Los 3 mejores libros de Roberto Sánchez Ruiz

De la vida misma surgen las novelas. En un término medio entre la vida y las novelas están los periodistas, con su código deontológico que encumbra la verdad por encima de todas las cosas. Solo que sabe Dios qué es la verdad en muchas ocasiones. Así, los periodistas en ejercicio viven forzados a ajustar realidad y verdad. Como si fueran la misma cosa. Curioso desempeño nada fácil. En primer lugar por el mero hecho de disponer, incluso desde lo sensorial, de la visión subjetiva de unos hechos también siempre subjetivos.

Semejante divagación para adentrarnos en el quehacer literario de un Roberto Sánchez que no es la excepción en una profesión periodística que no pocas veces acaba derivando en narrativa pura y dura, como la vida misma. Desde Carme Chaparro hasta Carlos del Amor o Teresa Viejo, por citar ejemplos actuales. La literatura acoge periodistas con los brazos abiertos de par en par. Terapia o placebo, escribir historias los reconcilia con esa quimera de relatar lo que ocurre en nuestro mundo. Porque quizás haya más verdades en sus novelas que ahí fuera, en las sombras de la vida.

Precisamente en esas sombras Roberto mueve sus tramas con la solvencia del conocedor de mecanismos, modus y querencias, por buscar términos alternativos para un mundo que siempre se mueve de manera alternativa a su aparente devenir. Y sí, una vez más es la novela negra la que más se acerca a explicar lo que todos intuimos pero pocos queremos ver acerca del funcionamiento tan real como soterrado de las cosas…

Top 3 novelas recomendadas de Roberto Sánchez Ruiz

Asesinos de series

El recurso del personaje profano que llega al siniestro mundo del hampa tiene mucho tirón porque consigue ubicarnos a todos en esa posición de intrusismo, de indefensión frente al mal en toda su esencia. Si además la trama consigue incrementar la tensión y mejorar incluso ese punto de partida, la lectura apasionada está asegurada.

‘Asesinos de Series’ es el nombre del blog de tres jóvenes (Andrés, Marta y Rubén) que viven juntos en Madrid. Adictos a las series, sueñan con crear su gran éxito internacional: una serie de referencia como podría ser Lost. Andrés se gana la vida escribiendo textos para agencias de publicidad y prospectos de farmacia. Marta es maquilladora en culebrones. Rubén es taxista y, en las largas esperas en el aeropuerto o estaciones, devora todas las series posibles.

Un día, reciben la llamada de una productora de televisión para entrevistarles. En realidad les recibe un subinspector de policía, Héctor Salaberri. El motivo: se están cometiendo unos asesinatos que tienen algo en común; están inspirados en series de televisión. La policía quiere que les ayuden a encontrar nuevas pistas que puedan aparecer en otros casos y, a la vez, ir dibujando el perfil del asesino. Ese mismo día, cuando acuden a la cita, deben dar un rodeo porque el tráfico del centro de la ciudad está imposible. Desde la sexta planta de un hotel ha saltado un hombre. No tiene ningún documento que lo identifique. Se registró la noche anterior con un nombre falso. Este caso se les encarga a los compañeros de Salaberri, el agente Benítez y la inspectora jefe, Isabel Velasco.

Asesinos de series

Salvarás a mis hijos

Nada como un buen asesino en serie, capaz de fundamentar y teatralizar el crimen como si de una sublimación de los horrores fuera, para cautivarnos con ese reclamo diabólico del lado salvaje, de la locura y la animadversión. La vida y la muerte son ese juego que puede arrastrar a uno cuando decide asomarse un poco a ver qué es lo que ocurre entre las sombras…

Vuelven Velasco y Benítez. Vuelve Roberto Sánchez con la pareja de detectives que cautivó a más de 10.000 lectores en Asesinos de series. La novela inspirada en Asesinos de Series salta ahora a la gran pantalla.

Una directiva del grupo que produce la película aparece muerta en extrañas circunstancias días antes de su estreno. La inspectora jefe Velasco y Benítez, su ayudante, tienen motivos para sospechar que se enfrentan de nuevo al asesino de las series, o a un imitador. ¿Quedaron cabos sueltos? ¿Quién puede conocer tantos detalles precisos que no se hicieron públicos sobre el caso?

Salvarás a mis hijos

Quienes manejan los hilos

Lo de las ucronías es un planteamiento siempre interesante. Por un lado tienen un fuerte componente de ciencia ficción, de alteración del tiempo con lo que ello supone de mundos paralelos, agujeros de gusano y demás. Pero si nos quedamos con los hechos consumados, con la nueva realidad planteada, la trama puede ser simplemente una brillante elucubración que invita a la imaginación al inquietante y sugerente planteamiento histórico de y si las cosas no hubieran sucedido exactamente como se concatenaron en nuestro mundo. El azar empasta nuestra realidad, y ya sabemos cuánto de caprichosa es Fortuna y sus casualidades…

24 de Octubre de 2019. Ramón Santolaya, en calidad de secretario de Estado, asiste como testigo al acto de exhumación de Francisco Franco en El Valle de los Caídos. Posteriormente, desde el coche oficial, observa el vuelo que porta el féretro hasta Mingorrubio. Sin embargo, los restos del dictador nunca llegan a su destino. El helicóptero que los traslada se estrella pocos minutos después del despegue. ¿Atentado? ¿Accidente?

Está a punto de que se descubra la gran verdad, de que se desvele uno de los secretos mejor guardados de la reciente historia de España. Santolaya teme que lo puedan relacionar con los hechos y decide que es el momento de huir, de abandonar una carrera que le ha llevado hasta la fontanería de la Moncloa pasando por los servicios de inteligencia. Desde la dictadura a la democracia, más de cuarenta años, siempre muy cerca del poder y la toma de decisiones.

En su viaje evoca el pasado en la Barcelona de finales de los sesenta, cuando siendo un ocioso adolescente, la casualidad hizo que empezara a trabajar como lazarillo de un ilustre norteamericano, un agregado comercial con buenos contactos en la embajada. McNamara, sin embargo, se encargaba de tejer las redes de contactos entre todos aquellos actores interesados en tener un papel destacado en la inminente transición española.

Barcelona bulle. Es un campo de minas y de pruebas. De contubernios y conspiraciones. El terreno ideal para las corruptelas, y donde las fuerzas vivas del régimen tienen patente de corso. Ramón Santolaya, ávido lector y devoto de la radio, se verá envuelto en tramas propias de un mundo que solo creía que existía en la ficción. Una historia sobre la amistad y los primeros amores, de crímenes y abusos en la España más negra, de traiciones y dulces venganzas.

Quienes manejan los hilos
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