Haber escrito más de 50 obras en un género de ciencia ficción que siempre requiere de un sobreesfuerzo creativo, dice mucho de la capacidad del escritor Orson Scott Card. Si además muchas de sus novelas han resultado premiadas con los principales galardones de este género, se ratifica que lo suyo no es la profusión sin fundamento, sino más bien una imaginación encauzada hacia un método de trabajo que le permite pasar de una a otra obra con la facilidad del que ha encontrado el sistema perfecto que compatibilice creatividad y argumentos.
Como me suele ocurrir casi siempre que empiezo a leer a un autor, me interesé por sus inicios. Más allá de las primeras «escaramuzas» literarias en revistas menores, la gran transformación del aficionado en el escritor de oficio surgió en 1977 tras escribir la novela corta El juego de Ender… Ese debió ser el momento en el que, tras concluir una obra más o menos extensa, el bueno de Orson debió de considerar que si pulía todo ese torrente de imaginación podría conseguir escribir una buena novela.
Y cuando la novela El juego de Ender alcanzó fama mundial, pensaría en redondear la idea con una saga… Para entonces Orson Scott Card ya había aprendido a domar la creatividad, colmándola con ese plan metódico que colmó de virtudes todo lo que vino después, que no fue poco.
Claro está que, además de escribir, Orson Scott Card también ha querido profesar su exitosa fórmula y no deja de presentar clases de escritura creativa. Así que si estás pensando en encontrar cauces para tu imaginación en lo que a narrativa se refiere, gástate unos cuantos euros y apúntate a uno de sus cursos…
Bromas o sugerencias aparte, me atrevo a apuntar que la magna obra de Orson Scott Card comparte, en cuanto a narradores de su género actuales, lo mejor de un John Scalzi encauzado hacia la ciencia ficción interestelar y el admirado escritor de lo épico y lo fantástico Patrick Rothfuss, compendiando y mejorando a mi entender partes de uno y otro.
3 mejores libros de Orson Scott Card:
El juego de Ender
Resulta fascinante imaginar esta obra en sus albores como novela corta. Pensar en lo que fue y en lo que terminó cerrándose como una saga de seis entregas voluminosas, entronca con la idea de la inagotable fuente de la imaginación del autor. Nos encontramos en un entorno futurista con ciertos aires de distopía social en la que la vida se limita a un máximo de hijos. Pero a la vez el planteamiento se abre a la idea de que en la excepción, en la apertura de ideologías, puede residir la solución a un problema que nos bloquea.
La amenaza extraterrestre en forma de plaga aporta una noción de innegable fatalidad para la civilización humana. Especias de otros mundos con tamaño de insectos y capacidad de raciocinio con el que coordinar sus ataques. Solo Ender, el elegido, la excepción, podrá enfrentarse al ataque. Y desde este planteamiento, que puede considerarse hasta simple, se extiende una gran historia entre la épica, el romanticismo, la ciencia ficción y el toque humanista que siempre aporta una historia en la que nuestra existencia se encuentra al borde la desaparición.
La voz de los muertos
Resulta imposible citar como mejor novela de Orson Scott Card El juego de Ender y no ubicar inmediatamente después esta segunda parte que, sin embargo, resulta ciertamente rompedora. Una continuación siempre anticipa sabores a prolongación de lo ya leído. Y, sin embargo, esta nueva novela desconcertó a todos ubicándose miles de años después de que Ender se encargara de la difícil misión de eliminar los insectos con fines más aviesos de la historia de la literatura.
En esta ocasión el mundo de Ender ha evolucionado. Él tan solo debiera ser un recuerdo, un mito, una leyenda enterrada por los Portavoces de los muertos. Pero el contacto con nuevas formas de vida de otras galaxias acaba provocando que Ender se muestre de nuevo para intentar librar a la humanidad de inminentes peligros.
La memoria de la Tierra
La saga del retorno es uno de los conjuntos más singulares de la literatura de ciencia ficción. En este conjunto se inserta parte del imaginario religioso mormónico, como una demostración de compromiso y de deuda moral del autor con esta creencia. Pero más allá de esta intención religiosa, la saga, con esta primera novela a la cabeza tiene una interesante vertiente literaria (aunque no se puede negar la sugerente connotación religiosa).
Los humanos que sobrevivieron a sus propios desastres migraron al planeta Armonía. Sabedores de las limitaciones de una civilización entregada al egoísmo que casi acabó con todo, los nuevos humanos se entregan al Alma Suprema, un ordenador que establecerá normas, leyes y que castigará o recompensará comportamientos. Pero no todos los humanos comulgan con este planteamiento y el enfrentamiento acabará por apuntar a la extinción total, Solo el Guardián de la Tierra podrá solucionar el fin de nuestros días.
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