Quien más quien menos conoce algo de la vida y obra del escritor Juan José Millas. Porque más allá de su extensa carrera literaria, este autor se prodiga como columnista y tertuliano de radio, donde se desenvuelve perfectamente. Porque, aunque parezca contradictorio en el mundo literario, dominar la lengua hablada no siempre es virtud de escritores, que parecen peces fuera del agua o que se dejan conducir por una supuesta superioridad intelectual, o que no hacen del humor su herramienta cotidiana… mil y un motivos.
Y lo cierto es que, leyendo a Juan José Millás, entre su riqueza creadora, que ya se adivina en su libro prácticamente autobiográfico Mi verdadera historia, no se sospecha que puedas encontrarte con un tipo locuaz porque su prosa lo puede abarcar todo con la suficiente profusión como para no tener más que contar. Sus planteamientos van más bien de fuera hacia adentro, del mundo y de como se sintetiza éste en el interior una vez atravesados los sentidos.
Divagaciones a parte, me pongo ya mismo con mi lista de 3 novelas imprescindibles de Juan José Millas que merecen ocupar mi particular olimpo. Aunque en el caso de autores capaces de la sofisticación como trasfondo desde la transparencia temática, los gustos pueden ser muy diversos…
Top 3 novelas recomendadas de Juan José Millás…
La soledad era esto
Un título muy acertado para plantearse muchas cosas de las que posteriormente se ocupa el nudo de la historia. ¿Qué es la soledad cuando somos felices? ¿La obviamos o la apartamos deliberadamente hasta que nos llegue?
La soledad es la ausencia de la gente que llena tu vida. La soledad es un teléfono donde ya nadie contesta, o una casa sin voces, o una cama sin respiraciones compartidas. La soledad se nos manifiesta cruda a nosotros, seres racionales incapaces de entender lo que ya no existe para siempre, siendo ese siempre un plazo marcado también para nosotros.
Un maravilloso ejercicio de introspección a través de una mujer que ha llegado ese momento de las preguntas sin respuesta en un entorno social cambiante, que no espera a nadie. Pero tal vez esos instantes sean propicios para desechar lo que sobra de tu vida. Ya puestos, conocida la tristeza puedes seguir señalando y apartando lo que te hace infeliz.
La soledad era esto es la historia de una mujer que inicia, a partir de la muerte de su madre, una lenta metamorfosis hacia la liberación a través de un doloroso aprendizaje. La mirada cada vez más humanizada de un detective y el progresivo alejamiento de su marido serán elementos esenciales de este camino de perfección.
Dotado de un talento narrativo que sabe hacer de lo cotidiano el inicio de lo angustioso, Juan José Millás nos ofrece una desgarrada crónica de la vida de hoy, donde no falta el reflejo de las actitudes de quienes, tras una militancia de izquierdas, han sustituido la ideología por la tarjeta de crédito.
Solo humo
Los viejos silencios, irrecuperables para cargarlos de las palabras que pudieron servir de placebo. De la misma forma que en Big Fish, esa gran película de Tim Burton, Carlos, el hijo, redescubre al padre con el que antaño todo fueron desencuentros. Y en esta ocasión también hay un reencuentro salvador. Aunque todo ocurre de manera menos oportuno para curar heridas porque el padre ya no está, pero quedan sus escritos y una forma de ver el mundo desde nuevas potencialidades transformadoras para Carlos.
El día en que cumple dieciocho años, Carlos recibe un extraño regalo: la noticia de que su padre, al que nunca trató, ha muerto y le ha dejado en herencia una casa con todo lo que contiene y una vida desconocida a la que asomarse. Examinando los vestigios de esa existencia abruptamente interrumpida, encuentra un manuscrito que narra una historia de amores secretos, de una niña y una mariposa, de amistad y de muerte. ¿Es una confesión real o una ficción?
Carlos, que está a punto de iniciar sus estudios de Administración y Dirección de Empresas, se da cuenta de que su padre era un lector voraz. En el dormitorio de esa casa que poco a poco va haciendo suya, junto a la cama, descubre un libro que le atrapa: los cuentos de los hermanos Grimm. El chico se sumerge en la lectura de esos relatos y al tiempo inicia un proceso vital que le acerca cada vez más a su padre y le enseña la manera de transitar por esas fronteras invisibles que separan la realidad de la fantasía y la cordura de la locura.
