El último premio Planeta 2024 evidenció que la novela histórica en clave femenina sigue estando muy de moda. Por eso «Postales de aquellos días» también nace como una oportuna propuesta hacia esa necesaria revisión de la historia bajo el prisma de la mujer. Son los personajes femeninos quienes mejor nos asoman a las vicisitudes de cualquier época. Porque con tantos vientos en contra, el barco del feminismo siempre ha tenido que buscar las mejores corrientes.
Así que, bajo este prisma, Cecilia es un personaje ya de entrada sugerente. Más aún conforme descubrimos esas circunstancias cargadas de un costumbrismo mágico, por un lado, pero exasperante por otro. Porque el gusto lector por encontrarse con épocas de un pasado aún reconocible por cercanía cronológica, no quita para aborrecer aspectos de aquellas sociedades pretéritas cargadas de prejuicios hacia la mujer.
La propuesta narrativa queda colmada, además, con una de esas aventuras vitales que era hacerse las Américas cuando pintaban bastos en España. Porque los tiempos recios que se auguraban antes de la Guerra Civil fueron mucho más que eso, convirtiéndose en tiempos velados de sangre.
Cecilia pivota entre su intrahistoria y la Historia. Cecilia se ubica en ese umbral narrativo desde el que la autora sabe moverse para ir componiendo espacios a uno y otro lado entre los eventos, el devenir histórico general y el particular transitar de Cecilia por el mundo. En el contraste es donde nace la magia del personaje. Porque Cecilia se acaba ubicando en el centro del Universo planteado. Un punto central que en algunos momentos será el ojo del huracán y en otros el punto exacto desde el que echar un vistazo casi antropológico a todo lo que va sucediendo en España y en Argentina.
Migrar es abandonar tu mundo y tratar de reubicarte. En ocasiones surgen impedimentos para la integración. Porque el proceso puede ser de lo más alienante, cambiar de vida, cambiar de hemisferio, cambiar hasta de piel para aprender a sentir el tacto de la vida de nuevas formas.
Cecilia hace de la resiliencia principio vital. Su lucha es un ejercicio de tan simple pero brillante supervivencia, de adaptación, de mutación. Con Cecilia aprendemos a ver el mundo que nos rodea como tuvo que hacerlo ella. El tantas veces citado ejercicio de empatía que es toda lectura de ficción, prima en esta trama sobre todas las cosas.
Después está la meticulosa y certera ambientación, los tempos bien medidos para capear escenas singulares de Cecilia con relatos más generales del mundo asomado a tantos conflictos y cambios.
Una gran novela para todos los aficionados a la ficción histórica que, en casos de estas… Postales de aquellos días, nos aporta una sensación de rabiosa humanidad, de la que surge frente a una adversidad que por momentos parece necesaria como aprendizaje vital y para valorar lo que se tiene, empezando simplemente por la vida.