Para un enamorado de todo lo concerniente al siglo XIX como yo, un autor como Víctor Hugo se convierte en un referente fundamental para divisar el mundo bajo ese prisma romántico propio de la época. Una perspectiva del mundo que transitaba entre lo esotérico y la modernidad, un tiempo en el que las máquinas generaban riqueza industrial y miseria en las ciudades aglomeradas. Un periodo en el que en esas mismas urbes cohabitaban el fasto de la nueva burguesía y la oscuridad de una clase obrera que algunos círculos planeaban en un constante intento de revolución social.
Contrastes que Víctor Hugo supo plasmar en su obra literaria. Novelas comprometidas con los ideales, de intención transformadora en algún modo y de trama viva, muy viva. Historias que se leen todavía hoy con verdadera admiración por su estructura compleja y completa.
En el caso de Víctor Hugo, Los Miserables fue esa novela cumbre, pero hay mucho más que descubrir en este autor. Vamos allá.
3 novelas recomendadas de Víctor Hugo
Los Miserables
Las obras maestras no pueden ser desbancadas de su posición preeminente. La gran composición literaria de Víctor Hugo es ésta. Jean Valjean puede ser el equivalente, en cuanto a personaje literario más reconocido de un país, a nuestro Don Quijote.
Un tipo sometido al peso de la ley y del mundo que le tocó vivir. Un personaje a través del cual se nos presenta la lucha antológica del bien y del mal, ajustada a su momento histórico, pero fácilmente extrapolable a todo momento de nuestra civilización.
Resumen: Jean Valjean, un exconvicto al que encerraron durante veinte años por robar un pedazo de pan, se convierte en un hombre ejemplar que lucha contra la miseria y la injusticia y que empeña su vida en cuidar a la hija de una mujer que ha debido prostituirse para salvar a la niña. Así, Jean Valjean se ve obligado a cambiar varias veces de nombres, es apresado, se fuga y reaparece.
Al mismo tiempo, debe eludir al comisario Javert, un policía inflexible que lo persigue convencido de que tiene cuentas pendientes con la justicia. El enfrentamiento entre ambos se produce durante las revueltas de 1832 en París, donde, en las barricadas, un grupo de jóvenes idealistas planta cara al ejército en defensa de la libertad. Y, entre todo ello, historias de amor, de sacrificio, de redención, de amistad,…
Porque el progreso, la ley, el alma, Dios, la Revolución francesa, la prisión, el contrato social, el crimen, las cloacas de París, el idilio amoroso, el maltrato, la pobreza, la justicia… todo tiene cabida en la más extensa y famosa obra de Víctor Hugo, Los miserables.
Magistral crónica de la historia de Francia en la primera mitad del XIX, desde Waterloo hasta las barricadas de 1848, Víctor Hugo buscó voluntariamente con Los Miserables un género literario a la medida del hombre y del mundo moderno, una novela total. No en balde, concluye así: «… mientras haya en la tierra ignorancia y miseria, libros como este podrían no ser inútiles»
El último día de un condenado a muerte
La pena de muerte no es un tema sobre el que se ciernan dilemas éticos solo en la actualidad. La muerte de un humano a manos de otro, pese a la ley mediante, siempre ha encontrado controversia. Víctor Hugo se ocupó de ello en esta novela.
Resumen: Un condenado a muerte anónimo decide escribir en una especie de diario las últimas horas de su vida. La incertidumbre, la soledad, la angustia y el terror se suceden en un relato que finaliza justo cuando la ejecución va a producirse.
A través del sufrimiento del narrador, la novela niega cualquier valor positivo a la pena de muerte: es injusta, inhumana y cruel, y la sociedad que la aplica es responsable de un crimen como cualquier otro. Novela de análisis o drama íntimo, como la definió su propio autor, se adelanta a su tiempo en el uso del monólogo interior, que tanto desarrollo tendrá en la narrativa del siglo XX.
El rey se divierte
La parodia siempre tiene una intención transgresora, incluso concienciadora a través del humor descarado. Víctor Hugo construye una parodia trágica, rayana con el esperpento de Valle Inclán.
Resumen: El rey se divierte , de Victor Hugo, es una pieza dramática de primer orden, y no solo por el escándalo del que se vio rodeada en su estreno, en 1833, sino por la ajustada descripción de su principal protagonista, el bufón Triboulet, y la manera magistral en que su tortuosa personalidad va tejiendo la trampa en la que él mismo caerá. Ese retorcimiento se refleja en la etimología de su nombre, triboler, que en francés antiguo significa atormentar, atribular, cosa que no deja de hacer nuestro bufón.
La misión de los bufones de corte era más compleja que la meramente burlesca, y hay evidencias de que ejercían una función admonitoria, al tiempo que con su apariencia fuera de canon (Triboulet es jorobado) servían de contrapunto a la normalidad y sobre todo a la excelencia del modelo real, bien para realzarla, bien para frenarla.