Los 3 mejores libros de Mónica Carrillo

Siguiendo la estela de otros autores mediáticos del ámbito periodístico (un espacio naturalmente entroncado con la literatura como crónica de los tiempos vividos), Mónica Carrillo ya compone una bibliografía comparable a otros periodistas como Carmen Chaparro, Carlos del Amor, Teresa Viejo o Maxim Huerta.

Claro está que en su versión novelística, cada uno de estos periodistas se orienta más a sus gustos a través de temáticas diversas que van desde el género romántico hasta la ciencia ficción pasando por el género negro.

En el caso de Mónica Carrillo nos encontramos un poco con ese crisol creativo de la autora encantada con contar historias de la índole que sea. Siempre con el preciosismo de la forma hacia el fondo, con el gusto por el tropo que transforma el escenario presentado, la acción que avanza en algo dotado de esa magia que trasciende gracias al cómo se nos cuenta.

Top 3 libros recomendados de Mónica Carrillo

La vida desnuda

El oficio del novelista se puede forjar de mil maneras porque la novela es ese gran lienzo, el enorme mosaico, el gran tapiz del espíritu creativo del escritor. Esta novela es esa obra de grandes dimensiones más allá de sus 288 páginas.

Porque se trata de narrar consiguiendo el fascinante encaje de los personajes más verosímiles hacia la empatía total en la trama más sugerente hacia el gancho más intenso para el lector de turno. Si además Mónica Carrillo sigue desplegando ese uso del lenguaje por momentos lírico, la historia acaba por conformarse como una trama con la vitola de la escritora más consolidada que nunca. Una historia de amor puede perder gas si se enfoca todo hacia la trama rosa. Así que la historia de Gala es mucho más que una nueva revisión literaria del amor.

Porque en su retorno a casa para despedir a su abuela, Gala descubre que, ya no siendo la misma que fue, puede aprender y replantear, indagar y descubrir sobre su propia vida, sobre su familia. Nada mejor que regresar cambiada por los años y la vida para enfrentarse a las cosas dadas por hechas, a las sombras y secretos tras las apariencias…

Entonces ya sí, una vez expuesta a las esencias mismas de la vida, de la familia, de las emociones y los secretos, entonces es el mejor momento para plantear un amor que aferrar con fuerza pese a las espinas para hacer brotar la sangre de la vida.

La vida desnuda

La luz de Candela

Debe ser que el nombre de Candela tiene ese no sé qué de gran protagonista femenino. Porque ya no es solo cosa de esta historia de Mónica Carrillo sino del libro «Candela» de Juan del Val…

La cuestión es que en ambas Candelas encontramos a mujeres sometidas a esos vaivenes del destino hacia lo mágico o lo dramático, según como se afronte el asunto. En el vértigo de vivir, la Candela de Mónica Carrillo se deja llevar para sacar lo mejor de sí misma pese a los imperativos de la razón y las supuestas conveniencias.

Pero toda pasión te acaba robando desde lo físico hasta el alma. Lo que se pierde en el amor intempestivo con sus fogosidad y su ceguera, siempre se gana como sentimiento constante de seguir vivo. Cómo no disfrutar de esos momentos en el que alguien como Manuel aparece para sacudirlo todo.

Solo que, como suele ocurrir en todos los casos, llega un momento en el que la seguridad busca su sitio y es entonces cuando las dudas hacen tambalearse a los sueños y aflojarse los abrazos que robaban el aire. ¿Qué ocurre cuando nos enamoramos de una persona que sabemos que nos va a complicar la vida? 

Candela es una fotógrafa a la que un día se le cruza el amor y la atropella, poniéndolo todo patas arriba. Y ya nada será como antes. El responsable de ese torbellino es Manuel, un joven modelo con el que vivirá una historia de amor tan fascinante como adictiva.

La emoción de los primeros besos, la complicidad, la pasión. Pero también la angustia de quien no recibe todo lo que da. Y el apoyo incondicional y mágico de las amigas. La cara y la cruz del amor. Porque la vida sigue, siempre sigue…

La luz de Candela es un precioso canto a las emociones, una delicada novela llena de sensibilidad que entusiasmará al lector.

La luz de Candela

El tiempo. Todo. Locura

A medio camino entre el microrrelato, el aforismo y el verso suelto. Una suerte de poesía urbana que encandila desde la primera composición. Porque el conjunto es una encantadora mezcla que compone imágenes y sensaciones, que plantea despedidas o acercamientos, tristezas o melancolías, abatimientos o esperanzas, siempre a través de figuras retóricas, de tropos que se levantan desde escenas cotidianas para alcanzar el alma de tantos y tantos momentos que todos vivimos.

El lector que ande buscando una continuidad en las primeras obras de Mónica: “Olvidé decirte quiero” o “La luz de Candela”, desde luego no lo va a encontrar aquí. Pero siempre es interesante redescubrir a un autor bajo el prisma de su pujante creatividad, la que le conduce a probar nuevas cosas, a experimentar nuevas ideas o simplemente a plasmar negro sobre blanco ideas con la suficiente fuerza y entidad como las que transmite este libro.

Puede al lector le acabe pasando como a mí. Desde “El tiempo. Todo. Locura”, encender la televisión y descubrir a esta presentadora narrando la realidad ya no es lo mismo de antes. Pese a la actitud aséptica propia de un presentador de informativos, en Mónica veo ahora más humanidad, la que rebosa en esta obra.

En muchas ocasiones, lo pequeño recoge la esencia. Los pequeños relatos de este libro comprimen ideas bien meditadas, y ajustadas a un lenguaje que transmite y conmueve desde la mesura de las palabras. Literatura para leer despacito, para meditar cada pequeño capítulo, cada posible significado de las palabras en un conjunto embellecido por la imagen que despierta y la lírica de su estructura. Recomendable, sin duda.

El tiempo. Todo. Locura
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