Los 3 mejores libros de Cristina Fernández Cubas

El relato cobra en manos de Cristina Fernández Cubas otra dimensión. Porque la entrega de esta autora a la causa de lo breve como escenario narrativo apunta a una búsqueda de la excelencia en fondo y forma. El buen relato tiene ese no sé qué de territorio solo alcanzable para grandes como Cortázar, Edgar Allan Poe o Chejov.

Porque ser escueto para el resto de mortales supone sintetizar y apartar el brillo de la anécdota, la sutileza de los matices. Los genios del relato exponen en sus pequeñas historias esas esencias que precisamente escapan a los demás por incapacidad manifiesta para rescatar el esplendor del detalle.

Cristina Fernández por su parte gusta de la composición de su brevarios en volúmenes. Libros con ese hilo conductor que puede ser, incluso y únicamente, la impronta del narrador deslizada como una intención por replicar instantes diferentes con una misma cámara fotográfica, variaciones de luz por momentos tenebrosa, como desenfocada, desconcertante, en busca de esa realidad a contraluz, más en sombras que en luces…

Una estela de grandes composiciones conforman la bibliografía de esta escritora catalana. Cualquiera de sus libros puede acompañarnos, con su particular escenografía y acción durante esos instantes de lectura robados necesariamente al arrebato cotidiano. Todo se transforma en el imaginario de Cristina para el nuevo mundo de sus fervientes lectores siempre en aumento.

Top 3 libros recomendados de Cristina Fernández Cubas

La habitación de Nona

Desde Nona todo cobra especial sentido. Casualidad o no en la selección del relato que da título al volumen, todo puede partir de esa niña que anhelaría vivir otra vida desde la simple envidia infantil por trivialidades intangibles. Todo lo demás es ese tiempo que tan solo mueve un poco los polvos y lodos de aquellos días de infancia hacia muchas otras fantasías en torno a una realidad anhelante de los más vertiginosos cambios.

Una niña siente una envidia creciente hacia su hermana Nona a quien todo lo que le ocurre es “especial” y, lo que es peor, le ocurre a escondidas. Una mujer al borde del desahucio confía en una benévola y solitaria anciana que le invita a tomar café. Un grupo escolar comenta un cuadro, y de repente alguien ve en él algo inquietante que perturba la serenidad del momento.

La narradora se aloja en un hotel madrileño y al salir vive un salto en el tiempo… Cristina Fernández Cubas revisita la infancia y la madurez, la soledad y la familia, la cotidianidad de nuestras casas y nuestras ciudades y nos descubre que en todos ellos tal vez aniden inadvertidos el misterio, la sorpresa y el escalofrío.

La habitación de Nona

Mi hermana Elba y los altillos de Brumal

La imaginación es el alma gemela que siempre buscamos, desde el amigo invisible hasta Dios. Entre los viejos escondites donde se acaba sepultando la infancia, volvemos de vez en cuando a recuperar esas amistades imposibles que nos pueden llevar de regreso a submundos hechos ya espacios de entidad propia entre recuerdos, vivencias y personalidad.

Entre los trastos viejos de una buhardilla, en el interior de un reloj adquirido a un anticuario, o cualquier día de invierno en el patio de un apacible internado, lo Extraordinario o Innombrable acecha en silencio desde su discreto escondite. Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal son una flagrante incitación al viaje. Un viaje por los caminos de la memoria, por misteriosos espacios en los que «se está sin estar», por mundos cotidianos cuyos límites no son tan claros y estrictos como pudiera parecernos en un principio.

Pero Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal son también una propuesta de viaje al tiempo delicioso y cruel, mágico e inquietante, magistralmente orquestado por la autora a lo largo de ocho relatos, que alcanza plenamente su objetivo. El lector no puede en momento alguno eludir su participación en el ensueño.

Mi hermana Elba y los altillos de Brumal

El columpio

Arrancarse con una novela desde el prisma de la primera persona tiene mucho de atrevimiento. Todo va a transcurrir desde los ojos de una protagonista empeñada en esa verdad más allá de los recuerdos narrados por un protagonista de entidad tan subjetiva como es un padre o una madre. Todo es descubrimiento con una pátina de melancólica fantasía entre crudas realidades mutadas gracias al relato de quien antes habitó muchos de los escenarios visitados…

Siete años después de la muerte de Eloísa, su hija, narradora y protagonista de esta novela, siente el impulso de restaurar su memoria y descubrir en persona el escenario ―en apariencia idílico― de su infancia. Para ello, viaja desde París hasta un valle perdido al otro lado de los Pirineos donde radica el caserón familiar, y donde aún viven sus tíos, Tomás, Lucas y Bebo, tres solterones «tozudos como ellos solos» de los que apenas sabe nada.

Durante el trayecto, se entretendrá imaginando sus rostros, sus ocupaciones y sus palabras de bienvenida, al tiempo que examina algunas viejas fotografías de su madre (cada vez más enigmáticas) en las que esta aparece jugando con su diábolo o balanceándose en el columpio del jardín. Pero lo que había concebido como una visita llena de afecto y cordialidad terminará derivando en un encuentro sombrío y desconcertante.

Cristina Fernández Cubas explora así una zona de límites inciertos sobre la que despliega magistralmente su interés por lo onírico, introduciendo poco a poco al lector en una atmósfera de ensoñación y misterio. Con una prosa envolvente y un natural talento para la construcción y la ambientación narrativas, la autora nos entrega en El columpio una novela fascinante y perturbadora, que es a la vez la idónea vía de acceso para ingresar en uno de los mundos más personales y cautivadores de la literatura española contemporánea.

El columpio
Valorar post

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.