Los 3 mejores libros de Jonathan Lethem

Si el género negro actual es una tendencia con punto de partida en el policíaco, lo de Jonathan Lethem, cuando se acerca a este género, es otro tipo de evolución personalísima desde ese mismo origen. Por momentos parece que la cosa va a romper en un policíaco clásico a lo Chandler, pero al final sus tramas se extienden hacia otras ideas. La cuestión es algo así como tirar de narrativa criminal para purgar o destilar otro tipo de asuntos.

Claro está que el género negro nos lleva hasta lo extremo en lo conductual, en las consecuencias o los motivos para el crimen. Perfilar en ese contexto personajes a uno u otro lado del asesinato de turno posibilita la profundización en abismos hechos modus vivendi. Y al final, si quiere el autor, todo avanza pivotando en torno al crimen o, en el caso de Lethem, lo del asesinato sirve como referencia y marca para todo lo que pueda desarrollarse después.

Pero como decía, lo de Lethem no es solo el noir tangencial. En su bibliografía además encontramos muchas otras novelas que lo acercan más a otro Jonathan de apellido Franzen. Con éste comparte un gusto por la escenografía más sugerente, disruptiva en ocasiones desde lo contracultural. Y también con Franzen comparte la pericia de descomponer la realidad para analizar en sus vivas tramas aspectos que solo los grandes narradores pueden aportarnos.

Propuestas originales que dan ese gusto un tanto extraño por la decisión del escritor de contarnos lo que le viene en gana, transcurriendo ligeramente por el tronco que podría ser principal y llevándonos más allá, hasta las ramas donde penden los frutos definitivos de su intención narrativa.

Top 3 novelas recomendadas de Jonathan Lethem

Huérfanos de Brooklyn

Investigadores, policías y todo tipo de protagonistas en busca del delincuente de turno. Todos ellos de meticulosa construcción por parte del escritor que le da vida. Traumas, culpas, vinculaciones inesperadas… Todo vale para posibilitar el giro argumental. Pero lo de Lionel Essrog es una caracterización genial que nunca podrás olvidar.

«Tengo el síndrome de Tourette». Las palabras salen atropellándose, incontrolables, y las manos no pueden evitar tocar impulsiva y compulsivamente todo lo que tengan cerca. Es el sino de Lionel Essrog, criado en un orfanato y que, junto con sus tres amigos de la infancia, trabaja para un mafiosillo local, Frank Minna, en una agencia ilegal de detectives.

El asesinato de Frank le obligará a sumergirse en la trama, compleja y llena de sombras, de relaciones, amenazas y favores que conforman el Brooklyn que él creía conocer tan bien y donde nadie es lo que parece. Huérfanos de Brooklyn supera con creces lo que podríamos considerar una novela negra, subvierte el género y le confiere nuevos matices hasta lograr un texto sumamente original.

Huérfanos de Brooklyn

El detective salvaje

Salvaje como el mismo mundo que da cobijo a las fieras. Lo de ahí fuera, más allá del insospechado despacho de Phoebe Siegle, es un infierno empeñado en consumir todo vestigio de humanidad. Porque el caso presentado es el detalle, lo importante es el espacio inhóspito que queda después.

El detective salvaje arranca con la visita de una mujer a un detective privado: Phoebe Siegle, una sarcástica neoyorquina, se presenta en la destartalada caravana de Charles Heist, en las afueras de Los Ángeles, para que le ayude a encontrar a Arabella, la hija desaparecida de su amiga.

Las únicas pistas que puede darle son una estrafalaria comunidad budista en California y Leonard Cohen, con quien la chica está obsesionada. Heist, un solitario de pocas palabras que como mascota tiene una zarigüeya en el cajón de su escritorio, aceptará de inmediato a la exuberante y habladora Phoebe como compañera. La insólita pareja se embarcará en un viaje entre los vagabundos de las afueras de Los Ángeles y por los parajes más inhóspitos del desierto de Mojave, donde habitan unas extrañas sociedades fuera de toda ley y orden.

En este noir de tintes apocalípticos, el aclamado autor de Huérfanos de Brooklyn nos traslada a un Estados Unidos convulso y políticamente frágil. El detective salvaje es otro logro extraordinario de uno de los grandes referentes de la literatura estadounidense.

El detective salvaje

Anatomía de un jugador

Bienvenidos al maravilloso mundo de las apuestas. Rachas que van y que vienen para que finalmente la mala suerte lo devore todo. Más aún conforme uno queda sumido en la idea de la revancha como una tentación suicida. Y eso que todo parece empezar bien, irremisiblemente bien.

Alexander Bruno ha hecho del azar su profesión. Con el estuche de backgammon y la funda del esmoquin a cuestas, recorre Berlín hacia la lujosa residencia de herr Köhler, donde jugará la partida que pague las deudas acumuladas después de una racha de mala suerte en Singapur. Pero los dados no están de su parte y el juego se va torciendo. Está convencido de que los dones telepáticos que hasta ahora le habían convertido en ganador le están fallando.

Quizá se deba a la aparición de una incómoda mancha en su campo de visión que le nubla la vista y a causa de la cual deberá viajar a California aceptando la ayuda económica que parece ofrecerle desinteresadamente un viejo amigo de la infancia. Al igual que su visión, su vida se difumina por momentos.

Jonathan Lethem regresa con una novela inquietante y extraordinaria que indaga en cómo las buenas cartas en la partida de la vida pueden volverse contra uno hasta hacerlo desparecer. El profundo retrato psicológico de los protagonistas de esta nueva historia confirma a Lethem como uno de los escritores más brillantes y originales de su generación.

Anatomía de un jugador
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