Nada mejor que ofrecer una narrativa controvertida para despertar la curiosidad y acercar a más lectores a una obra que, a la postre, vale su peso en oro.
Estrategia o no, la cuestión es que desde que aquel Michel Thomas, publicara su primera novela con una editorial pretigiosa pero de minorías elitistas tiró ya de su visión desestructurada, ácida y crítica para remover conciencias o vísceras. Con ese ánimo narrativo-belicoso, poco podía imaginar que se acabaría abriendo a lectores de todo espectro. La sofisticación en el fondo de una trama puede acabar resultando suculenta para cualquier lector si la forma, el envoltorio, el lenguaje más directo permite el acceso a ese ámbito más intelectual. Lo que es lo mismo, saber deslizar entre una acción viva, dosis de cicuta. A la postre Michel salpicó su obra con libros controvertidos y duramente criticados. Sin duda eso significa que su narrativa despierta y solivianta el alma más crítica de cualquier lector.
Y Michel Houellebecq consigue ese equilibrio en casi todo lo que se propone contar. Al estilo de un Paul Auster que desperdigara su imaginario entre novelas actuales, ciencia ficción o ensayo. Lo de comparar siempre despierta recelos. Y lo cierto es que la narrativa actual, moderna, exploradora nunca traza idénticos caminos entre sus creadores más vanguardistas. Pero en algo hay que apoyarse para establecer la valía de un autor. Si para mí Houellebecq destila por momentos esencias de Auster, pues así se queda…
Lo de su vertiente de ciencia ficción es un aspecto que me gusta mucho de este autor. Así como Margaret Atwood ofreció en su novela La Criada una rica distopía concienciadora, Michel hizo lo propio con su reciente «La posibilidad de una isla», una de esas historias que, con el tiempo, adquiere el valor que tiene, cuando los tiempos alcancen la vanguardia del pensamiento creador que culminó en esta novela. Por lo demás, hay bastante donde elegir en «Michel de apellido impronunciable», y aquí van mis ideas al respecto…
Top 3 novelas recomendadas de Michel Houellebecq
Aniquilación
El futuro es hoy. Solo que ese porvenir apocalíptico con el que se venía adornando la noción de lo venidero parece que nos asedia por varios flancos. Virus, superpoblación, cambio climático, plagas bíblicas y tontos por doquier. Ya no hacen falta mensajes velados de profeta alguno, la mierda nos llega hasta las rodillas. Nos queda la supervivencia en busca de la dignidad, el postureo para quien sea que venga después con dos dedos de frente pueda entresacar algo positivo de nuestro legado. Con esta novela de Houellebecq podría entenderse de qué ibamos nosotros, los humanos, sin necesidad de Marx o Freud o Cervantes…
Año 2027. Francia se prepara para unas elecciones presidenciales que es muy posible que gane una estrella de la televisión. El hombre fuerte detrás de esa candidatura es el actual ministro de Economía y Finanzas, Bruno Juge, para quien trabaja como asesor Paul Raison, el protagonista de la novela, un hombre taciturno y descreído.
De pronto, en internet empiezan a aparecer extraños vídeos amenazantes –en uno de los cuales se guillotina al ministro Juge– con unos enigmáticos símbolos geométricos. Y la violencia pasa del mundo virtual al real: la explosión de un carguero en A Coruña, un atentado contra un banco de semen en Dinamarca y el sangriento ataque a una embarcación de migrantes en las costas mallorquinas. ¿Quién está detrás de estos hechos? ¿Grupos antiglobalización? ¿Fundamentalistas? ¿Acaso satanistas?
