Los 3 mejores libros de la genial Rosa Regàs

Entre los escritores españoles más reconocidos, Rosa Regàs siempre destacó por una evolución constante, una especie de asunción del trabajo de escritor como una auténtica carrera de fondo en la que siempre hay que re-aprender a correr, adaptándose a los tiempos y embarcándose en nuevas corrientes, sin abandonar el sello más particular, ganado en tantos y buenos años de oficio.

No es que Rosa emergiera en el panorama literario desde muy temprana edad. Todo lo contrario, su aparición como narradora se dió pasados los 50 años, con ese poso y esa solvencia de quien descubre que tiene mucho que contar y que todavía no ha empezado a hacerlo.

Como muchos otros escritores, Rosa Regàs compatibiliza la redacción de sus novelas y otros libros con la participación en diversos medios, con aquel marchamo de prestigio que confieren los premios que pronto fue alcanzando desde que se decidiera a escribir. El Nadal, El Planeta y muchos otros han ido colmando la estantería de esta autora, con ese impagable premio del prestigio y el reconocimiento necesario del escritor para seguir disponiendo de tiempo. En lo estrictamente literario en sus últimas fechas se entregó a una biografía en clave de narración histórica.

Top 3 novelas recomendadas de Rosa Regàs

Azul

Señalo esta novela de Rosa Regás como su mejor obra por un aspecto singular de la misma. Pocas veces la novela se convierte en un ejercicio de psicoanálisis del lector. Lo que les ocurre a Andrea y Martín, amantes inesperados, también supone un ejercicio de búsqueda del yo lector en el ámbito más trascendental de todos: el amor.

Andrea y Martín se encuentran y se aman con la pasión típica de lo nuevo, de lo extraño, de lo imposible o al menos inadecuado. El tiempo entre orgasmos descomunales es otra cosa, Martín y Andrea se adentran en sí mismos para relatar como amantes terapeutas lo que realmente anhelan, lo que de pesado o de ligero tengan sus vidas, sus deudas con el tiempo vivido y sus esperanzas con el que haya de llegar.

En cierta forma ambos reconocen en el otro que están ahí para liberar su mente en la misma medida que liberan su pasión. Un fructífero relato para todo lector que navegue en ocasiones sobre la fugacidad de todo, incluso de uno mismo perdido entre rutinas y costumbres…

Azul

La canción de Dorotea

Lo de Rosa se me asemeja en ocasiones a un existencialismo del detalle. Mientras nos movemos impelidos por supuestos destinos, solemos desperdiciar brillantes momentos para el detalle, que es lo que queda…, porque el tiempo es detalle, cada segundo es un solo detalle y nuestra vida la encadenan millones de segundos.

Desde este planteamiento nacen nuestras más duras contradicciones, nuestras culpas y sueños incumplidos a la postre. Lo que pasa mientras hacemos planes es la vida, esa suma de instantes incontrolables. Aurelia es una prestigiosa profesora.

Mientras su padre permanece convaleciente ya en edad avanzada ella trata de seguir con su vida, dejando la vida de su padre en manos de una cuidadora. Adelita es dicharachera pero trabajadora, hasta que Aurelia empieza a sospechar que la joven ayudanta está interfiriendo en su vida.

La gota que colma el vaso fue la desaparición de una joya. La furia de Aurelia acaba destapando muchos aspectos de su vida en su faceta más íntima y olvidada…

La canción de Dorotea

Música de cámara

A medio camino entre las vivencias propias de la autora, que bien viene seleccionando en algunas publicaciones recientes, y la novela más pura, por medio de Arcadia nos acercamos a la Barcelona de mediados del siglo XX.

Y descubrimos una bonita historia de amor con música de fondo que acalla la miseria. Y todo parece ir bien…, hasta que Arcadia y su joven novio descubren que no habitan el mismo espacio. Él incapaz de reconocerla a ella en su esencia, y ella imposibilitada a renunciar a la parte más trascendente de sí misma.

El amor no se puede compartir entre los amantes más queridos, si la sinfonía no suena en el mismo pentagrama. Muchos años después los dos amantes vuelven a encontrarse, en ese típico momento en el que todo es imposible, todo salvo un amor que por fin pueda compartir acordes y tempo.

Música de cámara
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