Posiblemente el pseudónimo más acertado de la literatura española de todos los tiempos. Me atrevo a decir que en base a la sencillez y musicalidad de AzorÃn, cualquiera, por profano que sea en lo literario, asocia este alias al del sobresaliente escritor. Y es que memorizar José Augusto Trinidad MartÃnez Ruiz conlleva una dificultad que el autor supo mitigar con sobrenombre abreviado, una ingeniosa decisión de marketing cuando el marketing aún no existÃa.
Tras pasar por obras firmadas como José MartÃnez Ruiz que sonaba a medianÃa u otros alias como Cándido o Arhimán, pseudónimos más orientados al ensayo o a lo periodÃstico, el autor asentó su decisión final en la firma que le darÃa la gloria y la universalidad de las letras españolas.
Acercarnos a AzorÃn y no hablar de la generación del 98 es un acto de incorrección académica. Pero si me sueles leer por aquà ya sabrás que lo de las etiquetas y la organización de un ámbito creativo siempre me ha parecido absurdo, más allá de un etiquetado cronológico o bibliotecario.
Por más que una pléyade de autores convivan con las mismas circunstancias, por mucho que se quiera pretender agrupar a autores inspirados por una situación social y polÃtica, la mera idea de agrupar limita lo creativo y se ciñe a la necesidad de etiquetar para estudiar y analizar.
Los propios autores auspiciados oficialmente por esta corriente se empeñaron en negar tal condición. Pero lo académico es pertinaz en su voluntad de crear ámbitos y materias de estudio.
La cuestión es que AzorÃn sostuvo amistad con PÃo Baroja, con Unamuno o con Valle-Inclán. Lo cierto es que se juntaron en cafés tertulias para tratar sobre lo humano y lo divino, para ponerse hasta arriba de vino si tocaba o para discutir como los garulos de los garrotes de Goya. Y eso es todo sobre ellos como grupo, siendo lo verdaderamente relevante sus obras consideradas en particular.
Y en AzorÃn, con su envidiable longevidad, encontramos una extensa obra para disfrutar sin más condicionantes…
Top 3 libros recomendados de AzorÃn
La voluntad
Etiquetada como una de las obras generadoras de la corriente del 98 en su vertiente prosÃstica, esta novela con la que parte una fascinante trilogÃa de gran impacto subjetivo sobre los tiempos vividos por la España del momento, aporta esa sensación del escritor entregado a la causa del individualismo, del pensamiento para tratar de dilucidar lo que pueda quedar de dignidad en un entorno miserable vestido de oropel.
De inspiración nihilista, derrotista, en La voluntad se aprecia ese brillante y melancólico desencanto que trasciende a lo meramente circunstancial y acaba ahondando en lo existencial, en la literatura como filosofÃa de los personajes, en estudiados perfiles psicológicos que mueven la trama por una suerte de impresionismo hecho prosa.
La ruta de Don Quijote
Pese a la naturaleza de crónica periodÃstica del conjunto, su inspiración literaria y narrativa convierte esta obra en una de las más interesantes de AzorÃn.
Bajo el influjo el personaje universal de Don Quijote, AzorÃn pareció subirse a su particular montura para revisitar escenarios y establecer paralelismos en ocasiones cómicos y en otros trágicos.
En un alarde sobre el conocimiento de la obra maestra de Cervantes e hilando con aspectos históricos del paÃs, AzorÃn se recreó en idiosincrasia, en la vieja historia y la sensación de total decaimiento del sentimiento patrio, con una ironÃa que nos asoma a las grandes paradojas de un paÃs empeñado en viejas glorias imposibles y esperpénticas.
Castilla
AzorÃn fue un paisajista de lo humano. Un alma capaz de retratar el instante y la realidad más honda. Cuando leemos esta obra que transita entre el realismo y una especie de magia del tiempo, disfrutamos de la experiencia de captar el instante a nivel intelectual, como divisar un cuadro que pudiera obtener movimiento en nuestra imaginación mientras no dejamos de contemplar el conjunto del escenario.
Detalles que abordan la vida sencilla, pero acaban por configurar lo esencial del alma de ese pueblo tantas veces utilizado como fundamento para revoluciones, ideologÃas y demás conjuntos imposibles… Una de las más brillantes exposiciones literarias sobre lo que somos de Pirineos hacia abajo del mundo.
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