Los 3 mejores libros de Ilaria Tuti

Hace ya un tiempo que la literatura noir española viene siendo capitaneada por narradoras. Grandes escritoras respaldadas también por un rotundo éxito internacional. Citar a veteranas como Alicia Giménez Bartlett o a irrupciones consolidadas como Dolores Redondo son ya palabras mayores.

En el caso de Ilaria Tuti encontramos a un interesante referente femenino del género negro en una Italia que sin duda ha observado el ejemplo español con la nitidez del espejo necesario. Porque más allá de sexos, estas autoras narran sobre la oscuridad del mundo con la validez de un relevo generacional de otras grandes plumas antaño casi siempre masculinas por estos lares. Desde Vázquez Montalbán a Camilleri, a ambos lados del Mediterráneo, aplaudirían esta necesaria readaptación del femme fatale como una etiqueta para escritoras capaces de ponernos los pelos de punta con sus tramas y giros.

Iralia Tuti es una recién llegada, cierto. Pero su potente imaginario venía ya tomando carrerilla y su trilogía ya está cerrada en torno al protagonismo de una Teresa Battaglia que se antoja mítico por las hechuras propias de la investigadora y por una deriva argumental que apunta a inquietantes giros…

Top novelas recomendadas de Ilaria Tuti

Hija de las cenizas

La mente del asesino a disponibilidad de la policía. Algo así como aquel Hannibal que todos recordamos, el que se puso a disposición de, Clarice, la psiquiatra forense de la policía para que escuchara el susurro de los corderos… Solo que en esta ocasión incluso el mal se espanta de sus réplicas. Porque siempre hay imitadores, siniestros asesinos que superan a sus maestros hasta convertirlos en simples matarifes.

Un asesino en serie, detenido por la comisaria Battaglia hace veintisiete años, consigue escapar del módulo de alta seguridad de la cárcel en la que está preso. Sin embargo, tras diez días de fuga, él mismo se vuelve a entregar a la policía porque teme ser el blanco de otro peligroso criminal que quiere reproducir los antiguos y macabros escenarios de sus asesinatos. Para desvelar nuevos detalles sobre sus crímenes e información sobre su misterioso imitador, solo está dispuesto a hablar con Teresa Battaglia.

Teresa debe interpretar las enigmáticas pistas que este deja tras de sí: unas refinadas piezas de mosaicos que construye con trozos de huesos humanos, al tiempo que intenta reconectar con la persona que fue hace casi tres décadas, aquella mujer brillante, atrapada en una turbulenta relación conyugal, que se convirtió en una pionera cazadora de asesinos en serie y en la primera especialista en perfiles criminales de la policía italiana.

Flores sobre el infierno

Lo bucólico se convierte en algo siniestro. La montaña y su entorno es vida, oxígeno, pero sus bosques albergan atávicas leyendas y oscuros miedos en torno a lo salvaje. El ser humano puede retomar su lado más bestial para sembrar el mal. Y nada mejor que un entorno de exuberante naturaleza para profundizar en esa mezcla de lo siniestro y lo ancestral.

Dolores Redondo quizás abriera sendas del género negro entre lo boscoso con su trilogía del Baztán exportada a todo el mundo. Y ahora es Ilaria Tuti, desde Italia, la que vuelve a ofrecer un thriller de grandes espacios naturales con protagonismo femenino absoluto.

Porque Teresa Battaglia, la encargada de investigar unas muertes y la desaparición de un bebé, patrimonializa gran parte de la tensión narrativa. Su búsqueda de respuestas para detener al criminal se completa con pesarosos recuerdos y culpas que la acechan desde las propias sombras de su ser, convertido en un frondoso bosque en el que se va perdiendo cada vez más.

Massimo Marini es ese ayudante necesario que puede sostener a la protagonista en sus peores momentos de desorientación. Porque el caso parece hecho a medida para terminar de desequilibrarla. Los sucesos se confabulan para abrir las puertas de un infierno hecho bosque y montañas en el que reverbera un eco perenne que asoma a la locura y la maldad; y que enfrenta a la más dura pugna desde el fuero interno de Teresa y hacia esa sombría certidumbre de que el mal, el infierno, es todo uno.

Flores sobre el infierno

Virgen negra

Con dos novelas en su haber, la italiana Ilaria Tuti es una de esas autoras in crescendo pero pendiente de confirmación absoluta. Porque luego llegan casos como los de Paula Hawkins que acaban estancándose sin visos de solución después de haber conocidos los más sonados éxitos. Llegar a ser un Joel Dicker o quedarse en el one or two hit wonder es solo cuestión de bajar ligeramente el listón de auto exigencia frente a presiones editoriales que urgen novedades…

Pero claro, en el caso de Tuti, los galardones vienen a confirmar ese buen hacer más allá del golpe de efecto comercial. Y es que si en un despegue como el de «Flores sobre el infierno» es rebasado por anticipado por un glorioso finalista del Edgar 2021 como este, podemos imaginar todo lo que puede llegar…

La comisaria Teresa Battaglia duda si seguir ocultando a su equipo la enfermedad que se ceba con su memoria, cuando recibe una llamada desde una galería de arte: ha sido hallado un retrato de enorme valor atribuido a un pintor de culto, Alessio Andrian, cuya undécima y última obra se creía perdida.

El cuadro, sin embargo, posee un detalle que ensombrece el descubrimiento: la pintura roja que dibuja el rostro de una joven es en realidad sangre humana y, según el análisis cromático, el pincel del artista se empapó en un corazón que aún latía.

Teresa y su equipo tienen que averiguar qué sucedió en 1945, año en que se pintó el cuadro, cuando el autor se encontraba escondido en los bosques cercanos a la frontera entre Italia y Yugoslavia huyendo de los nazis. Battaglia, con una salud cada día más frágil, debe confiar en la ayuda de su colaborador Massimo Marini, pero pronto se dará cuenta de que ella no es la única que oculta un secreto inconfesable.

La virgen negra
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