Los 3 mejores libros de filosofía

Es curioso como las humanidades van recuperando su lugar preferente en la educación conforme la tecnología avanza y la Inteligencia Artificial asoma (o más bien acecha) como algo llegado para suplantarnos como individuos productivos en muchos ámbitos. Y no solo me refiero a lo humanístico como temario académico, donde el asunto está ahora en liza. Es cosa también de lo laboral. Porque muchas son las grandes empresas tecnológicas que suspiran por trabajadores capaces de alcanzar donde las máquinas solo sueñan (guiño a Philip K. Dick y sus androides soñando con ovejas eléctricas).

Nos queda la creatividad y el pensamiento subjetivo, la noción crítica de las cosas y la divagación o la proyección de ideas como espacio inalcanzable por la máquina (Ay si Asimov u otros más remotos como Wells avistaran estos días…). De ahí que el hecho diferencial, la chispa y la filosofía como tal sea refugio necesario hoy. El robot no se preguntará jamás de dónde viene y a dónde va. Nosotros sí.

Filosofía, filosofía… Y yo citando a escritores de ciencia ficción. ¿Por qué será? Probablemente porque tan fácil asociamos filosofía a Tales de Mileto o a Nietzsche como que evocamos al replicante de Blade Runner ganándose su cacho de alma, explicándole al humano todo lo que ha visto y que se perderá en su memoria de bytes como lágrimas en la lluvia…

Aquí voy a traer a unos cuantos libros de grandes pensadores (ahora ya sí vamos con los filósofos). No estarán todos los que son ni serán todos los que están. Muchos echaréis de menos a los clásicos, base de todo. Pero la filosofía es como todo, cuestión de gustos. Hay a quien Kant le parece sofisticación inalcanzable (me apunto) y quien cree que el zote de Platón no pudo ser el más aventajado de los pupilos de Sócrates. Vamos allá entonces, librepensadores…

Top 3 libros recomendados de filosofía

Así habló Zaratrusta, de Nietzsche

Lo siento, soy devoto creyente de Nietzsche y entiendo que esta obra debería ser leía por todo aquel que ose asomarse a lo metafísico, lo epistemiológico o hasta para recordar dónde se ha dejado las llaves. Todo proceso de duda mínimamente trascendental debe arrastrar las cadenas de un ego adornado con la percepción como condena, las circunstancias como ancla y los condicionantes del ser como premisa. Luego ya el superhombre que todos llevamos dentro puede aspirar a dar con la clave. Y entonces nadie nos creerá. Seremos un nuevo Ecce homo clamando con nuestra verdad tan absoluta como vacía.

He de confesar que cuando tuve este primer libro de Nietzsche en mis manos me asaltó algo así como una especie de respeto, como si ante mí tuviera otro libro sagrado, cual bibilia para agnósticos empeñados en dejar de serlo. Me impactó aquello del superhombre, fundamentado, creible, motivador…, pero en ocasiones también me sonó a excusas del hombre vencido, incapaz de escapar al vacío.

Resumen: Donde recoge en forma de aforismo lo esencial de su filosofía, destinada a la creación del superhombre. Se ha dicho que Así hablaba Zaratustra puede considerarse como la contrafigura de la Biblia, y constituye un libro de cabecera para quienes buscan la Verdad, el Bien y el Mal. Una de las obras fundamentales dentro de la filosofía del siglo XIX.

Así habló Zaratustra

Discurso del método, de René Descartes

No traer a Descartes a una selección de libros de filosofía es como hacer una tortilla de patata sin cebolla, un sacrilegio. Si Descartes nos planteó la esencia del pensar como el axioma de la existencia podemos asegurar que Descartes empezó por el principio con un pragmatismo científico. A años luz de Nietzsche, en Descartes se encuentra una filosofía amable, confiada en la intelegencia para afrontar cualquier planteamiento de aquí y de allá, de este mundo o del ámbito de las ideas…

El cartesianismo hace mucho tiempo que murió. El pensamiento de Descartes, sin embargo, pervive y pervivirá mientras exista como guía de reflexión la libertad de pensar. Este principio constituye la más deliciosa fábula que el hombre pudo inventar, y eso se lo debe a la humanidad, en buena parte, a Descartes y, especialmente, a las dos obras que el lector tiene entre sus manos. Leer a Descartes es uno de los mejores ejercicios para mantener vivo el más importante impulso de la filosofía moderna: una duda previa absoluta, un escepticismo como punto de partida del genuino saber.

Con todo, el principal mérito del que pasa por ser el primer racionalista oficial de la historia de la filosofía, ha consistido en su matizada crítica al pensamiento dogmático. Nada, efectivamente, puede ser aceptado en virtud de una autoridad cualquiera. Este héroe del pensamiento moderno, en palabras de Hegel, ha llevado a la filosofía por caminos apenas percibidos anteriormente, atreviéndose, por decirlos en palabras de Dalembert, a enseñar a las buenas cabezas a sacudirse el yugo de la escolástica, de la opinión, de la autoridad; en una palabra, de los prejuicios y de la barbarie y, con esta rebelión cuyos frutos recogemos hoy, ha hecho a la filosofía más esencial quizá que todos los que ésta debe a los ilustres sucesores de Descartes.

