3 mejores libros de Sándor Márai

La gloria literaria del húngaro Imre Kertész, que alcanzó el premio Nobel en 2002, hunde sus raíces en el legado literario de su compatriota Sándor Márai.

Solo que en el caso de Márai, su coincidencia con quien sería uno de los más completos narradores y cronistas europeos de la primera mitad del siglo XX, Thomas Mann, lo eclipsó en gran medida como altavoz de ese realismo hecho novela, y también meditación y reflexión en una obra de ficción y no ficción extensísima.

Aún así, Márai también se vació en una bibliografía considerable. Porque lo del oficio de escribir no se trata de competir, sino de pulsión, de necesidad de expresar, de compartir, de elucubrar en la ficción y de plantear en lo ensayístico. Sin olvidar en el caso de Márai incursiones en la poesía y en el teatro.

Y como siempre en la variedad está el gusto y en la complementariedad la riqueza. Descubrir las novelas de Márai es adentrarse en un nuevo escenario en donde descubrir personajes fascinantes ubicados en esos planteamientos vitales sumamente interesantes.

Porque algo hay en Márai de buscar siempre las disyuntivas, la visión de la vida como una aventura desde la elección. Un punto de partida desde ese libre albedrío tan humano que puede hacer de la existencia particular y de las diversas contingencias del mundo, un viaje hacia el descifrado final del alma.

Top 3 novelas recomendadas de Sándor Márai

El último encuentro

Hay sitios, espacios, lugares con ecos imperecederos para el visitante que regresa precisamente así, como visitante hacia los recuerdos. El asunto tiene algo de melancólica poesía, de evocación del pasado casi audible como un eco, practicamente revivible desde un olor característico…

La cuestión es saber componer, con esa magia embriagadora de la nostalgia, una historia tan magnética como esta. Porque la reunión de los protagonistas de esta trama tiene mucho de ese magnetismo de dos polos alejados por las circunstancias pero de vuelta por las casualidades.Las personas somos en gran medida hijos del magnetismo que gobierna nuestro planeta, de las fuerzas esenciales como la gravedad o la inercia. Ocurre lo propio con esa llamada química entre personas al nivel intangible del alma.

Y también la fatalidad tiene su fuerza centrípeta cuando el recuerdo de un amor se cruza en la vida de dos hombres que lo quisieron tener en exclusividad. Eran otros días en el viejo castillo. La música sonaba a cada atardecer como celebración de vida y bonanza. Ahora ya no hay música, no al menos como un sonido real pero quizás sí como un eco entre los gruesos muros

Solo que en esta ocasión todo suena con un tono más funesto, como anunciando que se va a cerrar la deuda pendiente entre el hombre que se marchó muy lejos de ahí y el que se quedó para habitar esa vida suspendida, mecida en un tiempo que componía un único destino a punto de sentenciarse.Pero en el ínterin, Sándor Márai nos dará buena cuenta de todo. De las motivaciones de cada uno de sus protagonistas y del devenir de un mundo que quiso apagar cualquier música para siempre.

El último encuentro

La mujer justa

Siempre he pensado que un gran escritor es aquel que es capaz de abundar en un recurso sin sobreexplotarlo. Si además se consigue precisamente lo contrario, de aparentar ligereza tirando continuamente de lo mismo, estamos ante un genio.

El soliloquio es algo que en teatro queda muy bien porque llega. La voz del actor nos alcanza con su eco y nos transmite toda su profundidad con cada gesto y movimiento.Otra cosa es leer una novela donde el monólogo pasa por ser la sustancia de todo. Pero claro, Márai se desenvuelve tan bien entre guiones como entre novelas. Y el resultado en este caso es una manifiesta conjugación perfecta.

Un triángulo amoroso es, posiblemente, el argumento de argumentos para multitud de planteamientos sobre la traición, el desamor, la venganza… Pero en esta ocasión visitamos el alma de los tres protagonistas.Porque son ellos mismos los que nos van aportando la visión desde su ángulo. Y la composición del triángulo se hace finalmente geometría plana existencial. Desde las voces de Peter, Marika y Judit el amor se nos abre con sus acepciones más completas desde lo físico hasta lo espiritual.

Hay que tener en cuenta que esta obra, materializada finalmente en varios tiempos y con distintas fases de publicación, alberga esa enjundia de lo meditado durante una década.Una tarde, en una elegante cafetería de Budapest, una mujer relata a su amiga cómo un día, a raíz de un banal incidente, descubrió que su marido estaba entregado en cuerpo y alma a un amor secreto que lo consumía, y luego su vano intento por reconquistarlo.