Mientras Paul Raison indaga lo que está sucediendo, su relación matrimonial se descompone y su padre, espía jubilado de la DGSI, sufre un infarto cerebral y queda paralizado. El hecho propicia el reencuentro de Paul con sus hermanos: una hermana católica y simpatizante de la ultraderecha casada con un notario en paro, y un hermano restaurador de tapices casado con una periodista de segunda fila amargada y de colmillo retorcido. Y además Paul deberá enfrentar una crisis personal al serle diagnosticada una grave enfermedad…
Houellebecq orquesta una ambiciosa novela total que es muchas cosas a la vez: un thriller con flecos esotéricos, una obra de crítica política, un descarnado retrato familiar y también una narración íntima y existencial sobre el dolor, la muerte y el amor, que acaso sea lo único que puede redimirnos y salvarnos.
Una novela provocadora y apocalíptica que, como suele ser habitual en Houellebecq, deslumbrará o escandalizará. Lo que es seguro es que no dejará a nadie indiferente, porque el autor tiene la inusual virtud de sacudir conciencias.
La posibilidad de una isla
La gran incursión de Houellebecq en la ciencia ficción para acabar aportando esa perspectiva externa a aconteceres de nuestro mundo real. Entre el ruido propio de nuestra rutina, entre el frenético ritmo de vida, la alienación y los creadores de opinión que nos piensan, siempre está bien encontrar libros como La posibilidad de una isla, una obra que si bien parte de un entorno absolutamente Ciencia Ficción, nos abre la mente hacia un pensamiento existencial abstraído de nuestras circunstancias.
Porque la ciencia ficción tiene mucho de eso, de convertirse en un prisma desde el que poder ver diferente, una nave espacial con la que divisar nuestro mundo desde la visión privilegiada de lo ajeno. Leyendo CiFi pasamos a ser extraños a nuestro mundo, y solo desde el exterior se puede entender objetivamente lo que ocurre dentro. Daniel24 y Daniel25 son, como fácilmente se puede adivinar, clones. Su existencia es infinita, la inmortalidad es una opción.
Pero la existencia sin límites tiene sus bestiales carencias. ¿Qué sentido puede tener vivir eternamente si la contrapartida es no valorar el instante? Estos clones son seres vacíos, anulados. Todo funciona en la vida gracias a su consabida caducidad. Se desea lo fugaz, se anhela lo efímero, se ama lo que se puede perder. Nada más cierto que estos axiomas sumamente fáciles de entender. Michel Houellebecq aporta su toque sarcástico, un humor que resuena como el eco en un cosmos vacío, una risotada como el estrépito de todas nuestras vanidades.
Los dos clones, 24 y 25 encuentran los diarios de su ser primigenio, el original, como se nombra en la novela. El testimonio de este ser finito del que ambos clones partieron los alcanza hasta volver a activar su chispa de la vida, esa que se enciende vigorosa porque también anticipa su ineludible extinción. Las dudas despiertan sensaciones y emociones. Reaparece el amor y el placer, y entonces todo se pone en tela de juicio, incluso la obsoleta inmortalidad.
El mapa y el territorio
Una de esas narraciones actuales perturbadoras por su exploración de los límites de la ficción. Porque lo que ocurre en esta novela acaba entrometiéndose en el mundo real, en las circunstancias de nuestro mundo y en el propio entorno de un autor convertido en víctima de sus propias maquinaciones narrativas.
Jed Martin es un artista de lo extraño que acaba encumbrándose al mayor de los éxitos desde la nada de una obra intrascendente. La excusa de su éxito sirve para adentrarnos en las vicisitudes del propio Jed, una particular relación con su padre que acaba flotando como una constante en el conjunto de la novela, la recreación del mundo cambiante de su entorno humilde hacia su universo de riqueza, sus encuentros y desencuentros con Olga, ese amor en la sombra desde que él no era nadie, la naturaleza y desnaturalización del arte.
Muchos y ricos matices cargados de humor y estridencias. Cuando Jed conoce a Michel Houellebecq le propone trabajar con él y entablan una estrecha amistad. Así que cuando el escritor es asesinado, Jed acabará involucrándose en los motivos del crimen en una desconcertante investigación.
Otros libros recomendados de Michel Houellebecq…
Las partículas elementales
Lo elemental es la contradicción. Y la verdad escrita negro sobre blanco es el único cauce, el más fiel testimonio de la gran mentira que aborda tantos y tantos aspectos de nuestro mundo.
