalla: contra el hetero patriarcado monógamo y blanco, contra la retórica institucional y capitalista, contra el activismo que usa los ropajes de «lo alternativo» para apuntalar el statu quo. Pero es también una novela que celebra el cuerpo y la sexualidad, el deseo de y entre las mujeres, la dignidad de quien es señalada con el estigma de la discapacidad y la capacidad transgresora y revolucionaria del lenguaje. Es sobre todo un retrato –visceral, vibrante, combativo y feminista– de la sociedad contemporánea con la ciudad de Barcelona como escenario.

Lectura fácil confirma a Cristina Morales como una de las voces más potentes, creativas, inconformistas e innovadoras de la literatura española actual.

Lectura fácil

Los combatientes

La ópera prima en cuanto a novela de la autora. Una de esas historias en la que se desprende voluntad narrativa como algo secuencial desde lo ideológico. Ni bueno ni malo, simplemente apertura total, franqueza y proselitismo para su causa desde una narrativa que rescata desde lo más real la visión de un mundo donde el arte pasa a ser necesariamente reivindicación por dejación de funciones de toda iniciativa social.

Esto va de una juventud rabiosa que flota entre los restos del naufragio; de un grupo de actores teatrales que se convierten en actores políticos y deciden que la realidad solo se puede retratar a través de la ridiculización, y que esta, para ser creíble y eficaz, debe empezar por uno mismo y alcanzar a nuestros maestros literarios.

Quiénes son los combatientes: los que saltan a la comba (como los boxeadores en sus entrenamientos), los integrantes de una compañía de teatro universitario, los jóvenes que en la España del s. XXI sobreviven hartándose de amor ya que no pueden hartarse de pan, en palabras de la socióloga Layla Martínez.

Este es un libro –acaso una novela, acaso una obra de teatro– que cuenta a través de la ficción una historia verdadera, que habla de representación y realidad, de radicalismos impostados y transgresión auténtica, del arte como provocación y de la provocación como arte, y lo hace retando a la lectora (y también al lector) en un juego nada inocente que incorpora, a veces citando y a veces sin citar, textos ajenos.

Los combatientes
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