Discurso del Método

El capital, de Karl Marx

Por su trascendencia sociológica, creo que el pensamiento de Kant apunta a la filosofía más relevante de nuestra civilización actual. El sistema social de clases es un convenio firmado que permite soslayar el conflicto bajo el disfraz de la democracia, la igualdad y todas esas patrañas. Y es que Marx actuó de buena voluntad al frente del proletariado. Pero la emboscada estaba servida. El plan último era contentar a todos para que pasen por el aro…

Considerada como la obra cumbre de Marx. Para enfrentarte a tu enemigo resulta imperativo conocerlo… Y por ahí se entiende este libro con voluntad de disección completa de la economía política, con todo el significado que tiene esa intención de que política y economía vayan siempre de la mano.

La mano invisible de Adam Smith necesita de la otra mano de un padre gobierno que sepa reconducir los desmanes de un hijo caprichoso como es el mercado. Se trata de una obra escrita durante dos años pero completada por Engels a través de una recopilación que le llevó 9 años tras la muerte de Marx.

Lo cierto es que esta obra sobre el diabólico sistema capitalista frente al que apareció la figura de Marx pasa por ser uno de los mejores Tratados sobre el capitalismo imperante en todo sistema productivo, sobre la especulación y el único interés final de satisfacer la ambición.

De gran rigor técnico, sin embargo también aporta la brillantez del detalle, la observación de lo soterrado del sistema capitalista…

El Capital, Marx

Otros libros interesantes de filosofía…

Más allá de este podium de las obras filosóficas mundiales, hay una filosofía que se desliza hacia la ficción y que aborda lo existencial sobre los personajes y lo trascendental sobre las propuestas narrativas. Y también está bien disfrutar de esa filosofía hecha metáfora. Me he venido arriba, vamos allá con tres buenas novelas de filosofía…

Diario de un seductor, de Soren Kierkegaard

Esta novela puede considerarse precursora de tantos y tantos escritores empeñados en ofrecer en sus personajes esos atisbos de humanidad profunda hasta lo visceral, hasta lo psicosomático.

Y tan solo por eso, amén de su valor inherente, la destaco en primer lugar. Tras este título con apariencia de novela rosa, se esconde una potente historia sobre el hecho subjetivo del amor, de la pasión, de su capacidad para transformar la realidad. Y claro, nada mejor para un pensador del calado de Kierkegaard que despegar con un desamor personal desde el que componer la narración. Porque todo parte de uno de esos amores ciertos y de sus heridas.

Juan y Cordelia son los amantes de esta historia. En la pasión disfrazada de amor de Juan se esconde toda la intención filosófica de la trama, mientras que Cordelia queda relegada a ese padecer casi romántico, una expresión ya abandonada por los nuevos escritores de la época. Juan y su paso por el mundo sin mayores cuestionamientos que sus necesidades más pasionales. Juan y las pulsiones que lo mueven por sus días. Acaso la felicidad pero sin duda la ignorancia. El peso por atravesar la escena como si nada o tratando de comprender qué es lo cierto más allá del escenario de la vida.

Diario de un seductor

El mundo de sofía, de Jostein Gaarder

Con esa connotación de ser un punto de inflexión en la consideración de la narrativa infantil o juvenil como una mera introducción a la lectura, esta novela se convirtió en un bestseller al mismo tiempo en el que se le adivinaba su naturaleza perdurable, su noción de clásico a la altura de El Principito o La Historia Interminable.

Cada una de ellas desde su prisma revolucionario de la literatura para edades más tempranas convertida en base de una historia de la literatura comprendida desde el sustento del primera aprendizaje del mundo. La inolvidable Sofía aparece como el humano abierto sin condicionantes al saber, al conocimiento. La carta que la acaba moviendo hacia el conocimiento del mundo es una misma misiva que todos encontramos en algún momento de nuestra vida, con parecidos interrogantes sobre la verdad última de todo.

El toque de misterio de la novela supuso un reclamo innegable para jovenes lectores, la simbología de sus escenas cautivó a muchos otros adultos abiertos en ese rescate del primer yo expuesto al mundo con el que sufrimos un mimetismo mágico para retomar esas viejas preguntas que nunca conseguimos responder del todo. Pensar sobre lo que somos y nuestro fin es un continuo volver a empezar. Y Sofía, ese símbolo etimológico de sabiduría, somos todos.

El mundo de Sofía

La naúsea, de Jean Paul Sartre

Despegar una novela desde este título ya anticipa un malestar somatizado, una irrupción visceral del desencanto. Existir, ser, ¿Qué somos? No se trata de preguntas lanzadas a las estrellas en una fantástica noche de cielo despejado.

La pregunta va hacia adentro, hacia lo que nosotros mismos podemos buscar en el oscuro cielo del alma. Antoine Roquetin, el protagonista de esta novela no sabe que alberga esta pregunta latente, pugnante por pronunciarse con sus pesados interrogantes. Antoine sigue con su vida, sus avatares como escritor e investigador. La náusea es ese momento crítico en el que surge la duda de si somos algo en lo fundamental, más allá de nuestras rutinas y tendencias.

Antoine escritor se convierte entonces en Antoine el filósofo que busca la respuesta y cuyas sensaciones de limitación pero de infinitud, de melancolía y de necesidad de felicidad.

El vómito se puede controlar ante el mareo de vivir, pero sus efectos siempre quedan… Siendo esta su primera novela, pero ya alcanzados los treinta y tantos, se entiende esa madurez temática, el filósofo iba creciendo, el desencanto social también se potenciaba, la existencia parecía simplemente fatalidad. Un cierto regusto a Nietzsche se desprende de esta lectura.

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