En esta novela engañosamente ligera, Juan José Millás vuelve a algunos de los temas más representativos de su narrativa, como la identidad, el desdoblamiento, los recovecos más oscuros de la realidad cotidiana —aquellos en los que se esconde lo extraordinario— y la paternidad, al tiempo que compone un himno a la imaginación y al poder transformador de la literatura.
Los objetos nos llaman
El impulso de escribir un relato nace de una idea que implora por salir. La redacción de un relato es una satisfacción onanista de todo autor.
Un conjunto de relatos es una evocación a todos esos instantes singulares que concluyen con partos de ideas sobre el papel. Cuando descubres que hay una cierta unidad temática entre todos ellos, consideras que realmente has vivido una novela por entregas en tu propia mente creadora…
Una caja de cerillas que iluminan un espacio del pasado; un niño que en una redacción debe elegir entre matar a su padre o a su madre; un padre que no se da cuenta de lo poco que ha abrazado a su hijo hasta que pierde un brazo…
El volumen está dividido en dos partes fundamentales: «Los orígenes», que trata temas del pasado y la infancia, y «La vida», relatos protagonizados por los mismos personajes u otros nuevos pero ya en edad adulta.
Juan José Millás es un maestro de la distancia corta. Estos cuentos son el complemento ideal para cualquier dieta literaria, el compañero de viaje perfecto. Guardan en común la escritura rápida y precisa, la sorpresa, el humor, la inquietud, ese toque onírico tan característico de la narrativa despierta del inigualable Juan José Millás.
Otros libros recomendados de Juan José Millás
Lo que sé de los hombrecillos
Juan José Millas es un escritor profundo pero imaginativo, aprovecha su fecunda imaginación para escribir existencialismo transportado a espacios oníricos. Y las ideas vienen de vuelta planteando auténticas encrucijadas personales en el lector. Escritura y magia.
La rutina diaria de un profesor universitario se ve perturbada por la irrupción de perfectas réplicas humanas en miniatura que se mueven con soltura por el mundo de los hombres.
Un día, uno de estos hombrecillos, creado a imagen y semejanza del catedrático, establece una conexión especial con él y convierte en realidad sus deseos más inconfesables.
En este libro, el académico narra el último de estos encuentros secretos, que resulta también el más intenso y peligroso, pues además de averiguar dónde viven, qué costumbres tienen y cómo se reproducen estos hombrecillos, interviene en su pequeño mundo mientras la vida sin inhibiciones convierte el suyo en una verdadera pesadilla. Piénsalo por un segundo: ¿soportarías ver cumplidos todos tus deseos?
Tonto, muerto, bastardo e invisible
No cabe duda, el postureo se extiende hasta lo patológico. Desde las redes sociales como referencia soterrada, descubrimos ese mundo de apariencias más marcadas que nunca en estos tiempos actuales. Entre la ácida sorna y el descarnado realismo bajo el trampantojo existencial de muchos de nosotros, Millás nos va desnudando en esas miserias inconfensables. Esas miserias por las que merece la pena aparentar y mentir a toda costa, incluso alcanzando lo hiperbólico…
Un alto ejecutivo se queda en paro y decide rehacer su vida al margen de todo lo que le rodea, contando con su imaginación como única aliada. A partir de ahí, y desde el mayor de los sarcasmos, vivirá como una aventura fantástica cualquier hecho cotidiano.
El protagonista crea un mundo propio, unas veces siendo él mismo, otras haciéndose pasar por otro, otro que actúa con la insolencia y el respaldo de la locura más cuerda.
Un apasionante juego de encuentros y desencuentros con el amor, la soledad, el sexo, la amistad, la vida y la muerte, en definitiva. Mucho más que una novela, Tonto, muerto, bastardo e invisible es también una crítica a nuestra sociedad, hilvanada en un lenguaje lúcido y brillante.
La vida a ratos
En Juan José Millás se descubre el ingenio ya desde el título de cada nuevo libro. En esta ocasión, «La vida a ratos» parece remitirnos a lo fragmentado de nuestro tiempo, a los cambios de escenario entre felicidad y tristeza, a los recuerdos que van componiendo esa película que podamos ver en nuestro último día. Distintas consideraciones que ya invitan a leer para descubrir de qué se trata.
