La pugna por acaparar la cantera más grande del género negro nórdico parece no tener fin. Después del ya antológico tira y afloja entre el noruego Jo Nesbo y la sueca Camilla Lackberg como posibles referentes actuales más reconocidos, siempre acaban por aparecer más valores que se añaden a esa disputa por capitalizar tal afamada narrativa de la península escandinava.
En el caso de Helene Flood superamos el impacto de la su ópera prima para acercarnos a nuevas vertientes de su imaginario salpicado de su conocimiento profesional sobre la psique humana. Porque el género negro en el fondo trata de eso, de entender aquello de que «humanos somos y nada de lo humano nos es ajeno». Porque el peor monstruo puede acabar habitando las almas que finalmente sucumben al miedo o a la culpa. La peor de las mutaciones…
Con Flood el mundo del crimen toma esos visos de desconcertante verosimilitud, de desquiciante cercanía, como tras la mirada amable de cualquier vecino capaz de dar los buenos días con su última víctima aún caliente en el sótano.
Top novelas recomendadas de Helen Flood
La psicóloga
Completamente cierto. Lo que ocurrió depende del tiempo que haya pasado y de la forma de ver el mundo en el instante en que evocas un recuerdo. No es cuestión de la imaginación desbordante de un niño que te habla sobre lo que pasó ayer en sus juegos. Todos andamos sometidos a la variabilidad subjetiva de nuestro propio mundo. Desde ahí, el trampantojo de cualquier novela de suspense cobra una trascendencia insospechada…
Que lo de la psicología da para mucho en los thrillers o en las novelas negras es algo obvio en casos emblemáticos como Thomas Harris y su Hannibal o John Katzenbach con su revisitado psicoanalista. Así que para la primeriza Helene Flood arrancar con una primera novela negra sobre la que verter su saber acerca del desempeño profesional como psicóloga, suma muchos puntos de entrada.
Después está ya lo de arrancar con el ritmo suficiente, despertar las inquietudes típicas del lector de thrillers. Nada mejor que una desaparición intempestiva que revuelve toda la vida de Sara, la prota reconvertida de repente en el centro de una broma macabra. Porque nadie sabe nada de las peregrinas excusas de su marido Sigurd para desaparecer. Y su mensaje en el teléfono se vuelve contra ella. Porque si él se disponía a salir con sus amigos y nunca llegó…
La policía lo ve de forma bien distinta a como nos lo presenta Sara. Y nosotros pues tratando de confiar en Sara para creer. Pero las tramas de suspense siempre pueden tener giros inesperados. Y nadie mejor que una psicóloga para aparentar lo que no es. Pero no, nos resistimos a creer que Sara sea la mala. Ella nos ha introducido en la historia y es ella la que nos debe conducir hacia la luz de su verdad.
Todo tiene que ser cosa de Sigurd, capaz de diseñar su plan con maldad y alevosía, dejando un mensaje en el teléfono porque sabía que en la hora precisa ella no lo podría coger… Pero claro, después acabamos descolocándonos por completo. Porque la pobre Sara parece el objetivo de sabe Dios que plan demencial. Cámaras, micrófonos, todo un sistema complejo para espiarla que deja atónitos a polis, a Sara y a nosotros mismos.
Sin Sigurd no hay forma de encontrar las claves del asunto. Y encontrarlo con vida se antoja esencial. Porque no hay otra pista, ni el más mínimo vestigio de quien se ha ocupado tan meticulosamente en rastrear la vida de Sara como la trazabilidad de un objetivo muy valorado por lo que diablos fuera…
La comunidad
Plantear una obra de suspense en torno a una comunidad resulta de lo más fructífero en España. Desde la película de Alex de la Iglesia hasta cualquier reunión en segunda convocatoria entre los habitantes de nuestros respectivos domicilios. Algo que puede resultar desde lo más ordinario y soporífero hasta algo insospechadamente épico y apoteósico…
En Kastanjesvingen, un vecindario silencioso a un paso del tumulto de la ciudad habitado por doctores, artistas y gente del mundo de la televisión, nunca pasa nada, es el tipo de lugar que todos querrían para sus hijos. Allí vive Rikke, en uno de los cuatro espaciosos pisos del complejo, con su familia: su marido Asmund y sus hijos Emma y Lukas. Sus vidas son tranquilas, armoniosas, perfectas.
Pero todo cambia cuando aparece el cuerpo de uno de los vecinos, Jørgen, apuñalado en sucasa. A medida que la policía investiga y la prensa acecha a los vecinos, resulta evidente que todos tenían un motivo para asesinar a Jørgen, hasta la propia Rikke, que pronto se da cuenta de lo poco que sabe realmente sobre la gente que vive a su lado. Quizás no se llevaban tan bien y quizás todos esconden algo, porque…¿Cuánto saben realmente los unos de los otros?