Hacía tiempo que tenía ganas de ponerme con este autor, uno de esos creadores que a poco más hubiera sido etiquetado como maldito, habría acabado trascendiendo hasta hoy con mayor fuerza, a la estela de otros como el mismísimo Edgar Allan Poe; al que de alguna forma Crispin rindió homenaje a través de su protagonista Gervase Fen y sus parecidos (no faltos de un tamizado de hilaridad) con Auguste Dupin.
Y eso que Edmund Cripin pudo hacer méritos para ser marcado como autor fatal, con ese aura trágica que cautiva a los lectores. Su firme entrega al alcohol lo guió hacia su fin anticipado entre la pasión por la literatura y esa sensación de desgaste decadente de todo escritor convertido en un Dorian Gray frente al espejo o el lienzo de su obra.
La cuestión es que pocos narradores compatibilizan esa fascinación del género criminal del siglo XX (homenajeando encendidamente a Agatha Christie) para adaptarlo a su imaginario transformador cargado incluso de humor. Y curiosamente es ahora cuando sus reediciones levantan nuevos vuelos hacia el redescubrimiento del genio prolífico en lo literario y en lo musical, en lo novelesco y en extensas colecciones de relatos.
Top 3 libros recomendados de Edmund Crispin
Enterrado por placer
Había algo de transgresor, de disruptivo y de inquietante intrusismo en la figura de un Gervase Fen dispuesto a desfacer entuertos quijotescos a la inglesa, como influído por lecturas de Sherlock Holmes y envalentonado por esa sensación de ficción extendida a la vida.
Y quizás por eso tenga su particular magnetismo y su espacio creativo inabarcable para su autor. Porque en el carácter profano de Fen, en el modus operandi autodidacta asoman todo tipo de nuevas posibilidades para un género criminal que aún a mediados del siglo XX bebía del aspecto incluso esotérico de la muerte en pioneros como Poe o Lovecraft. Precedente del imaginario que asaltaría posteriormente a Tom Sharpe, Edumun Crispin trasegaba con un punto de extrañeza magnética entre el humor y el horror del crimen. Hastiado de la aburrida vida universitaria, el excéntrico profesor y detective amateur Gervase Fen decide tomarse un descanso y trasladarse al remoto y anodino pueblo de Sanford Angelorum, en plena campiña inglesa, para presentarse como candidato al Parlamento.
Pero Fen no tarda en descubrir que las apariencias engañan, y se sumerge en una oscura trama de chantaje que derivará en un misterioso asesinato. A medida que su incipiente carrera política deja de proporcionarle satisfacciones, Fen concentra todas sus energías en resolver el misterio, pero, sin apenas darse cuenta, acaba atrapado en una desconcertante red en la que se topa con psiquiatras excéntricos, un cura que intenta domesticar un poltergeist, lunáticos que corren desnudos por el campo, mujeres hermosas y un cerdo algo tarado. Una nueva entrega de las aventuras del inmortal e ingenioso profesor de Oxford y detective aficionado Gervase Fen.
Asesinato en la Catedral
Siempre hay un componente de previsible casualidad en los casos que se ciernen sobre cualesquiera que sean nuestros protagonistas de una trama de misterio. Allá donde fuera Poirot, Holmes o hasta Carvalho, las fuerzas del mal parecían conspirar para no dar descanso posible a nuestros héroes. Más aún en el caso de un Gervase Fen, pues había sido él mismo quien se había metido por gusto en la boca del lobo.
Allá donde va Fen ocurren las cosas, con esa fácil intuición del género y ese imposible discernimiento de las consecuencias…El quisquilloso profesor y detective aficionado Gervase Fen ha abandonado durante el verano su amada Universidad de Oxford para acudir al pueblo costero de Tolnbridge, donde planea pasar tranquilamente sus vacaciones. Va armado con una red para insectos, ya que piensa dedicarse al arte de la entomología. Pero la calma y el sosiego duran poco.
La villa está consternada por el misterioso asesinato del organista de la catedral. El músico en cuestión no tenía ningún enemigo conocido y su labor en la iglesia era inofensiva, así que la policía no es capaz de dar con un sospechoso. ¿Se tratará acaso de la conspiración de unos espías alemanes? ¿O tal vez de la consecuencia de los aquelarres que, según se rumorea, llevan practicándose por esos lares desde el siglo XVII?
Tan ingenioso como Agatha Christie y tan hilarante como P. G. Wodehouse, Edmund Crispin, uno de los maestros de la novela de detectives inglesa, nos presenta en «Asesinato en la catedral» un nuevo misterio lleno de personajes excéntricos, fantasmas que no lo son, adolescentes aficionadas a las misas negras y espías nazis.
El misterio de la mosca dorada
Con esta novela arrancó la serie del pseudoinspector Gervase Fen. Y quizás en la indefinición del papel del profe pasado a policía improvisado la trama desconcierta por momentos incluso al propio autor.
En posteriores entregas la cosa se consolida y la percepción quijotesca de Fen le confiere un aire de héroe extraño, de ídolo atípico que precisamente en su desubicación sintoniza con todo lector que se atreva a ponerse en su piel siendo el mismo profano en la materia del arte de matar y de morir…Las compañías de teatro suelen ser siempre un hervidero de habladurías. Pero pocas son tan intrigantes como la que se encuentra actuando en estos momentos en Oxford.
La joven y letal Yseut, actriz algo mediocre y maliciosa, es el centro de todas las miradas, aunque su principal talento consiste en destrozar las vidas de los hombres que la rodean. Hasta que es hallada muerta en extrañas circunstancias. Por fortuna, entre bastidores se encuentra el excéntrico profesor Gervase Fen, quien halla mayor placer en resolver crímenes que en enseñar literatura inglesa. Y cuanto más investiga el caso, más cuenta se da de que todo aquel que conocía a Yseut habría sido candidato a asesinarla; pero ¿será capaz Fen de descubrir quién lo hizo en realidad?.