Los mejores libros de Michel Moutot

Practicando una literatura en el umbral del realismo más palpable, los libros de viajes y la ficción en tono de aventura, Michel Moutot es una suerte de mezcla. Por un lado evocaciones viajeras del ya desaparecido Javier Reverte a la francesa, en su vertiente estrictamente narrativa, con gotas de historiador y sazonado todo con un punto de ficciones históricas. O al menos ese es su lado de escritor dado a conocer en sus publicaciones en español.

La cuestión es que tampoco es que conozcamos a un Moutot que enraíce con la historia de Francia, sino que se ocupa de narrar odiseas al otro lado del mundo. Allí donde la Historia es más reciente, donde el imperio actual de los Estados Unidos empezaba a proyectarse desde la conquista de terrenos de sus ciudadanos mestizos.

El resultado, al menos como digo en esa vertiente de traducción al castellano, es una bibliografía de lo histórico visto casi desde lo antropológico. Una mezcla de trama y reportaje, una suerte de periodismo retrotraído a épocas recientes de la América del Norte más profunda.

Top 3 novelas recomendadas de Michel Moutot

Las catedrales del cielo

La historia de Nueva York puede ser contada desde multitud de prismas, más allá de su natural mestizaje entre emigrantes de muy distintos lugares. La propia ciudad, su fisonomía y su definición final como una megaurbe de gigantescos edificios que cobija los sueños de prosperidad de medio mundo se puede reducir a sus edificios, cómo y quienes los levantaron.

La gracia reside siempre en la forma de contar las cosas. Partimos del pasado reciente, del tenebroso 11S del año 2001. Los cimientos de occidente temblaron conjuntamente con los de las torres gemelas. Ahí es donde el autor introduce a su primer personaje, quien dará paso a una saga familiar, todos ellos relevantes en la construcción física de los rascacielos. El personaje no es otro que John LaLiberté, quien al ver las Torres Gemelas desplomarse acudió rápidamente para tratar de ayudar en las tareas de rescate.

¿Quién es John LaLiberté? Su padre, Jack LaLiberté participó en la construcción de las mismas torres allá por 1968… El skyline de NY empieza a comprenderse como un dibujo perfilado por los LaLiberté. Pero, lo más curioso es que el apellido LaLiberté es una particular traslación de otros apellidos bastante más tribales. Tanto John como Jack tienen sangre mohawks, de la zona próxima de Canadá, al otro lado del lago Ontario, donde Toronto y Búfalo se miran en el fascinante espejo de las cataratas del Niágara.

La reserva canadiense de los mohawks sufrió una particular revolución en 1886 cuando se les ofreció a los jóvenes trabajar en el metal para ejecutar una vía de tren entre Canadá y Estados Unidos. Los jóvenes aprendices ni remotamente podrían imaginarse que, gracias a su denodado trabajo y su valentía, acabarían encofrando muchos de los edificios de la pujante Nueva York.

Así que Nueva York, su skyline y su encanto actual, tiene una deuda con aquellos valerosos indios que se encaramaban a lo más alto sin temor alguno. Al menos este libro servirá para un reconocimiento que alcanza hasta la actual torre de la Libertad que ocupa la otrora siniestra zona 0.

El puerto del oro

Antaño el sueño americano era «simplemente» la conquista del territorio desde una colonización salvaje. Los recursos estaban ahí para quienes se aventuraran a labrarse una vida salpicada de mitos sobre riquezas propias de un terreno donde parecía que brotaba algún tipo de maná de brillo dorado y sabor a sangre.

Cuando era apenas un niño, Mercator Fleming embarcó en un ballenero siguiendo la tradición familiar. Tal y como esperaban los suyos, allí se hizo un hombre y se convirtió en un experto lobo de mar, a costa de perder la inocencia. Sin embargo, a su regreso, la muerte de su padre y el alud de deudas contraídas por este lo obligan a cambiar su destino.

Atraídos por las noticias de la fiebre del oro que les llegan de la costa oeste de los Estados Unidos, él y sus hermanos deciden dar un golpe de timón a sus vidas y partir por mar hacia los impresionantes bosques de secuoyas de California. Después de seis meses de intensa odisea marítima a bordo del Freedom, Mercator llega por fin a esa tierra prometida que guarda en sus entrañas pepitas de oro puro.

San Francisco ha pasado de ser un pequeño pueblo en la bahía a convertirse en una ciudad sin ley marcada por la violencia, el juego y el alcohol. El joven Mercator deberá decidir entre unirse a la multitud de hombres que dedican sus vidas a la busca de esa ansiada veta dorada o hallar otro camino para labrarse ese futuro con el que soñaba antes de partir del puerto de Nantucket, un camino que lo llevará a vivir del oro sin tener que encontrarlo.

El amor, la ambición, la rivalidad entre hermanos y la aventura se unen en esta espléndida novela histórica que nos lleva a una época donde el oro era la única ley, la justicia se impartía a tiros y solo los más valientes lograban sobrevivir.

El puerto del oro
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