3 mejores libros del sorprendente Robert Musil

La primera mitad del siglo XX en Europa registra una extensa pléyade de autores trascendentes como necesarios cronistas de un continente sumido en las tinieblas de las grandes guerras mundiales.

Me refiero a los Thomas Mann, George Orwell, o ya en España los Baroja, Unamuno… escritores todos ellos asomados a los abismos de los dos grandes conflictos con sus postguerras, su periodo de entreguerras y las tensiones extendidas durante un tiempo convulso que más allá del devenir sociopolítico, reescribió millones de vidas entre sombras.

Robert Musil, con similar intención esencial que los anteriores, siempre entre lo existencial cargado del pesimismo recalcitrante propio de los tiempos, y la búsqueda de lo humano entre las tinieblas de la humanidad, compuso una bibliografía singular.

No se trata de una gran colección de obras que apenas sobrepasan la decena. Y quizás precisamente en lo exiguo, Musil concentró esa visión del mundo sofisticada desde lo filosófico, transmutado en novela con una riqueza que convierte sus tramas en intrahistorias con peso y poso, con connotaciones humanísticas desde la exposición de sus personajes a esos extremos que hacen sentir la vida como prueba de dolor.

Pero más allá del trasfondo, las acciones de Musil además siempre invitan al nudo sugerente en espera del desenlace sorprendente, como toda novela que se precie para disfrute de lectores ávidos de habitar escenarios tan intensos.

Top 3 novelas recomendadas de Robert Musil

El hombre sin atributos

Una obra con esa vitola siempre singular de lo inacabado que acompaña al gran autor antes de salir definitivamente de escena. Una novela que busca, y pese a su difuminado final consigue, esa trascendencia de la obra magna, del volumen al uso de Proust en «En busca del tiempo perdido».

De entrada la dedicación, superior a la década, para cerrar la obra presenta sin dudas esa voluntad por encauzar al buen reposo del paso del tiempo, sin ceder a las primeras impresiones. Algo que siempre enriquece al retomar personajes y sus matices. Ulrich es el llamado hombre sin atributos, un tío frío y entregado a su mundo de números y combinaciones como buen matemático. Su paradigmática impresión del mundo se le escapa desde la atracción nada matemática que siente por Leona y Bonadea.

Al otro lado, en las antípodas de este mundo extraño entre números, admiración y pasión hecha algoritmo, Un Arnheim ya si repleto de atributos del buen hombre, sabedor de todo, conocedor por excelencia del mundo moderno en toda su dimensión. En el trasfondo la Europa en ebullición prebélica de 1914, en el punto intermedio los pecados, las vanidades, las ambiciones desmedidas y los deseos pueriles de hombres con o sin atributos.

El hombre sin atributos

Sobre la estupidez

Un ensayo sobre la estupidez no debería llevar más de 100 páginas en el mejor de los casos. Salvo que alguien como Musil nos haga querer ver que la estupidez es tan nuestra como el pábulo que le demos.

Porque la estupidez de la que reían los alumnos del profesor Erdmann cuando éste avisó de que eso, la estupidez, sería el epicentro de su ponencia en clase, no es más que la somatización de la serpiente del miedo que se enrosca desde nuestros prejuicios capaces de desfigurar la realidad, nuestro desconocimiento capaz de envalentonarse hasta la negación del discurso del otro por puro daño del ego.

Ser sabio puede ser lo mismo que no ser tan estúpido como para permanecer callado, observar antes de hablar, liberar nuestra mente antes de que nuestras tendencias encasilladoras anulen toda posibilidad de síntesis y aprendizaje. Por eso había que hablar por parte de Erdmann sobre la estupidez. Y por so Musil rescató todo ese pensamiento en un pequeño libro que poder recordar par tratar de alejarnos siempre de nuestra propia imbecilidad.

Las tribulaciones del estudiante Torless

El hecho de abordar un escenario de juventud y en un ámbito castrense para más inri, confiere a esta novela esa mayor proximidad a cualquier lector dispuesto a introducirse en el mundo de Musil.

Törless es un joven soldado enfrentado a las más hondas contradicciones. Porque algo en él puja por despertar ese orgullo ostensible a pecho henchido mientras que el lado más infantil tiene sus dudas. Solo que el niño, el adolescente engalado con uniforme para la guerra aprende pronto a frivolizar sobre la vida y la muerte, cosas que para él aún no son nada de tan lejos que las divisa.

Pero precisamente él, Törless es el más contradictorio de los soldados y sus inquietudes lo mueven a rebelarse por momentos frente al miedo impuesto. Porque su inteligencia naufraga en las lagunas de esa disciplina militar y de esa misión patria frente a enemigos por momentos quijotescos para chicos jóvenes como él. Por momentos Törles entiende que es tarde, que ninguno de los otros chicos está en disposición de escapar a la alienación. Y emprender la huida en solitario no es asunto fácil. Así que la evasión solo puede estar dentro, en el espacio que puedas salvaguardar para que nadie lo ocupe por la fuerza desde tu conciencia.

Las tribulaciones del estudiante Torless
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