Puede que a Murakami se le esté pasando el arroz del Nobel de Literatura. Así que puede que el genial autor japonés esté pensando en escribir sobre lo que sea, acerca de lo que más le apetece como es el caso de este libro. Sin pensar en academicistas que siempre parecen olvidarse de él en el último instante, como el grupo de amigos que queda para una cena…
Porque lo que está claro es que más allá de los resabiados de Estocolmo, los lectores de Murakami lo idolatramos allá donde se embarque. Porque sus libros siempre suenan como una presentación vanguardista equilibrada con eso fulgores virtuoso del narrador existencialista. Hoy toca hablar de música, nada más y nada menos.
Todo el mundo sabe que a Haruki Murakami le apasiona tanto la música moderna y el jazz como la música clásica. Esta pasión no solo le llevó a regentar en su juventud un club de jazz, sino a impregnar de referencias y vivencias musicales la mayoría de sus novelas y obras. En esta ocasión, el escritor japonés más famoso del mundo comparte con sus lectores sus querencias, sus opiniones y, sobre todo, sus ansias de saber sobre un arte, el musical, que hermana a millones de seres humanos en todo el mundo.
Para ello, a lo largo de dos años, Murakami y su amigo Seiji Ozawa, antiguo director de la Boston Symphony Orchestra, mantuvieron estas deliciosas conversaciones sobre conocidas piezas de Brahms y Beethoven, de Bartok y Mahler, sobre directores de orquesta como Leonard Bernstein y solistas excepcionales como Glenn Gould, sobre piezas de cámara y sobre ópera.
Así, mientras escuchan discos y comentan distintas interpretaciones, el lector asiste a jugosas confidencias y curiosidades que le contagiarán el entusiasmo y el placer inacabable de disfrutar de la música con oídos nuevos.
Ya puedes comprar el libro «Música, solo música», de Haruki Murakami, aquí: