Los mejores libros de A.J. Finn

El thriller gusta mucho de las casualidades generadoras de escenarios inquietantes. Porque todos sabemos que un poli o un investigador tiene sus recursos para enfrentarse al mal y erigirse en héroe día sí día también. La cuestión es cuando los personajes se asoman desde la casualidad al lado salvaje de la vida. Ese take a walk on the wild side que diría Lou Reed…

Y a Finn le va mucho ese rollo castigador de víctimas propicias. Porque así sabe que tiene ganado al común de los lectores mortales de género negro. Gentes raras siempre en busca de siniestros aconteceres en pieles ajenas.

Luego está el toque clásico que AJ Finn imprime a sus primeras novelas. Siempre podemos encontrar en ellas una invitación a la deducción propia del policíaco más clásico. Algo muy de agradecer para que la cosa no sea simplemente sangre bajo la escusa de turno.

Así es como consiguió golpear fuerte a la primera el bueno de Finn y así es como seguirá sacudiendo el mercado conforme encuentre nuevas tramas que ir ofreciéndonos…, de momento no con la cadencia de los bestsellers (quizás una decisión sabia para no ser devorado por la maquinaria editorial), pero al menos asegurándose el factor sorpresa del autor que parece haberse dedicado a otra cosa para regresar con mayor intensidad si cabe.

Top novelas recomendadas de AJ Finn

La mujer en la ventana

El arte de la narrativa de suspense nace de una especie de ósmosis entre el personaje y el ambiente. El buen escritor de thrillers maneja esa capacidad de conducirnos de lado a lado de la membrana que nos filtra desde la perspectiva particular del protagonista hasta un entorno amenazante, acechante…, en el que todo apunta a que algo grave va a ocurrir, a medio camino entre la curiosidad y el miedo.

En esta novela A. J. Finn emerge como un gran escritor de novelas de suspense. Un nuevo nombre muy a tener en cuenta. Un joven columnista de importantes periódicos estadounidenses que, como ya hiciera Joel Dicker, aporta nuevos registros de frescura y originalidad para un género siempre necesitado de nuevas voces para redescubrir la tensión psicológica como rica narrativa de entretenimiento. (Ojo, siempre insisto en que lo de «entretenimiento» no es peyorativo. El Quijote fue una de las primeras grandes novelas de aventuras y por tanto de entretenimiento, sin ir más lejos).

Esta novela La mujer en la ventana, cuyo título ya evoca a un símbolo clásico del género (clasicismo cinematográfico al que en cierta forma recurre en su conjunto), nos invita a habitar el mismo hogar neoyorkino que Anna Fox. Una mujer recluida entre sus cuatro paredes y encerrada también en su pasado, que bebe para olvidar o para tratar de recordar en sus delirios de alcohol. Hasta que los Russell aparecen en su vida…

La que parece una familia ejemplar pasa a ocupar la casa de enfrente. Anna los observa con esa curiosidad de quien contempla con melancolía la felicidad ajena. Hasta que la ideal perspectiva se desmorona.

Anna ve, o cree haber visto (el alcohol no es buen amigo de los hechos objetivos sobre los que dar parte a la autoridad) un particular y siniestro suceso familiar. Los Russell dejan entonces de componer una bella estampa para adquirir un tinte absolutamente oscuro, atroz.

Ahora Anna está sola. Demasiado tarde para que alguien la haga caso. Demasiado tarde para escapar de su propia casa que hace ya tiempo la atrapó. Y lo que es peor… Con casi toda probabilidad los Russell saben que Anna vió algo.

Descubrir hasta que punto la debilidad y aislamiento de Anna la puede convertir en víctima perfecta o si finalmente puede salir de su confinamiento, ordenar su mente y conseguir alguna prueba de que no está completamente loca, se convierte en el fundamento de una historia asfixiante, inquietante y de lectura absolutamente arrebatadora…

El Final de la Historia

El virtuosismo, la excelencia… todo desempeño humano tiene ese objetivo que alumbra la obsesión hacia la perfección. En el objetivo del criminal, que juega a ser némesis de Dios como venganza por su transitar por el valle de lágrimas, el fin último debe ser la suma de detalles, el principio, el camino y el fin, todo en uno para que acabe atronando como una siniestra y escalofriante melodía.

«Estaré muerto dentro de tres meses. Ven a contar mi historia». Esta es la escalofriante invitación de Sebastian Trapp, reconocido novelista de misterio, a Nicky Hunter, la profesora y crítica experta en su obra con la que mantiene una relación epistolar. Desde la mansión del autor en San Francisco, Nicky comienza a desentrañar la historia de la vida de Trapp bajo las atentas miradas de su enigmática esposa y de su hija mayor.

Pero Sebastian Trapp es un misterio en sí mismo. Y tal vez un asesino. Hace dos décadas, su primera esposa y su hijo adolescente desaparecieron; el caso nunca se resolvió. ¿Está el maestro del misterio jugando un juego mortal? Cuando un cuerpo emerge en el estanque del jardín, todos se dan cuenta de que el pasado no está enterrado, está esperando.

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