Actualizando esta entrada… Me surgen dudas sobre la capacidad de esta autora para sacar nuevos libros como churros. Cada trimestre tenemos novedad made in McFadden. ¿Estaremos ante el primero caso de autora IA? En los tiempos que corren ya no me sorprendería nada. El caso es que sus propuestas nos siguen enganchando. Y su despegue internacional con las idas y venidas de su asistenta parece quedarse en algo anecdótico ante las nuevas series que no dejan de llegar…
Eso o una fórmula infalible para retomar nuevas historias desde esquemas que desarrollar con brillantez creativa e indudable intensidad a los mandos de cada nueva idea.
Lo del enemigo en casa siempre funciona. Lo del ama de llaves como una siniestra amenaza que tú como lector pronto atisbas, pero que los personajes parecen no intuir, aún engancha más. El desasosiego más tenaz nos gana para la causa del morbo ante el desastre inminente. Lo de Shari Lapena queda en simple anécdota en cuanto al thriller doméstico cuando leemos a Freida McFadden.
Porque el asunto aún cobra otra dimensión de mayor suspense cuando es la intrusa más sigilosa quien te cuenta cómo ve el mundo. Ella te da las pautas para que entiendas por qué actúa con esa animadversión, ese odio, ese cúmulo de frustraciones ante las carencias familiares. Empatía siniestra.
Y sus planes… porque la doncella tiene sus planes para focalizar todo su odio. El leitmotiv más marcado e imprevisible es el que puja con esa sensación de venganza sobre el destino propio. El mal se proyecta entonces como una envidia aniquiladora que se acomoda en la venganza más sibilina…
Top 3 libros de Freida McFadden
La asistenta
El peor de los caballos de Troya es una asistenta con oscuros intereses. Habría que tirar de psicotécnicos a la hora de meter a alguien en un hogar. La apariencia servicial puede esconder abyectos intereses en una mente anhelante de introducirse en una familia idílica para terminar por destruirla.
Todos los días friego la preciosa casa de los Winchester de arriba abajo. Recojo a su hija del colegio y preparo deliciosas comidas para toda la familia antes de subir a cenar sola en mi minúscula habitación del piso superior.
Intento no prestar atención a Nina cuando lo ensucia todo simplemente para ver cómo lo limpio. A las extrañas mentiras que cuenta sobre su propia hija. A su marido, que cada día parece más abatido. Pero cuando miro a Andrew a los ojos, castaños, encantadores y llenos de dolor, no me resulta difícil imaginar cómo sería vivir en la piel de Nina. El gran vestidor, el coche de lujo, el esposo perfecto.
Hasta que un día no me resisto a probarme uno de sus maravillosos vestidos blancos. Solo quiero saber qué se siente. Pero ella pronto lo descubre, y cuando me doy cuenta de que la puerta de mi habitación solo se cierra por fuera ya es demasiado tarde. Algo me reconforta: los Winchester no saben quién soy en realidad. No saben de lo que soy capaz…

El secreto de la asistenta
Engañar es fácil para los peores criminales. Siempre se ha dicho aquello de… parecía tan buena persona. Pero aun así seguimos fiándonos de una sonrisa, de un gesto amable. Y abrimos nuestras puertas al peor de los demonios…
Es difícil encontrar a alguien que te dé trabajo sin preguntar demasiado sobre tu pasado. Así que le agradezco al universo que, milagrosamente, los Garrick me hayan dado empleo limpiando su impresionante ático con vistas a todo Manhattan y preparándoles comidas sofisticadas en su inmensa cocina. Puedo trabajar aquí durante un tiempo, ser discreta hasta conseguir lo que quiero.
Es casi perfecto. Sin embargo, todavía no he conocido a la señora Garrick ni he podido ver lo que hay dentro de la habitación de invitados. Estoy segura de que la oigo llorar. Veo las pequeñas manchas de sangre en el cuello de sus camisones blancos cuando hago la colada. Y, un día, no puedo evitar llamar a su puerta. Cuando esta se abre lentamente, lo que veo lo cambia todo…
Es entonces cuando hago una promesa. Douglas Garrick se ha equivocado. Y va a pagar. Es todo una cuestión de hasta dónde estoy dispuesta a llegar…

la asistenta te vigila
Las peores alimañas lo estudian todo antes de atacar. En cierta forma por un instinto de supervivencia. Pero en el caso del ser humano es aún peor. Porque no hay que olvidar ese punto de recrearse antes de culminar el crimen, en la mente del psicópata.
Yo solía trabajar limpiando las casas de otras personas, ahora apenas puedo creerme que este sea mi hogar. La encantadora cocina, la calle tranquila, el enorme jardín en el que los niños pueden jugar. Mi marido y yo hemos ahorrado durante años para que mis hijos tengan la vida que se merecen.
Aunque siento algo de recelo hacia nuestra vecina, la señora Lowell, veo su invitación a cenar como una oportunidad para hacer amigos. Cuando su doncella abre la puerta con un delantal blanco y el pelo recogido en un moño tirante, sé exactamente cómo se siente. Pero su gélida mirada me produce escalofríos…
La doncella de los Lowell no es lo único extraño de nuestra calle. Estoy convencida de que alguien nos observa. Y cuando conozco a la mujer que vive enfrente, sus palabras me dejan petrificada: «Ten cuidado con tus vecinos».
¿Cometí un terrible error mudándome aquí con mi familia? Pensaba que había dejado atrás mis secretos oscuros. Pero ¿podría ser este apacible barrio residencial el sitio más peligroso de todos?