Y lo cierto es que en esa noción que frisa entre surrealismo y extrañamiento, Millás se manifiesta en este libro como un maestro que nos adentra con naturalidad, desde lo cotidiano, por los túneles soterrados de nuestra realidad. Nada más comenzar a leer descubrimos al propio Millás paseando entre las páginas de esta novela con su cadencia de bitácora vital. Y casi todo lo narrado nos suena, es una sintonía similar a la de nuestras vidas, a la de cualquier vida.
El disfraz de la rutina homogeniza nuestros comportamientos, nuestra forma de afrontar las circunstancias y de interrelacionarlos. Y después están las estridencias, los momentos críticos que nos hacen reposicionarnos en un plano distinto a la medianía, sin saber cómo reaccionar, sin pautas ni referencias. La vida sorprende más de lo que podemos pensar, nuestro mundo nos exige para que salgamos y nos expongamos, para que manifestemos que tipo de alma nos gobierna. Y Millás se encarga, con la sencillez aparente de un diario, de revelar cuanto de descontrol hay en nuestra supuestamente controlada vida.
Y desde ahí, desde el descontrol, desde la anárquica impresión de vivir que finalmente prima en los momentos trascendentes, el diario acaba asaltándonos hacia la idea de perturbadora transformación. El surrealismo es en parte el choque, la excepcional idea del aprendizaje cuando pensamos que ya tenemos todo aprendido.
Nunca está de más descubrir en la literatura esa fuerza de lo impredecible que, como un huracán, se encarga de removerlo todo, de despojarlo de sentido, de reubicar las piezas para que nosotros podamos volver a entender si la cosa está bien así o si se trata de un completo despropósito. Lo único cierto es que todo depende, como diría la canción. Puedes sorprenderte o aterrarte, puedes entrar en acción, ofrecerte al juego o sucumbir a la melancolía de una nueva realidad con la que ya es imposible conectar.
Que nadie duerma
En su discurso, en el lenguaje corporal, incluso en su tono, se descubre a un Juan José Millas filósofo, el pensador tranquilo capaz de analizarlo y exponerlo todo de la forma más sugerente: la ficción narrativa.
La literatura para Millás es un puente hacia esas pequeñas grandes teorías vitales que abordan a todo escritor con inquietudes. Y sus personajes acaban brillando precisamente por esa profundidad psicológica que se sumerge en todos nosotros como lectores. Porque las circunstancias son diversas pero las ideas, emociones y sensaciones son siempre las mismas, diversificadas en cada alma que siente, piensa o se emociona.
Lucía es uno de esos enormes personajes de Millás que de repente se enfrenta al vacío, descubriendo en él que no lo es tanto. Quizás ese espacio ocupado, hasta el momento de ruptura de la cotidianeidad, tan solo fuera un armario cerrado, repleto de viejas prendas y olor a naftalina.
Cuando pierde su trabajo, Lucía descubre que es el momento de vivir, o de intentarlo. La historia entonces adquiere ese punto onírico por momentos, lo fantástico como un argumento del autor para conectar con lo que realmente somos, más allá de la inercia diaria, de las convenciones sociales y de lo estándar.
Lucía brilla como una nueva estrella, aborda su pasado con melancolía pero se decide a recomponer su tiempo hasta el hoy. A bordo del taxi con el que se moverá por las ciudades de su vida o de sus deseos, esperará al pasajero con el que compartió encuentros tan fugaces como especiales, en espera de que se materialice esa magia repudiada por la rutina.
La vida es riesgo. O debería serlo. Lucía descubre, en esa zozobra que es encontrarse al margen del mecanismo esencial de la sociedad, que la soledad asusta, incluso aliena. Pero solo así Lucía ahondará en lo que es, en lo que necesita y en lo que siente.
Nunca más sensaciones abotargadas, ni inercias ciegas. Solo lo básico puede realmente hacer de Lucía algo. El amor en esencia parte del yo, del ahora y lo que tengo al lado, todo lo demás es artificio.
El fantástico viaje vital de Lucía nos acaba salpicando a todo, con un innegable aspecto reivindicativo del miedo como inicio hacia la rebeldía, de la soledad como necesario contrapunto para valorar la compañía.
Lucía representa una fantástica lucha entre lo que creemos sentir y lo que realmente sentimos en esa parcela soterrada por toneladas de costumbres, circunstancias y defensas.
Gracias por la recomendación. Muy útil. Por cierto, se te ha colado una h en desechar.
Muchas gracias!! Ya me he comido la h con patatas sin atragantarme ni ná. jeje
Obras de Juan José Millas