Centrado en la composición de la Francia actual y de sus ámbitos decisorios de poder, la trama avanza a golpe de propuesta humorística sobre un surrealismo crudo, perturbador, un recurso que Houellebecq domina magistralmente para ofrecernos una sensación constante de extrañamiento, de replanteamiento de axiomas y de invitación más a la sospecha que a la crítica.
Los personajes de Michel y Bruno, hermanos y antagónicos en cuanto a su visión del mundo y su entrega a lo ascético y lo hedonista, respectivamente, acaban componiendo un lienzo sobre los extremismos, las filias y fobias, todos esos matices sin posibilidad de grises que acaban componiendo las elecciones vitales.
Abandonados a su suerte por su madre, los hermanos son una representación de ese individuo polarizado sobre el que se puede construir un lado y otro de la sociedad (en este caso centrándonos en Francia pero pudiendo extrapolar a cualquier lugar del mundo)
Una novela con toques futuristas con la que por momentos te descubres riéndote de un esperpento, hasta que a renglón seguido percibes que tú mismo también te sumes en ese esperpento.
Intervenciones
Los textos de este libro, cartas, entrevistas o artículos, aparecieron a partir de 1992 en publicaciones diversas, desde la NRF hasta Paris Match, 20 Ans o Les Inrockuptibles. Ya no estaban disponibles. En ellos se habla de arquitectura, de filosofía, de la fiesta, del feminismo, de la rehabilitación del macho francés, reaccionario y falócrata, de la estupidez de Jacques Prévert o incluso del indigesto Alain Robbe-Grillet… Recorrido estrepitoso que dibuja una reflexión de una coherencia y exigencia agudas.
El resultado es implacable: «Nos hemos divertido mucho, pero la fiesta ha terminado. La literatura, en cambio, continúa. Atraviesa períodos huecos, pero después resurge.» «Las luchas de Houellebecq son fundamentales, necesarias, dan una visión del arte y de la sociedad» (DNA). «Michel Houellebecq es a veces gracioso, a menudo inteligente, siempre definitivo» (Paulin Césari, Le Figaro). «Imprescindible leerlo» (Les Inrockuptibles).
Más intervenciones
Más de la mitad de los textos de este libro (cartas, entrevistas o artículos) se tradujeron al castellano por primera vez en 2011, y se publicaron en esta misma colección bajo el título Intervenciones. La presente edición, con la incorporación de los textos nuevos, prosigue con el recorrido de coherencia y exigencia agudas, de una factura implacable, dibujado entonces.
Como cuenta el mismo Michel Houellebecq: «Aunque no pretendo ser un artista comprometido, en estos textos me he esforzado por persuadir a mis lectores de la validez de mis puntos de vista: rara vez en el plano político, mayoritariamente sobre temáticas sociales, de vez en cuando a nivel literario.
Estas son mis últimas intervenciones. No prometo en absoluto dejar de pensar, pero sí al menos dejar de comunicar mis pensamientos y opiniones al público, excepto en casos de grave urgencia moral: por ejemplo, si se legalizase la eutanasia [en Francia] –no creo que se presenten otros, en el tiempo que me queda por vivir–. He tratado de disponer estas intervenciones en orden cronológico, en la medida en que he sido capaz de recordar las fechas. La existencia, al menos aparente, del tiempo siempre ha sido una gran molestia para mí; pero se ha desarrollado el hábito de ver las cosas en estos términos. Por una vez, lo tolero.»
Más intervenciones es un compendio imprescindible para ahondar en el pensamiento de uno de los escritores más importantes de nuestra época.
Buena información y muy completa.
Houellebecq esta entre mis favoritos. Uno puede imaginar un futuro como el de «La posibilidad de una Isla» y una historia del presente como la que se narra en «Ampliación del campo de batalla».
Gracias!!
Muchas gracias, Rodrigo!