Frente a la concepción de la ciencia ficción como un género menor y restrictivo, hay que defender que este género es un espacio abierto para todo tipo de personas. En primer lugar desde la perspectiva del lector que encuentra aventura pero también nuevos supuestos, ideas innovadoras y perspectivas siempre refrescantes. pero también como ámbito de creación para personas con inquietudes.
De hecho, más allá de las etiquetas de género, ¿quién le iba a decir a Ann Leckie que acabaría convirtiéndose en una valorada escritora de ciencia ficción? Ella «tan solo» se dedicaba a sus labores de hogar hasta que, a sus cuarenta y tantos, se puso a escribir, guiada por esa impronta de la escritora latente.
Lo de escribir, como lo de correr puede ser una afición descubierta por casualidad (no hay más que ponerse unas deportivas o empezar a garabatear un guión) y que puede acabar alcanzando cotas insospechadas. Cierto es que Ann Leckie ya tenía una predilección lectora por la ciencia ficción, pero hasta ese momento tan solo se trataba de leer como hobbie.
La Ciencia Ficción puede sonar a sofisticación, a literatura demasiado exótica. Para mí lo que realmente ocurre es que los prejuicios limitan. Si dejamos correr nuestra imaginación en torno a una buena historia fantástica o de ciencia ficción, acabamos por descubrir el verdadero alcance de este tipo de literatura que puede abordar desde lo cósmico hasta lo existencial.
Así que Ann Leckie, que jamás pudo haber pensado ser escritora, y menos de ciena ficción, publicó allá por 2013 su primera novela y todo lo demás llegó de corrido.
Cierto es que una inquietud creativa puede derivar en un palmario fracaso si no se la dota de herramientas. Para que aquella primera novela Justicia Auxiliar alcanzar las cotas de éxito que logró, desde el año 2000, Ann se esforzó en cultivar su inquietud por medio de cursos y formación específica.
Y a día de hoy nos encontramos con una escritora sobresaliente de este género mayoritariamente masculino. A la altura de autores contemporáneos como Dan Simmons o John Scalzi.
Top 3 novelas recomendadas de Ann Leckie
Justicia Auxiliar
La idea de esta novela ya rondaba a esta autora desde que pensara en escribir como cauce para su creatividad. Más allá de los primeros borradores, una vez formada en materia de redacción creativa se dedicó a meterle mano a fondo a su opera prima, supongo que compatibilizando todavía, a tiempo completo, su trabajo doméstico.
Y lo cierto es que la dedicación y el aprendizaje la condujeron a materializar una idea en una novela ya reconocida por todo aficionado al subgénero de las óperas espaciales. Al auspicio del Radch, el gran imperio dominador de la galaxia, soldados e inteligencias artificiales como Breq se encargaban de mantener el orden y las normas.
Pero todo imperio, por grande que sea puede sufrir un ataque que lo disponga próximo a su derrota total. Y solo el mal puede acometer esa misión con los fines más aviesos y las fuerzas más oscuras.
En los estertores de su existencia como IA, Breq deberá enfrentarse en debilidad a la mayor amenaza jamás conocida.
Espada auxiliar
Para acercarnos a la magnitud de la obra de Ann, lo mejor es ceñirnos a la cronología de sus novelas publicadas. Si bien esta novela parece más una interesante transición hacia la tercera parte, debemos continuarla como lectura imperativa para disfrutar del conjunto.
Seguimos con Breq, reducido a su último nivel de existencia como un simple soldado. Ahora debe servir al nuevo poder establecido y enfrentarse a las consecuencias del gran conflicto que todavía mantiene los rescoldos de su destrucción.
Entre las evocaciones a la disputa por el poder de la Galaxia y la sensación de venganza latente, desde la estación Athoek ganamos en empatía y detallista ambientación para afrontar el asalto final.
Una novela que acaparó multitud de galardones, quizás por su intención de relato más completo en su profundización de aspectos como la moral e ideología de ese nuevo mundo, así como la humanización de esa coletilla «auxiliar» que aporta y compatibiliza lo humano que queda…
Misericordia auxiliar
Cuando te enfrentas al final de una saga, empiezas con esa respiración contenida. En el caso de esta resolución de una trama que ha aportado tanto y bueno al género de la ciencia ficción, a la space operas y a la idea de la Inteligencia Artificial como un futuro cercano que puede convertirnos a los humanos en auxiliares de cualesquiera que sea su intención, empezamos a leer.
Pronto intuimos Athoek como ese lugar una vez más amenazado, con la sensación empática de una humanidad remota. Breq sigue siendo ese personaje estelar, a medio camino entre la IA y los vestigios de un alma humana trasladada al cosmos más lejano.
Y justo cuando Breq encuentra una posibilidad para buscar su libertad a bordo de una nave, la amenaza de Anaander Mianaai, el viejo Lord del Radch es anunciado con siniestras intenciones sobre Althoek. Entre el deseo de huir de Breq y la sensación de abandono a su suerte para los habitantes de la Estación Althoek, Breq puede que encuentre una alternativa que pueda encauzar para bien el destino de toda la Galaxia…