3 mejores libros de Vivian Gornick

Nada más peligroso para la férrea moral, las sólidas creencias y el inmovilismo en cualquiera que sea su manifestación, que alguien como Vivian Gornick.

Los libros son poderosos porque sirven a la visión crítica más transformadora. Cada novela de Vivian es un planteamiento sociológico (suena a máximos pero es así). Escenarios de lo cotidiano donde la autora echa por tierra los trampantojos, esa especie de tramoya existencial que nos permite adecuarnos a cada escenario de la vida (del más liviano al más cruel o injusto) sin apenas inmutarnos.

Nada mejor para conseguir ese despertar de conciencias que escribir con la exposición más abierta de la biografía. Un testimonio que acaba siendo crónica fiel del devenir sociológico en ese avanzar paralelo y necesrio que siempre viene marcado por la defensa de minorías y clases desfavorecidas.

Con sus orígenes judíos, Vivian sabe mucho de injusticias porque las porta en su piel. Y así es capaz de presentarnos sus historias como apabullantes procesos de mimetización y empatía. Se dice que los poetas solo pueden escribir los mejores sonetos desde la tristeza, el desamor o la melancolía. Una prosista en este caso saca esa autenticidad de lo trágico y lo injusto para acabar avivando en nosotros sensaciones narcotizadas por la asunción fácil del «es lo que hay», sin habitar en más piel y más ombligo que el nuestro.

Una vez que Toni Morrison ya nos dejó, Vivian se queda al timón de la literatura estadounidense socialmente más reivindicativa.

Top 3 libros recomendados de Vivian Gornick

Apegos feroces

Un libro atemporal. De hecho tardó sus buenas décadas en publicarse en España. Y sin embargo, quizás para mayor escarnio de toda la sociedad, tan vigente como antaño.

Gornick, una mujer madura, camina con su madre, ya anciana, por las calles de Manhattan, y en el transcurso de esos paseos llenos de reproches, de recuerdos y complicidades, va desgranando el relato de la lucha de una hija por encontrar su propio lugar en el mundo. Desde muy temprano, Gornick se ve influenciada por dos modelos femeninos muy distintos: uno, el de su madre; el otro, el de Nettie. Ambas, figuras protagónicas en el mundo plagado de mujeres que es su entorno, representan modelos que la joven Gornick ansía y detesta encarnar, y que determinarán su relación con los hombres, el trabajo y otras mujeres durante el resto de su vida.

Apegos feroces

Mirarse de frente

Enfrentarnos a alguien con quien tenemos mucho en común, ya sea tiempo, amor, hijos, amistad… pero no solo eso, también mirarse de frente en el espejo, a esa figura al otro lado que en ocasiones, si nos detenemos frente a ella puede plantearnos dudas soterradas entre las prisas y el necesario olvido.

Solo que en el caso de Vivian todo adquiere mayor valor incluso ya sea mirando a los demás o a nosotros mismos en ese espejo al que habitualmente apenas prestamos atención más allá de la apariencia. Porque las dudas, las inquisiciones más profundas engarzan con las injusticias, los esterotipos que despiertan los miedos…En Mirarse de frente, Gornick convierte el recuerdo de su experiencia como camarera en los Castkills no sólo en una agridulce aproximación al deseo juvenil y los trabajos veraniegos, sino en una indeleble toma de contacto con las desigualdades de clase y de género.

Su periplo como profesora visitante por varias universidades estadounidenses le sirve para trazar una maravillosa y tragicómica radiografía del paisaje académico como suplicio para el espíritu: comunidades aisladas, con sus ritos y rencillas, con su peculiar dinámica de soledad y sociabilidad donde el alma se enmohece rodeada de seres sólo en apariencia afines. En estas irresistibles viñetas, Gornick vuelve a ofrecernos la singular mirada – valiente y feroz, empática y siempre de frente– con la que encara el mundo.

Mirarse de frente

La mujer singular y la ciudad

A estas alturas no voy a descubrir la natural querencia escenográfica de la autora por Manhattan. Es curioso como esta ciudad es capaz de configurarse como escenario para todo tipo de planteamientos novelescos o de cine.

Woddy Allen ya inmortalizó ese lado neoyorkino de las relaciones humanas entre la alienante apariencia de la gran manzana. Vivian cumple también por su parte con esa inmortalización de la ciudad hecha protagonista.Continuación natural de «Apegos feroces», «La mujer singular y la ciudad» es un mapa fascinante y emotivo de los ritmos, los encuentros fortuitos y las amistades siempre cambiantes que conforman la vida en la ciudad, en este caso Nueva York.

Mientras pasea por las calles de Manhattan, de nuevo en compañía de su madre o sola, Gornick observa lo que ocurre a su alrededor, interactúa con extraños, intercala anécdotas personales y piezas reflexivas sobre la amistad, sobre la a menudo irreprimible atracción por la soledad y sobre qué significa ser una feminista moderna. Estas memorias son el autorretrato de una mujer que defiende con ferocidad su independencia, y que ha decidido vivir hasta el final sus conflictos en lugar de sus fantasías.

La mujer singular y la ciudad
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5 comentarios en «3 mejores libros de Vivian Gornick»

  1. Estando en un grupo de lectura, un poco a la fuerza, pues no leo regularmente, cayó en mis manos Apegos feroces de Gornick. Fabuloso! me capturó!

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