Otros libros recomendados de Freida McFadden
La mujer de arriba
No es que sea Freida una autora que convenza a todos los lectores de género negro por igual. Pero no se le puede negar ese algo que engancha. La cuestión es ofrecernos esos personajes sumidos en sus propias sombras. Y lo de Victoria en esta trama es mucho de empatizar con el abandono y la mente capaz de encontrar su único reposo en la venganza frente al infortunio que llegó de la manera más desconocida…
Victoria Barnett lo tiene todo. Una brillante carrera como enfermera. Un marido guapo y cariñoso. Un bonito hogar en las afueras y el sueño de llenarlo de niños. La vida es perfecta… o eso parece. Hasta el día en que se ve envuelta en un terrible accidente y todo se desmorona.
Ahora Victoria ya no puede caminar, alimentarse o vestirse por su cuenta. Ni siquiera puede hablar. Está atrapada en el piso más alto de su casa y necesita cuidados las veinticuatro horas del día. Su marido contrata a Sylvia Robinson para ayudarle. Pero parece que Victoria no tiene tantas limitaciones como le han contado. Y está desesperada por contar una historia… si tan solo pudiera articular las palabras.
Entonces, Sylvia encuentra el diario de Victoria escondido en un cajón. Y lo que contiene es aterrador.

Tras la puerta
En ocasiones ocurre, como es el caso de esta autora estadounidense, que un primer descubrimiento para el gran público, trae consigo la liberación de muchas otras obras relegadas al oscurantismo del cajón. Porque todo puede ser revisado y mejorado para, con una cadencia sorprendente, presentar nuevas publicaciones con ese sello ya reconocido por los aficionados del género. Droga para los yonkis de «La Asistenta».
Mientras de niña Nora Davis dedicaba las tardes a hacer los deberes en su habitación, no tenía ni idea de que su padre estaba asesinando mujeres en el sótano. Hasta el día en que la policía llamó a la puerta.
Décadas más tarde, el padre de Nora pasa su vida entre rejas y ella es una cirujana de éxito con una existencia tranquila y solitaria. Nadie sabe que su padre es un famoso asesino en serie. Y ella está dispuesta a todo para que siga siendo así. Entonces Nora descubre que una de sus jóvenes pacientes ha sido asesinada. De la misma horrible y peculiar manera en la que su padre mataba a sus víctimas.
Alguien sabe quién es Nora. Alguien quiere que cargue con la culpa de su espantoso crimen. Pero ella no es una asesina como su padre. La policía no puede acusarla de nada. Siempre y cuando no mire en su sótano…

La boda de la asistenta
Para todo tiene la ya emblemática asistenta creada por McFadden. No podría ser de otra forma a la hora de configurar a un personaje más que poliédrico. Y por esos también sus minutillos de gloria que le corresponden gracias a Wharhol no iban a ser felicidad y salida de las sombras. Con su singular voz en primera persona, nos adentramos en un singular capítulo de nuestra ama de llaves de pasado insondable…
Un trepidante relato que completa la serie best seller La Asistenta. Para los lectores que se quedaron con ganas de saber más sobre la historia de Millie y Enzo, llega una emocionante sorpresa…
Hoy debería ser el día más feliz de mi vida. Estoy prometida con el hombre de mis sueños y, en unas pocas horas, vamos a vernos delante de un juez que nos declarará marido y mujer hasta que la muerte nos separe. Pese a que el camino no ha sido fácil, este día es todo lo que siempre he deseado.
Solo hay un problema. Ahí fuera hay alguien que no quiere que viva lo suficiente para dar el «sí, quiero». Y, si no tengo cuidado, podría salirse con la suya.

Nunca mientas
La casa, el hogar… Un punto de partida desde el que Freida McFadden va amueblando sus almas cargadas hasta el último detalle introspectivo. Porque una vez dentro del hogar y del alma que lo habita, es mucho más fácil adentrarnos en cada rincón oscuro de esa casa construída entre deseos de prosperidad, pasiones y secretos que desbordan desde los sótanos y los cuartos oscuros de cada planta.
Tricia y Ethan acaban de casarse y están a la búsqueda de la casa de sus sueños. Pero cuando visitan la remota mansión que una vez perteneció a la doctora Adrienne Hale, una reconocida psiquiatra que desapareció sin dejar rastro hace cuatro años, una feroz tormenta los deja atrapados.
Mientras busca un libro para entretenerse hasta que pare de nevar, Tricia tropieza con una habitación secreta que contiene las transcripciones de las conversaciones con todos y cada uno de los pacientes que trató la doctora Hale. Y, cuando escucha las cintas, descubre la aterradora sucesión de acontecimientos que condujo a la misteriosa desaparición de la psiquiatra.
Con cada una de ellas, una nueva pieza del rompecabezas encaja en su sitio, revelando lentamente una inesperada e impactante red de mentiras. Hasta que Tricia llega a la última cinta. La cinta que revela toda la terrible verdad. Y entonces es demasiado tarde…
