Siempre me acordaré de que con Daniel Glattauer incumplà la regla tácita de devolver inexcusablemente un libro prestado. Aunque en este caso fue por fuerza mayor. Lo cierto es que ya no recuerdo cómo acabó el libro en la piscina…
La cuestión es que acabé lo que me quedaba como buenamente pude entre las hojas arrugadas y medio pegadas, invité a su dueño a tomar algo por los daños causados (no quiso que le comprara uno nuevo), y asà quedó la cosa.
Anécdotas aparte, el fenómeno Glattauer fue muy sonado hace ya su buen puñado de años. En plena ebullición de los chats, las redes y los emails, este escritor austrÃaco supo reconvertir el género epistolar a su debida adaptación a los tiempos que empezaban a despegar.
Pero después de sus novelas más reconocidas en este ámbito, llegaron nuevas historias que sin tener el tirón de «Contra el viento del norte» y «Cada siete olas» siguieron sondeando en eso del amor y el desamor con sus toques de existencialismo, como un buen romántico traÃdo a nuestros dÃas para recuperar el esplendor de lo romántico en su esencia más trascendental.
Top 3 novelas recomendadas de Daniel Glattauer
Contra el viento del norte
El amor como argumento también puede ofrecer una cadencia creciente de tensión, quizás la más intensa si se aliña con su toque de pulsión sexual, con un poco de inquietudes existenciales, salpicado de sensaciones de lo prohibido y rematado con la idea de lo prohibido.
De eso iba esta novela que conquistó a tantos lectores en su atÃpica naturaleza epistolar que, sin embargo, entroncaba con el nuevo mundo de las comunicaciones remotas pero fluidas con cualquier persona del mundo. En la realidad, los lugares de encuentros en Internet fructificaron mucho hace unos años basándose en la tÃpica idealización o a la sintonÃa emocional a uno y otro lado de cada teclado. Luego la cosa funcionaba o no, pero en el Ãnterin se disfrutaba de esa sensación extraña de un amor sin rostro, sin aroma cercano, sin gestos…
Una historia de amor a través de internet. Contra el viento del norte es la novela romántica inteligente y brillante que dio a conocer a Daniel Glattauer y que se convirtió en un bestseller gracias al boca a boca.En la vida diaria ¿hay lugar más seguro para los deseos secretos que el mundo de internet?
Leo Leike recibe emails por error de una desconocida llamada Emmi. Como es educado, le contesta y como él la atrae, ella escribe de nuevo. AsÃ, poco a poco, se entabla un diálogo en el que no hay marcha atrás. Parece solo una cuestión de tiempo que se conozcan en persona, pero la idea los altera tan profundamente que prefieren posponer el encuentro. ¿SobrevivirÃan las emociones enviadas, recibidas y guardadas un encuentro «real»?
Cada siete olas
El amor clandestino sigue su curso. Si las segundas partes siempre son arriesgadas (de no ser que se hayan planificado previamente asÃ), este caso parecÃa el riesgo completo sin red. Porque abundar en el amor soterrado de Emmi y Leo parecÃa apuntar a una prórroga quizás innecesaria.
Pero ahà está la gracia del escritor, en saber explotar la angustiosa sensación del encuentro entre los protagonistas como fundamento para volver con este asalto al que todos nos aferramos para asomarnos al fin que cada cual esperaba. Promiscuidad, capacidad para amar por encima de la monogamia. Puedes mirarlo como quieras, pero asomarnos a esta infidelidad en ciernes parece quedar justificada en que la relación tejida en la red parece mucho más real que bastantes aspectos de sus vidas.
Y, desde nuestro foco, tan privilegiado como aséptico, por el que observar las cartas como si entráramos en sus casas para perdernos entre sus cajones, podemos tener más claro si se merecen la oportunidad de un encuentro. Ya sea porque creamos que deben echar por tierra toda su vida anterior, por apaciguar la tensión sexual o por comprobar si, tan solo tomando un café, pueden cerrar cualquier asunto pendiente.
Un regalo que no esperabas
Bajando bastante el nivel de las dos novelas anteriores, Glattauer ofreció en esta novela sus ya tÃpicos destellos mágicos, brillos de un amor funambulista que divisamos en lo alto, a muchos metros del duro suelo donde transcurre la vida.
Gerold Plassek lleva una vida fácil basada en tres principios: cansarse lo menos posible, permanecer en la sombra y atrincherarse tras una cómoda rutina. Trabaja en un periódico de distribución gratuita, donde se ocupa, sin grandes ambiciones, de las crónicas locales. El resto del tiempo lo pasa en Zoltan, el bar de debajo de su casa, que se ha convertido en una prolongación de su propio salón.
Cuando una antigua novia reaparece para pedirle que cuide de Manuel, su hijo de catorce años del que le confiesa además que él es el padre, Gerold ve peligrar su plácida vida. El adolescente comienza entonces a pasar las tardes en la oficina de Gerold, quien finge hacer algo importante.
Pero todo cambia cuando, tras la publicación de un artÃculo sobre un albergue de personas sin hogar, este recibe una donación anónima, primera de una serie de misteriosas buenas acciones que sitúan al protagonista en el punto de mira. Manuel empieza a descubrir en su padre a un hombre interesante. Pero varias preguntas esperan respuesta: ¿quién es el misterioso donante? ¿Y qué tiene que ver con Gerold?
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