Los 3 mejores libros de aventuras

Los orígenes de la literatura se basan en el género de aventuras. Las hoy reconocidas como más grandes obras de la literatura universal nos llevan de viaje para adentrarnos en mil peligros e insospechados descubrimientos. Desde Ulises hasta Dante o El Quijote. Y, sin embargo, hoy el género de aventuras parece quedar relegado a una narrativa menor. Paradojas que acompasan el devenir de nuestra cultura.

Quizás sea cosa de que poco queda ya donde aventurarse en este mundo cartografiado de cabo a rabo. Y así la literatura gira hacia la recreación estética, hacia la crónica o hacia otro tipo de viajes introspectivos que pueden ir desde el thriller hasta lo romántico.

Por suerte, pese a que este género de géneros no capitalice la atención lectora, seguimos encontrando en la ciencia ficción o en autores como Matilde Asensi, Vázquez Figueroa o el infatigable Pérez-Reverte, nuevas páginas donde descubrir esa intriga por el viaje confiado a la buenaventura que apunta al descubrimiento de nuevos dorados. Nuevos lugares donde recuperar esa necesidad, esa sana ambición del ser humano por atisbar horizontes tan imposibles como placenteros en su mera intención de dar alcance.

Pero, pese a la encomiable intención de los nuevos narradores de aventuras, el género encuentra su más gustoso espacio en autores que vivieron en ese mundo entre sombras y nuevas luces de los siglos XVIII y XIX. En ellos vamos a fijarnos en esta selección.

Top 3 novelas recomendadas de aventuras

Robinson Crusoe, de daniel defoe

Toda aventura apunta a una vertiente trascendente cuando es emprendida por un protagonista solitario. Con permiso de los héroes clásicos o del intrépido Don Quijote, el aventurero por excelencia, de la literatura moderna, claro está, es Robinson Crusoe. La sensación de desasosegante infinitud del náufrago que observa la noche más estrellada del mundo. Apartado de todo en su nuevo reino de una isla remota… En el contraste entre lo agorafóbico y el inabarcable espacio a la vista se despierta la sensación de la aventura extrema y esencial por sobrevivir.

Las aventuras de Robinson Crusoe comienzan un día en el que, desobedeciendo la voluntad de su padre, que desea que estudie leyes, el joven decide acompañar a un amigo suyo en un viaje por mar. Este primer viaje despierta en Robinson el ansia por conocer mundo, y se embarca en distintas expediciones. En una de ellas, el barco en el que viaja naufraga, y Robinson es el único superviviente. Perdido en una isla desierta deberá sobrevivir a las necesidades más elementales de la vida y, sobre todo, deberá sobrevivir a la soledad. Robinson Crusoe es todo un clásico de la literatura de aventuras.

Los viajes de Gulliver

Una historia imperdible para evocar ese gusto por el viaje como un ilusionante tránsito en el que siempre descubrir nuevos mundos. En la hipérbole de sus personajes diminutos o sus gigantes aprendemos a ver lo nuevo con la necesaria visión del descubrimiento. Una gran historia de aventuras con una innegable doble lectura. Estupenda para niños y jugosa para adultos con esa alegoría de lo sociológico que fácilmente podemos entresacar.

Publicado en 1726 como el relato de un tal capitán Gulliver, fue leído en su época como una feroz diatriba contra las costumbres sociales de su época, y posteriormente se ha leído en todo el mundo como una dura crítica al ser humano, para acabar convertido en uno de los clásicos más indiscutibles de la literatura infantil. No hay duda de que los fascinantes viajes y aventuras de Gulliver son un modo de hablar indirectamente de los defectos más graves y comunes de nuestra sociedad, pero también que es una apasionante sucesión de aventuras llenas de intensidad y de agilidad narrativa que han hecho las delicias de muchas generaciones de jóvenes lectores.

Esta célebre novela satírica es a la vez un relato de aventuras y una artera reflexión filosófica sobre la constitución de las sociedades modernas. Los encuentros del náufrago Lemuel Gulliver con los minúsculos liliputienses, los gigantes de Brobdingnag, los filosóficos houyhnhnms y los brutos yahoos harán que el protagonista, como el lector, abra los ojos a la cruda y verdadera naturaleza humana.

De la Tierra a la Luna, de Julio Verne

Para un niño que quería ser de mayor astronauta, esta novela supuso ese temprano descubrimiento de lo que podría encontrarme de mayor en nuestro satélite, belicosos selenitas incluidos. El viaje me costaría, según los cálculos hechos por Verne 97 horas. O sea que tenía que prepararme a fondo para aguantar esos cuatro días en la cápsula espacial. Con su componente de ciencia ficción y la habitual fluidez del genial Julio Verne, esta novela resulta cautivadora.

Estamos en 1865. El primero de diciembre, a las once menos trece minutos, ni un segundo antes ni después, debe ser lanzado aquel inmenso proyectil… En su interior viajarán tres originales y pintorescos personajes, los tres primeros hombres que se dirigen a la Luna. Es un proyecto fabuloso que ha despertado el interés del mundo entero. Pero no es tarea fácil tener todo listo para esa fecha… Sin embargo, si esto no se logra, habrá que esperar dieciocho años y once días para que la Luna esté en las mismas condiciones de cercanía de la Tierra. Julio Verne hace participar al lector, en forma vívida, en todos los preparativos para esta aventura realmente apasionante.

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