Que el humor no es algo reñido con la literatura más exquisita es algo que evidenciaron ya en su momento Tom Sharpe en variadas entregas o John Kennedy Toole en su única y magna obra donde demostró que todo el mundo conjura contra los genios más incomprendidos. Por eso decidirse por el humor salpicado en su justa metida resulta una decisión casi necesaria para combatir excesos de formulismo argumental o formal.
En ello andan autores patrios como Santiago Lorenzo o un JoaquÃn Berges que sabe tirar de humor inteligente o de esperpento. Lo importante es el acierto para cultivar lo cómico en cualquier terreno, haciendo que ya nada pueda quedar baldÃo sin la emoción de la risa desde la sintonÃa empática que nos ubica en el epicentro de la broma o de la burla; o que nos sorprende con el amargor de la crÃtica que frisa lo satÃrico.
El humor es un complemento que va con todo. Apostar por él como autor es diferenciarse frente a narradores de mundos más serios donde los personajes apenas esbozan una sonrisa cada tropecientas escenas. Además, considerando el absurdo que cada vez más se nos viene encima, reÃr es la mejor opción. Y la literatura en clave de humor, más o menos marcado, es una apuesta liberadora.
Top 3 novelas recomendadas de JoaquÃn Berges
Peregrinas
Humor acercándose al ocaso de la vida. La placentera risa de quien sabe plenamente que solo existe el presente. Porque por mucho que nos insistan en ello gurús espirituales o coach emocionales, el asunto llega cuando llega. Y el descubrimiento despierta una risa que en parte viene de la definición más acertada de la melancolÃa: la alegrÃa de estar triste.
Dorita, Fina y Carmen son tres octogenarias que, con el pretexto de hacer el camino de Santiago, se escapan de la residencia de ancianos donde viven el verano del desconfinamiento. En realidad, Dorita tiene una asignatura pendiente en Tarragona, y ha convencido a Carmen, que tiene carnet de conducir, y a Fina, que es dueña de un viejo Volvo 850, para que la acompañen.
A Fina, que sufre un principio de demencia, van convenciéndola de que están haciendo la ruta que lleva a Santiago de Compostela, aunque han tomado justo el sentido contrario, hacia el Mediterráneo. Mientras asistimos a los apuros de estas tres aventureras por el interior de España, la novela reconstruye los momentos más singulares de sus vidas y los motivos que justifican tan insólita escapada.
Entre Arrugas, de Paco Roca, y Las chicas de oro, un viaje repleto de humor y situaciones embarazosas, pero también profundamente emotivo en el relato de las historias personales que cada protagonista lleva consigo.
Nadie es perfecto
Con un aroma a la literatura anglosajona entre lo decimonónico y los inicios del siglo XX, Berges se pone en la piel de los satÃricos narradores de aquellos dÃas. Aquellos que ponÃan a vÃctimas y verdugos a tomar té a las cinco para que ciertas dosis de surrealismo entre clasismo enervante, explote hacia lo inesperado.
En Kenwood Manor, una gran mansión en medio de la campiña inglesa, los Whirlpool dan una gran fiesta con invitados de diferentes procedencias. Entre ellos, un investigador privado, al que encargan un difÃcil e inesperado cometido: desentrañar quién es el heredero de la familia.
En sus pesquisas pronto sabrá que no lo tiene fácil, pues descubre algunas aficiones secretas de los aristócratas ingleses, y que por la casa pululan más personajes excéntricos de los que esperaba: desde el abuelo enloquecido que se declara inocente de un supuesto crimen, hasta chicas y pretendientes cazadotes, asà como un impertérrito mayordomo, Harrods, que no le quita ojo, digno heredero del mÃtico Jeeves de P.G. Wodehouse.
Vive como puedas
La vida se precipita en ocasiones. Y la cosa llega a ser un sin vivir por esa extraña inercia que desencadena desastres, improvisaciones y demás anomalÃas. Sobrevivir es entonces el pan de cada dÃa.
Por más que le recomienden tomarse las cosas con calma, y que su mujer, naturista convencida, quiera inculcarle los hábitos de una aburrida vida sana, Luis no gana para sobresaltos. Su primera mujer, Carmen, se ha casado con su primo Óscar, un arribista que no sólo se ha quedado con ella sino también con el puesto al que aspiraba Luis en la empresa de energÃa eólica para la que trabaja.
Entre llamada y llamada de su madre para hablarle de la tensión arterial, Luis intenta resolver los conflictos de su hijo pequeño en el colegio, preocuparse de los lÃos de sus hijos mayores con las drogas de diseño, asumir que sigue enamorado de Carmen y aplaudir las actuaciones de un peculiar payaso que conoce gracias a sus hijos.
Mientras, el viento hace girar las palas de los aerogeneradores como saetas de un reloj que descuenta el tiempo que le queda de vida. AsÃ, entre complicaciones crecientes y vivencias al lÃmite, el equilibrio algo inestable de su situación inicial acaba volviéndose un descontrolado desequilibrio estable lleno de giros hilarantes.
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Ganas de vivir
Nada mejor que arrancar de un estereotipo siniestro para asegurar mayores dosis de risas en el contraste. La muerte es un mero trámite para los enterradores que quizás los conduzca a una existencia plana, sin el más mÃnimo sobresalto que los conduzca a ellos a ser clientela de su negocio. Pero vivir no es dejarse llevar por la nada. La vida es ir de farol hasta el final para poder dedicar una sonrisa transformadora (y ciertamente inquietante) a tu enterrador.
Los Llorente son propietarios de una funeraria en Zaragoza y parecen heredar algunas fijaciones obsesivas que les impiden sentirse normales. El abuelo Cosme, el fundador, siente un temor creciente a ser enterrado vivo. MatÃas, el padre, no puede reprimir su atracción secreta hacia las fallecidas hermosas que llegan a la funeraria, y Tristán, el nieto, que será a la postre el que mantenga vivo el negocio, tiene cierta inclinación por el fetichismo.
Cuando Tristán se enamore de Gracia, que le recuerda a una bellÃsima actriz del Hollywood clásico, caerá en la cuenta de que vive rodeado de personas poco convencionales, sin ganas de vivir e incapacitadas para ser felices, y temerá seguir el mismo destino. Pese a las pulsiones descontroladas de unos y otros, bastará la aparición de un amor inesperado para que las ganas de vivir se abran paso y lo compliquen todo con vocación de resolverlo. Una ácida comedia, ingeniosa y emotiva, que confirma a Berges como el escritor humorÃstico más original.