En la linea de las que ya son grandes damas del noir patrio como Dolores Redondo o María Oruña, pero también bebiendo de recientes grandes éxitos más tendentes al misterio como los planteados por Eva García Sáenz, la escritora Ana Lena Rivera apunta a similares cotas de repercusión superventas en ese híbrido entre géneros que redunda en tensión narrativa por todos los costados.
Y todo queda entre escritoras, narradoras liberadas de antiguos encorsetados para abordar géneros que antaño parecían precisar de un pseudónimo en masculino. Gracias a Dios aquellos eran otros días que, por otro lado, parecen desatar hoy vertiginosas plumas femeninas encantadas de dar ese paseo por el lado salvaje de la vida que son las tramas negras.
La irrupción reciente de Ana Lena la presenta con ese potencial aún por sondear. Si después de una buena novela con bastante éxito llega otra no menos intensa que recupera personajes, sin duda se descubre la voluntad de la autora por llegar para quedarse, aportando nuevos protagonistas a un imaginario del género siempre ávido de nuevas caras, nuevos héroes o heroínas y nuevos villanos que en ocasiones acaban siendo los mismos protagonistas expuestos a sus más descarnadas contradicciones.
Top novelas recomendadas de Ana Lena Rivera
Los muertos no saben nadar
Las grandes trilogías son las que van de menos a más. Y en este caso todo empezaba a un muy buen nivel desde el que ubicar un campamento base para ascender a cada nueva entrega hasta esta cima. El final perfecto para una memorable Gracia San Sebastián…
En pleno mes de diciembre, en la playa de San Lorenzo de Gijón un niño encuentra el brazo amputado de un hombre en el agujero del muro donde guarda sus tesoros. El brazo pertenece a Alfredo Santamaría, que estaba siendo investigado en la comisaría central de Oviedo por una presunta estafa piramidal. El jefe de la Policía del Principado asigna el caso al comisario Rafael Miralles.
Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes contratada por la policía para indagar en las finanzas de la víctima, tiene que desentrañar un complejo entramado de blanqueo de dinero en el que interviene un poderoso grupo de mafiosos rumanos sin escrúpulos. En su vida personal, la relación con Rodrigo sigue viento en popa para disgusto de su exmarido, Jorge, que viene de visita desde Estados Unidos para gestionar un ambicioso proyecto empresarial.
Lo que callan los muertos
Desde Vitoria (Eva García Sáenz) hasta el Baztán (Dolores Redondo). Cada escritora de suspense española parece someterse a los dictados de las fuerzas telúricas para escribir escalofriantes tramas donde el escenario acaba siendo protagonista en su particular representación oscurecida de la escritora correspondiente.
En el caso de Ana Lena, su destino a transformar es una ciudad de Oviedo sometida a los caprichos de los misterios soterrados por el paso del tiempo y la necesidad del olvido. Pero como todo secreto, siempre queda algo que lo vincula con la realidad. Tan solo es cuestión de querer, o no, saber de qué se trata. Gracia San Sebastián ha renunciado a una exitosa carrera laboral en Nueva York y ha regresado junto a su marido Jorge a su Oviedo natal para ejercer de investigadora de fraudes a la Seguridad Social.
Su nuevo caso está relacionado con el cobro de la pensión de un militar franquista que sobrepasa los ciento doce años, cifra a todas luces sospechosa. Mientras su vida personal avanza por sendas imprevistas, Gracia se encontrará con ramificaciones del caso que la llevarán a investigar el suicidio de una vecina de su madre. De vez en cuando pide consejo a una buena amiga de la familia, la monja dominica sor Florencia.
Un asesino en tu sombra
Cuando una segunda parte se puede leer de manera independiente es que nos encontramos ante una serie abierta, con gran proyección e infinitas posibilidades para una autora de novela negra como Ana Lena Rivera. En estos casos de sagas que apuntan a extenderse durante gran parte del devenir literario de un escritor, un protagonista principal suele descollar sobre los propios casos presentados. Ya sea por su magnetismo personal, por sus claroscuros, o por algún asunto pendiente que nunca termina de cerrarse entre las entregas que se van acumulando.
Sería algo así como la impactante Amaia Salazar de Dolores Redondo, ya que estamos en torno a otra escritora de género negro. En este caso la prota también es una mujer como Gracia San Sebastián que ya en la primera parte “Lo que callan los muertos” aportaba tanto de novedoso en el perfil de un personaje que investiga alejado de las comisarías, con mayores riesgos por el especial cariz que van tomando sus casos…
En esta nueva ocasión, Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparición de Imelda, una joven psicóloga a la que encuentran muerta pocos días después en las vías del tren.El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer.
Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policía de Oviedo, Gracia empezará una investigación que la llevará a la caza de un asesino por varias capitales europeas.Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relación con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputación como investigadora está en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis múltiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad más extrema del triatlón, el Ironman.
Otros libros de Ana Lena Rivera…
Las herederas de la Singer
Cambio de tercio para acercarnos a una intrahistoria apasionante con un deje a intimismo de época, pero también sabe mantener el suspense antecesor de esta autora. Una narración que nos acerca a un tiempo aún reciente en el imaginario de quienes atravesamos el siglo XX, en mayor o menor medida y que, por tanto, sabemos, ya más bien de oídas, cómo corrían aquellos años. Entre las brumosas sombras del ayer de nuestros padres y abuelos la vida de los protagonistas de esta historia nos conduce por los laberintos levantados entre silencios de una familia.
Las herederas de la Singer cuenta la conmovedora historia de las mujeres de una familia ligadas a una máquina de coser que custodió un secreto durante cuatro generaciones. El día que la joven Aurora se vio obligada a trabajar en la mina tras el accidente de su padre, se juró a sí misma hacer lo que fuera necesario para salir de aquel infierno.
Un matrimonio sin amor y la máquina de coser Singer de segunda mano que recibe como regalo de bodas le proporcionarán una nueva forma de salir adelante, hasta que un terrible suceso convierte la Singer en la única prueba de la amenaza que la perseguirá toda la vida. Muchos años después, la complicidad que teje con su bisnieta Alba desvelará el secreto que ha planeado sobre las mujeres de su familia.
