Puede que nos encontremos con uno de los autores más citados del mundo. El espÃritu de un Oscar Wilde irreverente pero hedonista, homosexual cuando la sodomÃa era delito, enfermedad y desviación, y a su vez autor siempre emotivo y emocionante. Narrador y dramaturgo como pocos más.
Un escritor cuya vida y obra tan indisolubles en la composición de su imaginario, pero también de su aspecto reivindicativo, ha llegado pues hasta nuestros dÃas como el más parafresado de la literatura universal. No es que me parezca mal, las leyendas son asÃ, pero leer a Oscar Wilde es mucho más que buscar una de sus citas con las que poder mostrar una cosecha intelectual.
Oscar Wilde se siente y se imagina, Wilde creó un mundo muy singular entre los inframundos de las ciudades, los vicios y las apariencias. Si su coetáneo, compatriota y hasta rival amoroso Bram Stoker se encargó de configurar en la imaginación general la sangre como mezcla de terror y erotismo con su Drácula, él se encargó de alcanzar sombras aún más hondas dentro del alma humana con su maravilloso Dorian Gray.
Per además Wilde también aprovechó la ficción y la cómoda adaptacion de lo satÃrico al teatro para dar un buen meneo a la impostada moralidad, a los cánones sociales tan marcados particularmente en su espacio y su tiempo…
3 libros recomendados de Oscar Wilde
El retrato de Dorian Gray
En cierta forma me fastidiaba citarlo en primer lugar, por aquello de la peli y demás, pero serÃa injusto no encumbrar esta novela que me acompañó unas cuantas noches de una inmensamente placentera lectura.
Por momentos mi habitación adquirÃa la imagen de un oscuro salón decimonónico, cargado de una ornamentación entre la que se escondÃan dudas y sombras, y almas desatadas… Dorian Gray sigue siendo, más de cien años después de la muerte de su autor, una piedra angular en los debates entre la ética y la estética, en las relaciones que mantienen el bien y el mal, el alma y el cuerpo, el arte y la vida.
Presidida por la ley de la fatalidad, Dorian Gray no deja de alcanzar el objetivo que el propio Wilde querÃa para su libro: «Venenoso si ustedes quieren, pero no podrán negar que también es perfecto, y la perfección es la meta a la que apuntamos nosotros los artistas».
La importancia de llamarse Ernesto
La dramaturgia es muy amiga de los guiones de enredos. Y si estos guiones pueden trasladarse con habilidad a una lectura externa, acaban convirtiéndose en libros extremadamente graciosos.
Me gusta comparar siempre esta creación de Wilde con el Aquà no paga nadie, de DarÃo Fo. Obras frescas, con humor a raudales que te hacen reÃr años y años después de haberse escrito. Es curioso, pero la literatura puede seguir siendo de humor, mientras que una serie o pelÃcula fuera de su época de creación queda facilmente sin su gracia original. Cosas de la imaginación, siempre más potente que las pantallas… De ahà que haya encaramado esta obra hasta el segundo puesto de mi lista.
Porque Oscar Wilde también se reÃa mucho, principalmente de un mundo constreñido por su moral. Pero esta burla, disfrazada oportunamente con tintes de sainete podÃa enseñar al público de su época a reirse de ellos mismos. Y quién sabe, quizás gracias al humor y a obras como esta pudo ir surgiendo el cambio. Una sociedad que se ve ridiculizada pero que es capaz de reirse de si misma es más proclive a los cambios…
Salomé
Pero antes de la gloria en el teatro, Oscar Wilde ya habÃa saboreado la repudia con esta obra teatral que escandalizó a todos (al menos de puertas hacia afuera).
Escrita originalmente en francés, elogiada por Mallarmé y Maeterlinck, se publicó en ParÃs en 1893, y un año después se tradujo al inglés. Provocativa e incendiaria, Salomé conoció la censura y el repudio, fue interpretada por Sarah Bernhardt y prohibida en Inglaterra por representar personajes bÃblicos. La ópera de Richard Strauss cosechó, en su estreno en Estados Unidos, feroces crÃticas que llevaron a la cancelación de todas sus funciones.
Oscar Wilde, condenado a dos años de trabajos forzosos por difamación pública contra el pudor, no pudo presenciar su estreno el 11 de febrero de 1896 en el Théâtre de l’OEuvre de ParÃs.
La presente edición de Libros del Zorro Rojo reproduce sin censuras las exquisitas ilustraciones originales de Aubrey Beardsley, creadas para la edición inglesa de la obra, publicada en Londres en 1894, e incluye la nota preliminar escrita por Robert Ross para la edición de 1907. La traducción al castellano, fue realizada por Rafael Cansinos Assens en 1919.
Como Juan Herranz, uno de los más brillantes reseñadores (y crÃticos literarios) de todos los tiempos. Muy bien calificadas sus descripciones. Dos saludos 😉
Sin duda, Wilde, uno de los más brillantes escritores (y pensadores) de todos los tiempos conocidos. Muy bien descritas sus obras, por cierto. Un saludo.