Desde las antÃpodas hace ya un tiempo que llegó a todo el mundo la particular narrativa romántica de Sally Thorne. Porque mientras gran parte del género rosa se devana los sesos apuntando a lo romántico como tragedias modernas de desamor y despecho, Thorne cultiva ese otra visión del enredo amoroso como argumento esencial del que parodiar la locura del amor y sus imprevisibles consecuencias.
Una lectura refrescante que rebaja tensiones elevando pulsaciones. Porque mejor es sazonar con humor los enamoramientos del dÃa a dÃa que salpicarlos con el amargor de las almas rotas a punto de cocción. Estallido de color para abordar un romanticismo actualizado donde tan pronto un clavo saca otro clavo como que vuelve el mismo clavo a intentar ocupar su lugar.
Idas y venidas, desencantos con aroma a pueril venganza o embobamientos dignos de los más grandes amantes capaces de vender su alma al diablo por repetir una noche de pasión de lo más inesperado. Todo es cuestión de encontrar divertimento y asueto en medio de un ritmo de vida que arrasa con todo. Paréntesis amatorios con gusto a deleite y locura que giran el mundo 180 grados para divisar nuevos horizontes abandonados a la espalda, en ese tiempo pasado de una juventud que parece volver con su frescura y su completo desatino hormonal.
Top 3 novelas recomendadas de Sally Thorne
Cariño, cuánto te odio
Universos opuestos que se encuentran en un casual agujero negro donde todo da vuelta en torno a ellos. Porque de la misma forma que lo más remoto se encuentra cuando planos de mundos paralelos se repliegan, lo de Lucy y Joshua despierta sensaciones de encontronazo no planificado en destino alguno. Apuntando a esa paradójica explosión donde todo acaba y todo empieza.
Lucy Hutton es la asistente de una editora de la vieja escuela, preocupada por la calidad de los tÃtulos que publica. La editora se ve obligada a fusionar su pequeña editorial con una gran editorial comercial, y Lucy se ve obligada a trabajar con Joshua Templeman, el asistente del editor en jefe de la otra editorial, preocupado únicamente por las ventas. Lucy y Joshua se convierten inmediatamente en enemigos, pero del odio al amor ya sabemos que hay sólo un paso…
99 % mÃo
Lo de la posesión como que suena desafortunado hoy en dÃa. Pero el lenguaje es lo que tiene y todos decimos MI pareja porque hay algo de intención por tener en el sentido más materialista. No se pueden tener almas ni abrazos ni caricias. Pero no por eso dejamos de buscar ese 100% nuestro de todo aquello que entre en nuestro espacio, amantes incluÃdos. Visto con humor la cosa cambia y el hecho de que sea imposible controlar el libre albedrÃo de mente y alma de cualquier persona, despierta chirriantes situaciones de lo más cómicas para quien pretende poseer con algún tipo de derecho.
Darcy Barrett ha hecho un sondeo global de hombres. Ha viajado por el mundo y puede afirmar categóricamente que nadie está a la altura de Tom Valeska, cuyo único defecto es que el hermano gemelo de Darcy, Jamie, lo vio primero y lo reclamó para siempre como su mejor amigo. A pesar de los esfuerzos de Darcy, Tom está fuera de su alcance y es leal a su hermano en un 99%. Ese fue el problema de encontrar al hombre de sus sueños a los ocho años y alcanzar el punto máximo en su carrera fotográfica a los veinte: desde entonces, ha tenido que aprender a conformarse con segundos platos.
Cuando Darcy y Jamie heredan de su abuela una casa de campo en ruinas, reciben también instrucciones estrictas para devolverle su antigua gloria y vender luego la propiedad. Darcy planea estar en un asiento de pasillo sobrevolando el océano cuando comiencen las reformas, pero antes de que pueda salir corriendo, ve una cara familiar en el porche: el extraordinario Tom ha llegado, es el contratista, lleva herramientas eléctricas y está soltero por primera vez en casi una década.
De repente, Darcy está considerando quedarse para asegurarse de que su gemelo no arruine el encanto de la casa con su afición por el gris y el cromo. No se queda por las camisetas ajustadas de su nuevo socio de negocios, ni por esa cara perfecta que la inspira para coger la cámara otra vez. Pronto saltan chispas, y no es el cableado defectuoso. Tal vez el 1% del corazón de Tom ya no sea suficiente para Darcy. Esta vez, ella está cambiando las tornas: va a hacer que Tom Valeska sea 99% suyo.
Segundas primeras impresiones
La segunda impresión tiene mucho más de cierto que la primera. Y ocurre que suele ser opuesta. Porque en cuanto nos comunicamos con el prójimo, todos los prejuicios desaparecen, para bien, para mal o para regular…
Ruthie Midona lleva años trabajando en la administración del complejo Providence, a la entera disposición de los adinerados residentes y de las especies raras de tortugas que rondan por el impecable césped. Sigue una rutina sin apenas cambios. Hasta que conoce a Teddy Prescott, el hijo del nuevo propietario de Providence, y su nuevo vecino. Alto, tatuado y con el pelo más maravilloso del mundo, Teddy está ahorrando para hacer realidad su sueño de abrir un salón de tatuajes. Es la definición personificada del riesgo, y deja deslumbrada a Ruthie a primera vista… hasta que la confunde con una ancianita.
Ruthie descubre la forma perfecta de vengarse de Teddy y su insultante primera impresión: las residentes más excéntricas acaban de poner un anuncio (¡sÃ, otro!) en busca de un ayudante personal a quien atormentar. Las Parloni tienen noventa años, son unas pequeñas amenazas andantes y ninguno de sus ayudantes ha durado ni una semana. Ruthie reconoce a un pusilánime en cuanto lo ve y está más que dispuesta a ofrecerles a Teddy.
Para sorpresa de Ruthie, Teddy demuestra ser el empleado definitivo y despliega su encanto por toda la villa, incluido el corazón de Ruthie, llenándolo con su visión chispeante, nunca seria, de la vida. Pero con el futuro de Providence pendiendo de un hilo y los planes de la familia de Teddy amenazando con destruir el pequeño universo de Ruthie, ¿estará Teddy ahà cuando más lo necesite?