Los 3 mejores libros de Rodrigo Blanco Calderón

En la actualidad, ser venezolano y escritor, o viceversa, despierta siempre esa sensación de narrador en la encrucijada ideológica. Porque medio mundo mira a Venezuela con recelo mientras que la otra parte observa con inquietante esperanza. Y así contar lo que sea que se cuente adquiere un tono de mayor relevancia por pertenecerse al terruño en cuestión, por venir de un país con vitola de revolución siempre pendiente, de supuestas conspiraciones internacionales y de petróleo, de mucho petróleo.

En los casos de jóvenes escritores venezolanos, o viceversa, como Rodrigo Blanco Calderón o Karina Sainz Borgo su literatura ya se sabe que va a ser analizada con lupa. Porque son ellos, narradores y cronistas de la Venezuela que quedará, quienes deben explicitar lo que sobra y hacer notorio lo que falta. Históricamente ha sido así. En última instancia, el escritor relata y deja negro sobre blanco con el sello más notarial del alma, lo que trasciende a los hechos oficiales.

Inconveniente en ocasiones pero ventaja en otros momentos. Porque al final la intensidad se destila, la intencionalidad se eleva y los personajes cobran vida aunque sean desde la caricatura de los telediarios o los reportajes. La cuestión es sobreponerse a todo y descollar con la personalidad de los grandes escritores que se sobreponen a todo, porque tienen voz y autoridad ganada a pulso, con historias potentes y relatos que acaban por cargarse estereotipos o ideas preconcebidas.

Top 3 libros recomendados de Rodrigo Blanco Calderón

Simpatía

Un buen amigo mío venezolano también se llama Ulises. Así que ya no se me hizo tan exótico descubrir a un personaje con ese nombre. Pero la intención sigue ahí pese a todo. Porque una cierta voluntad por el extrañamiento y la fabulación se interpreta de una trama presentada por el autor desde las vísceras de la Venezuela actual hacia los hechos muchos más universales de las relaciones humanas…, y no tan humanas.

Ulises Kan es huérfano y cinéfilo. Paulina, su mujer, como tantas personas que huyen del país en ruinas en que viven, ha decidido irse. Sin él. Dos sucesos más terminan de trastocar su vida: el regreso de Nadine, un amor inconcluso del pasado, y la muerte de su suegro, el general Martín Ayala. Gracias al testamento de este, Ulises descubre que se le ha encomendado una misión: transformar Los Argonautas, la gran casa familiar, en un hogar para perros abandonados. Si logra hacerlo antes del tiempo indicado, heredará el lujoso apartamento que había compartido con Paulina.

El polémico testamento desencadenará una trama que envolverá a Ulises entre las intrigas de Paulina y la sombra de Nadine, que no alcanza a descifrar. Mientras, los otros habitantes de la casa proyectarán sobre la extraña arquitectura sus propias historias y fantasmas.

En una sociedad en bancarrota, donde todos los lazos humanos parecen haberse disuelto, Ulises es como un perro callejero que va recogiendo las migajas de la simpatía. ¿Se puede conocer de verdad a quien se ama? ¿Qué es, en el fondo, una familia? ¿Son los perros abandonados una prueba de la existencia o de la inexistencia de Dios? Ulises encarna sin saberlo estas preguntas, como un peregrino del afecto en una época posterior al amor.

Simpatía, de Rodrigo Blanco Calderón

The Night

Ningún hecho histórico comienza desde la anécdota. Y eso que apagones tan brutales como los que ya ha sufrido Caracas en más de una ocasión podían haberse desencadenado hacia cualquier tipo de revuelta social de una gran urbe sumida en la oscuridad. Aun así, las grandes historias sí que empiezan siempre desde la anécdota o la casualidad…

Caracas 2010. La crisis energética es aprovechada por el gobierno revolucionario para decretar cortes eléctricos que, durante horas, funden a negro todo el país. En esos lapsos de tiempo, Venezuela parece retroceder en la historia hacia una nueva Edad de Piedra que se filtra por todas las rendijas. En medio de esta atmósfera, dos amigos, un escritor frustrado y un psiquiatra acostumbrado a involucrarse en la vida de sus pacientes, conversan sobre una serie de crímenes ocurridos en el último año.

Pedro Álamo, otro de los personajes de esta novela polifónica, busca obsesivamente en los juegos de palabras -los que crea y los que sueña de su admirado Darío Lancini- la clave para entender el desquiciado mundo en el que vive. Como si buscara convertir la realidad en algo diferente, cambiando el orden de los elementos que la forman, intentando encontrar así su exacto significado.

Literatura, rock, sueños, violencia, política, amor, ausencias y miedos se entremezclan en la mente de los protagonistas. Abren laberintos, crean encrucijadas y producen cortocircuitos vitales. Con esta historia en la que todo parece caminar al borde del delirio. Donde la Venezuela actual se ve reflejada en un espejo atravesado por sombras apocalípticas y sus habitantes se enfrentan al destino que les aguarda inexorable; sea este el cumplimiento de sus obsesiones o la muerte.

The Night, Rodrigo Blanco Calderón

Los terneros

Siempre da gusto sumergirse en autores que redescubren el esperpento de aquel Valle Inclán entre delirios y una ligera capa de romanticismo. Del cóctel siempre acaba manando el amargo licor que contrasta con la realidad. Todo lo que ocurra a partir de entonces es un hondo drama o jolgorio del absurdo, sin término medio.

Pintores taxidermistas que naufragan en una sociedad hostil, ciegos que conocen los laberintos urbanos, motoristas desnudas que circulan por avenidas, extranjeros que aprenden un idioma confesándose, pilotos moribundos que descansan con la lectura de Saint-Exupéry o existencias abducidas por Cervantes y Petrarca. Unos conviven en medio de la zozobra venezolana, otros con el terrorismo acechante en Francia o el México simbólico de los balazos de la revolución.

Impecable y magistral en sus cuentos, Rodrigo Blanco Calderón construye un retablo de personajes nocturnos, que se convierten en víctimas y verdugos de un sacrificio, de la expiación que es la vida en cualquier momento, en cualquier espacio, en la que todos somos «terneros».

Los terneros
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