La incursión en la novela, en el caso de autores tan creativos como Santiago Lorenzo, llegado en su caso del cine y con ese punto underground con el que ha irrumpido en las letras, siempre vaticina el despertar de un nuevo referente contracultural. Y la literatura siempre anda necesitada de un punto contracorriente para combatir lo lineal, lo manido, lo recurrente…
No es que no haya imaginación, ingenio y oficio entre tantas y tantas propuestas, grandes autores y sellos editoriales. Pero cuando tipos como Houellebecq o en su momento Bukowski (por citar a dos grandes creadores contracorriente) y en este caso Santiago Lorenzo, arriban con sus ganas de contar algo a su manera, sin ceñirse a otras pautas más allá de la impronta, acaba surgiendo algo diferente.
Bienvenido lo excepcionalmente diferente, a los argumentos que abordan historias entre lo surrealista, lo transgresor, lo irreverente o lo disruptivo. Hagamos un paréntesis entre nuestros libros de cabecera recomendados por críticos, valorados masivamente por lectores y aferrados a los cánones de los géneros. Disfrutemos de la literatura sin etiquetas.
Top 3 libros recomendados de Santiago Lorenzo
Los asquerosos
No sé qué pensaría Daniel Defoe de este Robinson Crusoe ibérico con evidentes tintes de parodia que a la postre acaba orientándose más a una crítica humorística actual en la que queda demostrado que la supervivencia más allá de la era de la conectividad es posible, en la mejor de las interpretaciones.
Manuel es una suerte de maqui de nuestros días que huye a un lugar recóndito de esa España plagada de pequeños pueblos cargados de ecos y olvido. Y ahí, en medio de la nada, Manuel pasa a ser un fugado asceta. Desde que apuñalara al policía, movido por su espíritu rebelde que lo ubicó en el lugar más inadecuado en el momento oportuno, decide escapar de las garras de una justicia que lo reclama por su improvisado delito de sangre.
Es entonces cuando la novela se convierte en una regresión con vis cómica y con un profundo punto de crítica ácida. Regresión porque con Manuel redescubrimos los aspectos más singulares de una vida sencilla, desconectada del ruido, entregada al día a día sin mayor proyecciones. Y de crítica ácida porque de ese devenir de la nueva etapa de Manuel se puede extraer una intención reflexiva sobre los derroteros de nuestra sociedad actual.
No resulta fácil narrar una historia en la que no se ofrece una acción muy dinámica, una tensión narrativa de gran voltaje (más allá de si Manuel será descubierto en alguna ocasión). Y, sin embargo, la historia engancha en ese redescubrimiento de todo, en el transitar ingenuo del tipo urbanita enfrascado en un nuevo entorno en el que lo que antaño fuera corriente ahora apunta a misión imposible.
Acierta el autor en su descripción casi alienada de esa nueva realidad de Manuel. Una perspectiva que aporta esa noción cómica sobre lo que hemos llegado a ser en un salto evolutivo de mano de una tecnología que ha favorecido el olvido de nuestras formas más básicas de relación con el entorno.
Con el paso de las páginas nos enfrentamos a una lucidez estremecedora. Nuestra sociedad, saturada de lo imperativo y lo inmediato, adolece de grandes aspectos necesarios para esa autorrealización que puede partir desde lo más sencillo, desde la determinación del uso del tiempo plenamente consciente.
Pero todas estas ideas no nos llegan con lo que se puede interpretar bajo una carga filosófica y sociológica. Tan solo hay que acompañar a Manuel y dejarse llevar. Las dudas, la risa y una tensión que gobierna en todo momento sobre lo que llevó hasta ahí a Manuel y lo que puede ser de él, aportan ese equilibrio, ese reflejo en el que descubrimos las singulares simetrías a uno y otro lado de una forma de vida y otra.
Los millones
La primera novela de este autor. Y una descarada invitación a esa propuesta diferente ya anunciada en la entradilla de esta selección particular.
Las estridencias de un argumento iniciado desde un personaje tan trasnochado como puede ser un activista de los GRAPO, acaban sirviendo a la causa de un nuevo esperpento hecho novela, con ese toque de humor fatalista, revisionista de las miserias de una parte de la idiosincrasia española que abunda en una picaresca llegada al lado oscuro en unos días en los que el capitalismo levanta imágenes canónicas mientras que destruye los pocos reductos de autenticidad.
