Los 3 mejores libros de Pascal Bruckner

Cuando un autor llamado Pascal Bruckner consigue mantener emotividad y trascendencia como una constante en novelas, ensayos y obras filosóficas, será porque algo similar a la excelencia estará consiguiendo en la literatura como compendio de géneros.

También es cierto que últimamente la narrativa francesa parece disfrutar de la genialidad como pauta en autores como Michel Houellebecq o Fred Vargas. Pero el caso de Bruckner como digo es ese camino extraño de ida y vuelta entre ficción y no ficción, entre el gusto por la divulgación filosófica y el adentramiento en personajes de novela como excusa para continuar aportando su visión del mundo.

Quizás resulte más llamativo por ser uno de esos autores a contracorriente en casi todo, más por estar de vuelta tras sesudos análisis y síntesis del estado de las cosas y de la naturaleza humana que por un nihilismo propio o sobrevenido. Y como bien se sabe, todo lo que se haga contracorriente acaba despertándonos a tomar conciencia desde el extrañamiento y la alienación o desde la más honda profundización tras las capas de domesticación social.

Top 3 libros recomendados de Pascar Bruckner

Un instante eterno

Si negamos la muerte, no menos hacemos con la vejez. Nuestros últimos días son más o menos afortunados dentro de la decadencia física según el destino alcanzado. Pero jamás consideramos ese camino infranqueable hacia el último aliento entre suspiros de abandono, que poco tienen de grandiosa teatralidad sino más bien de boqueo del pez fuera del agua…

Un inteligente, bello, apasionante y crudo ensayo que nos invita a ver de forma distinta esa edad avanzada a la que todos llegamos. Un lúcido ensayo cómo los avances de la ciencia han hecho del tiempo un aliado paradójico para el ser humano; desde mediados del siglo XX, la esperanza de vida ha aumentado de veinte a treinta años, equivalente a toda una existencia en el siglo XVII.

Es al llegar a los cincuenta años cuando experimentamos una suerte de suspensión entre la madurez y la vejez, un intervalo en el que la brevedad de la vida realmente comienza, ya que nos planteamos las grandes cuestiones de nuestra condición humana: ¿queremos vivir mucho tiempo o intensamente, empezar de nuevo o reinventarnos? ¿Cómo evitar la fatiga del ser, la melancolía del crepúsculo, cómo superar las grandes alegrías y los grandes dolores?

¿Cuál es la fuerza que nos mantiene a flote contra la amargura o el hartazgo? En esta obra, ambiciosa e imprescindible, Bruckner fundamenta sus reflexiones en estadísticas y en diversas fuentes de la literatura, las artes y la historia; así, nos propone una filosofía de la longevidad fundada en la resolución, y nunca en la resignación, para vivir esta vida extra de la mejor manera posible.

Un Buen Hijo

Salir buen hijo pese a todo. O al menos intentarlo desde los contrastes de los dictados paternos y las acciones. Superadas las más amargas contradicciones vistas en los adultos que nos resguardan cuando aún no sabemos nada de lo que hay, en última instancia también pudo ser eso un aprendizaje interesado. Porque al final se descubre que si es lícito aprender hasta del enemigo cómo no iba a serlo de un padre.

Esta es la historia de un amor imposible. El amor a un individuo despreciable. Un fascista autoritario y mujeriego que es a la vez un hombre culto y de firmes convicciones, y que resulta ser el padre del propio Bruckner. Semejante conflicto filial da paso a una maravillosa novela de formación, personal e intelectual, de quien es uno de los escritores más sólidos y controvertidos del panorama actual de las letras francesas.

El hijo adulto se enfrenta en primera persona y sin ningún tipo de máscara narrativa a un personaje por el que siente, a un tiempo, rechazo y compasión, en un relato que nace del odio, pero que va adquiriendo un inesperado y reconfortante tinte de ternura. Semejante giro acaba por sorprender al propio narrador.

Bruckner no puede culminar su particular condena al padre, y ve cómo el inspirador rencor de partida se va derritiendo para dejar paso a un tímido cariño, que no comprensión, y a la certeza definitiva de que no es posible juzgar de forma absoluta los comportamientos ajenos. «Un buen hijo» es una cruda novela de formación en la que Pascal Bruckner nos plantea, a través de su propia biografía, un recorrido por la cultura francesa de la segunda mitad del siglo XX.

El vértigo de Babel

El filósofo siempre se adelanta a su tiempo, como el escritor de ciencia ficción en busca de la distopía por llegar. Solo que, la sensación de que pase lo que pase en la Historia, pese a que pueda haber varias líneas temporales en las que los hechos suceden de otro modo, toda ucronía lleva al mismo sitio por la propia condición humana. Y ahí si que tiene sentido que exista Dios, dispuesto a juzgarnos el día del juicio final, con sumaria intención de deshacerlo todo y condenarnos a volver a empezar…

A pesar del tiempo transcurrido desde su redacción, este finísimo ensayo de Pascal Bruckner sobre los extravíos del cosmopolitismo— la globalización —sigue siendo de una increíble actualidad: «Un combate titánico enfrenta a dos posturas, tan alérgicas la una a la otra como el capitalismo al comunismo: la postura nacionalista y xenófoba, aferrada a su patrimonio, y la postura cosmopolita, ávida de los otros y de cambiar la estrechez nacional por un ropaje más amplio».

Para superar la estéril confrontación de posiciones, el filósofo intenta pensar en el espacio de un cosmopolitismo no adocenado, en el que la diferencia entre las culturas no impida la relación, ni ésta anule las diferencias.

El vértigo de Babel
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