Cuando el policia retirado Hodges recibe una carta del asesino en masa que se llevó por delante la vida de decena de personas, sin haber sido jamás detenido, sabe que sin duda se trata de él. No es ninguna broma, aquel psicópata le lanza esa carta de presentación y le ofrece un chat con el que «intercambiar impresiones»
Hodges enseguida descubre que el asesino lo acecha, lo observa, conoce sus rutinas, y por lo visto solo quiere que acabe suicidándose. Pero lo que ocurre es justo lo contrario, Hodges rejuvenece ante la idea de cerrar el viejo caso del asesino conocido como Mr. Mercedes, quien arrolló a decenas de personas que hacían cola para conseguir un trabajo.
Paralelamente conocemos a Brady Hartsfield, un joven inteligente y pluriempleado. Vendedor de helados, técnico informático y psicópata oculto en el sótano de su casa. Resulta curioso como, de alguna forma, encontramos una justificación para su desempeño criminal, o al menos eso parece desprenderse del desarrollo de sus antecedentes personales. Un padre muerto accidentalmente electrocutado, un hermano disminuído psíquico dependiente que absorve su vida y la de su madre, y una madre que a la postre se entrega ferozmente al alcohol tras la muerte del menos dotado de sus hijos.
Brady y Hodges se enzarzan en una persecución, en una conversación en la red durante la cual ambos van lanzando sus cebos. Hasta que la conversación se les va de las manos y los actos de ambos anuncian un desarrollo explosivo.
Mientras Hodges retoma el caso de Mr Mercedes, su vida, que parecía condenada a un oscuro final sumido en la depresión adquiere una vitalidad desconocida, entre la familia de una de las víctimas de Mr Mercedes encuentra un nuevo amor, y Brady (Mr Mercedes) no puede soportar que lo que iba a ser un plan para destruir al poli acabe siendo un ofrecimiento a la felicidad de este.
La locura aborda a Brady entonces con fiereza, está dispuesto a todo. Y sólo la posible intervención de Hodges, castigado ferozmente por Brady en su naciente felicidad, puede deternlo antes de que cometa su mayor locura. Miles de personas corren un riesgo inminente.
Lo cierto es que, reconociendo la maestría de uno de mis referentes literarios, esta novela no me parece que sea tan buena como tantas y tantas otras. La trama avanza agil pero no hay ese nivel de profundización con los personajes. De cualquier forma es entretenida.
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