1850 – 1893… En la personalidad de Maupassant y por extensión en su figura literaria, hay algo de cruda contradicción entre un crecimiento alejado de la figura de su padre y su conversión en un mismo estereotipo paternal de tipo misógino.
Sus circunstancias vitales marcadas por la muerte de su hermano y la separación de sus padres lo guió hacia una introspección fatalista que encajó perfectamente con una corriente naturalista empeñada en desnudar las miserias con esa naturalidad entendida como la podredumbre del alma entre las estrecheces de las costumbres y las normas.
El naturalismo imperante en su época creativa, como corriente capitalizada por Zola, encontró en Maupassant otro pilar en su vertiente más pesimista y a la vez más lúcida en esa fatÃdica asunción del propio autor por pincelar la abominable sensación de existir en un mundo despojado del reciente brillo del romanticismo.
Pero asumiendo ese aspecto contradictorio del Maupassant en deuda con su infancia infeliz, también encontramos en sus cuentos narraciones entregadas a lo fantástico, a un escenario gótico heredado de Poe.
Asà que leer a Maupassant es hoy una introducción a la crónica más pegada a la tierra en su narrativa primera más extensa o una incursión en los abismos del alma en relatos naturalistas en el fondo pero con tintes románticos en el fondo. Todo ello acompasando perfectamente un extraño final de siglo XIX, ya sometido a los dictados alienantes de una sociedad industrial en los albores del primer gran salto al capitalismo.
Top 3 libros recomendados de Guy de Maupassant
Bola de sebo y otros relatos
Para un servidor, que siempre le ha gustado más lo fantástico que el hiperrealismo, encontrar ese volumen supuso una revalorización de un Maupassant sobre el que tenÃa marcadas otras etiquetas de mayor sobriedad narrativa.
Publicado por primera vez allá por 1880, el relato que encabeza este compendio nos invita a un viaje muy singular para unos personajes que abandonan una zona de conflicto en la Francia de 1870. En su huÃda, pronto encuentran todos su particular cabeza de turco sobre la que focalizar su ira y su tristeza.
Bola de sebo es una mujer enfrentada al viaje como una odisea de la mezquindad humana. Y todo lo que pase en ese viaje acaba apuntando a lo peor de lo que podemos llegar a ser, a la renuncia a los principios por la supervivencia y a la capacidad para superar los peores pecados con la más liviana hipocresÃa…
Acompañan a la historia principal hasta 10 relatos más (La casa Tellier, Mademoiselle FifÃ, Las tumbales, La cama 29, El amigo Patience, Ese cerdo de Morin, Un dÃa en el campo, El crimen del tÃo Boniface, El collar y El viejo), relatos de menor enjundia pero que, como un buen aliño, acompañan bien.
La vendetta y otros cuentos de horror
Si hablamos de relatos en los que la muerte tiene una presencia exuberante, pronto recordamos al Poe ya citado anteriormente. Y lo cierto es que Maupassant dista mucho de ser Poe y sinembargo concentra un mismo fondo argumental.
La melancolÃa de uno o de otro autor explota en argumentos siniestros, decadentes. La violencia de la muerte en cualquier de sus manifestaciones toma aquà el vigoroso cuerpo de la certidumbre de nuestra naturaleza humana y se enfrenta a ella con valentÃa impostada.
Al final el nexo de unión de uno y otro es la noción demencial de nuestro tiempo limitado, con los monstruos de la imaginación de uno u otro autor ocupando sus almas para plasmarse en historias tan alejadas como próximas, cual polos opuestos de imanes para una misma concepción de la vida.
Bel Ami
Por momentos parece como si esta historia se hubiera escrito como contraste para la gran obra romántica de Dumas, El conde de Montecristo.
Hay algo de profunda revancha con un tipo que vuelca su voluntad y su ambición en una venganza lÃrica, como es el caso del Conde. Porque en esta historia encontramos al despreciable Georges Duroy, llegado de las colonias a la metrópoli francesa. Y poco a poco descubrimos a un tipo capaz de todo por el medro más indecente.
Héroe de los ánimos más aviesos y las voluntades más perversas. Uno de los primeros grandes antagonistas hecho triunfador, CÃnico y estoico a partes iguales, George venderá a cada momento su alma al diablo de las tentaciones más destructivas por tan solo seguir su camino a la gloria de la vanidad.