En la misma ciudad, una noche, el hombre que fue su marido confiesa a un amigo cómo dejó a su esposa por la mujer que deseaba desde años atrás, para después de casarse con ella perderla para siempre. Al alba, en una pequeña pensión romana, una mujer cuenta a su amante cómo ella, de origen humilde, se había casado con un hombre rico, pero el matrimonio había sucumbido al resentimiento y la venganza.

Cual marionetas sin derecho a ejercer su voluntad, Marika, Péter y Judit narran su fallida relación con el crudo realismo de quien considera la felicidad un estado elusivo e inalcanzable.Márai inició su carrera literaria como poeta y ese aliento pervive en La mujer justa. En esta novela están sus páginas más íntimas y desgarradas, las más sabias. Su descripción del amor, la amistad, el sexo, los celos, la soledad, el deseo y la muerte apuntan directamente al centro del alma humana.

La mujer justa

Los celosos

Nada más destructivo que los celos, a todos los niveles. Relaciones de consanguinidad descompuestas como el más visceral de los fluidos. Porque desaparecido el vínculo, el tronco que aún mantiene las ramas sujetas, las tempestades más insospechadas pueden arrasar con todo.

El patriarca de la dinastía Garren está en el lecho de muerte. Para los hermanos de la familia ha llegado la hora de volver a su ciudad natal y reunirse en el hogar de su infancia. Sin embargo, enseguida descubren que su único nexo de unión es la figura del padre y se preguntan entonces si su muerte significará el final de la familia.

Con un formidable despliegue de recursos técnicos, Sándor Márai nos guía de forma magistral a través de los pensamientos y emociones de sus personajes y disecciona la complejidad de las relaciones familiares en el escenario político y social de la Europa de entreguerras, marcada por la desintegración del imperio austrohúngaro, que dejó al país sin parte de su territorio y a una clase social, la burguesía, condenada a la extinción.

Los celosos

Otros libros recomendables de Sándor Márai

Confesiones de un burgués

En los personajes singulares o en los grandes genios, hay que apostar, si es posible, por lo autobiográfico. Porque todo libro escrito por un autor con ese carácter absolutamente confesional, empapa con la sensación de que algo se puede aprender. Y desde luego, en el titulo de este libro ya descubrimos una intención de verdad, no apunta a las confesiones de un héroe o de un luchador.

Márai se señala como un simple burgués, un tipo más o menos acomodado. Pero a la postre hay mucho de rebeldía en tener una vida cómoda y dinamitarla para adentrarse en submundos y animarse a escribir libremente sobre el tiempo vivido…Y si algún momento es bueno para adentrarse en una confesión en toda regla es cuando uno aún es joven y contempla lo vivido, el presente y lo que quede, con esa energía capaz de trasladarse a lo escrito con la intensidad más rabiosa.

Aquí están sus lecturas, su obsesión por escribir, su pasión por el periodismo, sus amantes, su matrimonio, los encuentros con autores célebres, los viajes, el sentimiento de desarraigo, el fantasma del alcoholismo.Descendiente de una rica familia de origen sajón, afincada desde hacía siglos en Hungría, Márai inicia su relato con una descripción de la próspera y confiada burguesía a la que pertenece, que parece vivir en un mundo ideal en el que reinan la cultura y la tolerancia.

Esta plácida existencia se verá truncada abruptamente el verano de 1914, en Sarajevo, con el asesinato del heredero al trono de los Habsburgo. Márai es llamado a filas con diecisiete años y, al finalizar la guerra, su familia lo envía a Alemania a estudiar periodismo.Allí, como periodista del prestigioso diario alemán Frankfurter Zeitung, Márai comienza un peregrinaje por la Europa de los años veinte: de Leipzig a Weimar, de Fráncfort a Berlín, será testigo de la rápida transformación de un continente que, entregado a la frivolidad y el desenfreno, ignora las corrientes de odio que crecen en su seno y que lo conducirán irremediablemente a la catástrofe.

Florencia, Londres, Oriente Medio y, por supuesto, París, eje central de la vida bohemia y cosmopolita, serán parte del itinerario de Márai, hasta que, por fin, desaparecida su familia y su clase social y desmembrado su país, opta por recluirse en la única patria posible para un escritor, «la patria verdadera, que quizá sea la lengua o quizá la infancia».Así pues, su destino iba a ser dejar constancia de una cultura cuyo esplendor y ocaso había vivido en carne propia, y relatar la historia de esa dolorosa ruptura como último narrador de un universo «que creí aen la fuerza de la inteligencia y el espíritu».

Confesiones de un burgués
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