La caracterización de los personajes, entre lo cómico y lo fatalista, sirve para componer una trama muy viva cargada de humor corrosivo, pero con ese fondo que acaba despertando las paradojas de nuestro estilo de vida, de nuestras carencias tapadas con lo material.
Mientras avanzamos en el periplo del agente del GRAPO, en busca de cobrar su millonario boleto de lotería sin levantar pistas que puedan acabar con él, acabamos riéndonos de nuestras propias miserias, de nuestros dioses con pies de barro y del destino presentado como la imagen y el éxito en el que las evidentes deformidades nos llegan como ese esperpento ya citado, recuperado de Valle Inclán y reconstruido en nuestros días. Solo que, a la postre, entre lo indigno y lo injusto, el autor ha sabido colmar de ilusión y esperanza en lo verdaderamente humano concentrado en los brillantes Francisco y Primi.
Las ganas
Si en cualquiera de las historias de Santiago Lorenzo podemos encontrar, de fondo, ese gusto por lo netamente humano en lo emocional y en lo existencial , esta trama lo acaba abordando con descarnada intención teatral.
En Benito encontramos a ese alter ego de todo lector, enfrentado a lo que querría emprender por fin en su vida, en su parcela más personal, pero que siempre aparca entre nimiedades materiales (coleccionar llaveros tiene su punto cuando no tienes cosa mejor que hacer).
Saturado por sus carencias hasta lo fisiológico, Benito cada vez más se va cerrando en su caparazón frente a la oportunidad de su vida, telegrafiada por su destino con letras rojas de URGENTE. Si Benito fuera capaz de contactar personalmente con María quizás todos sus males desaparecieran, incluso en esa parcela de lo sexual que lo tiene mareado. Pero el autor gusta de esa recreación en la frustración autoimpuesta, en su ridiculez.
En el horizonte de una trama con tintes tan cómicos como trágicos en mismas escenas, el encuentro entre Benito y María asoma como la posibilidad de un gran orgasmo que reconcilie a tamaño sufridor con la vida.
Otros libros recomendados de Santiago Lorenzo…
Tostonazo
Nunca está de más romper una lanza en favor del aburrimiento. Desde el aburrimiento se han parido los mayores disparates y las más absolutas genialidades a partes iguales. Y es que la imaginación se dispara cuando no tiene otra cosa que hacer. Pero hoy el aburrimiento está infravalorado. Aburrirse es de losers en un mundo sobrecargado de posibilidades de ocio que cada vez resultan menos lúdicas. Con lo cual el aburrimiento clásico se convierte en un hartazgo mucho peor, un empacho del que es más difícil sacar algo productivo…
Un luminoso canto a la vida contra el aburrimiento. Leer esta novela es el mejor acto de resistencia. Esta es una novela sobre quienes hacen la vida posible y quienes la hacen imposible. Sobre sentirse diferente en un mundo de gente que quiere que todo siga igual. Nuestro protagonista es de los primeros: un tipo sin oficio ni beneficio que se ve, de repente, trabajando como becario en el centro de las cosas: una película en Madrid. Un rodaje mangoneado por un ignorante cínico que manda sobre todos.
Para olvidarse de la capital, se ve obligado a aceptar un trabajo en un lugar aparentemente peor: una ciudad de provincias, de esas de las que se dice que están muertas y en las que parece que nunca pasa nada. Sin embargo, allí es donde él descubre la amistad, la alegría de ser y la vida vivible. TOSTONAZO es una novela luminosa que habla de las sombras de este país. Una historia política y tierna. Sobre buscarse la vida y encontrar el brillo, lejos de los focos y de los cretinos. Leerla es rebelarse contra lo que toca y desenmascarar a los malos como lo que son, aunque ellos no lo sospechen: un aburrimiento.
Acabo de leer los asquerosos…….joder qué descubrimiento!!!. Santiago Lorenzo el nuevo Quevedo. Para reír y pensar. Enhorabuena
Sí, burlesco y satírico como el mismísimo… Grcias, Pepe.
Ciertamente los mejores libros que he leído en muchos años, sin olvidar el que más me ha gustado, «Los huerfanitos». Leerlos es uno de los mayores placeres que da la literatura, Dan mucho que pensar sobre cómo llevamos nuestras vidas y hacía donde queremos ir. Mucho humor.
Muchísimas gracias por tus palabras, (ya) amigo Juan. Un abrazo, S. L.
A mandar, Santiago. Y enhorabuena!, que andas como un tiro con los asquerosos. Te deseo lo mejor. Saludos!