Los 3 mejores libros de Rodrigo Cortés

Literatura que levanta artificios y trampantojos sobre lo conocido. Letras cargadas de sátira o de surrealismo rampante para un mundo cada vez más trágicamente hiperrreal. Lo de Rodrigo Cortés es esa narrativa de vuelta de todo que en ocasiones incluso se viste de faralaes históricos para desestructurar la Historia. Más que nada para presentar un menú narrativo de sucesos bien cocinados, al punto de cómo las cosas debieran haber sido si el mundo fuera un lugar pelín más cómico desde su naturaleza esperpéntica.

Para echar unas risas, para desmitificar mitos o para desnudar sentimientos patrióticos u otras pantomimas a uno u otro lado de cualquier río sobre el que corren discordias atemporales. Solo que en la sátira y el disparate también queda un poso de amargor, de imposible reconciliación con lo humano, de aceptación de la animadversión como algo connatural a lo humano…

Aunque no solo de requeteficciones históricas vive el escritor. Porque también la actualidad precisa de un buen maqueado con el que hacerla soportable. Y eso que no hay disfraz fácil para tanto de-sastre sin costuras. Para entenderlo todo desde el prisma de lo irracional (ya que la cosa tiene poco sentido), lo mejor es entregarse a novelas sin complejos como las de Santiago Lorenzo o Pablo Tusset. Por citar algunas similitudes con un Rodrigo Cortés que cerraría el triángulo perfecto con el que redescubrir la verdad más atrofiada del mundo.

Top 3 novelas recomendadas de Rodrigo Cortés

Los años extraordinarios

La palabra extraordinario apunta siempre a un umbral entre lo excepcionalmente bueno y lo que se ha ido completamente de madre para alcanzar la completa fantasía. Y de eso va esta novela que frisa los imposibles y las ucronías para presentarnos las cosas tal como debieran haber ocurrido si Dios jugara a los dados con el destino y tuviera un mal día en las Vegas o en el casino del barrio…

Los años extraordinarios recoge las memorias de Jaime Fanjul, nacido en Salamanca en 1902 en el seno de una familia burguesa apasionada por las serpientes, y nos propone un recorrido valleinclanesco por el siglo XX a través de sus recuerdos y viajes. No hay clave fundamental del siglo que esta prodigiosa novela no evoque: de la llegada del mar a Salamanca al breve auge de los coches impulsados por el pensamiento; de la terrible crueldad de las cárceles portuguesas a la guerra de los de Alicante contra España (y los holandeses contra el resto del mundo); de las hazañas del Miseno, barco submarino transitador de túneles, a las insólitas habilidades de los teósofos, capaces de levitar unos centímetros por encima de la silla; de la llegada boca abajo del hombre a la Luna al cambio de ubicación de la ciudad de París en 1940.

En Los años extraordinarios caben los niños con poderes antiguos, los esclavos que aterrorizan a sus amos, los fantasmas con ropa de sastre, las jovencitas de ochenta años, los judíos que cambian el tiempo, las peleas a puñetazo limpio con monjas bravas, los talleres de estropear cosas… Jaime Fanjul recorre el mundo contando lo mucho que le pasa y lo poco que aprende. Serio, observador, sin queja, rememora su camino con humor imprevisible y aliento poético.

Los años extraordinarios

Dormir es de patos

Celebrémoslo: ¡a las tres vuelven a ser las dos! Rodrigo Cortés regresa con una nueva selección de sus memorables breverías, agudas, mordaces, engañosamente ligeras, socarronas, divertidas y siempre inteligentes. En la tradición del Ambrose Bierce más irónico y de las más afiladas antologías de Lichtenberg, Dormir es de patos destila un desencanto sordo ante la realidad que Rodrigo Cortés lleva con envidiable humor.

Rebosa crítica («Muchos puestos de trabajo son prescindibles; por ejemplo: los de los demás», «¿Quién es la que está cayendo?»); llamadas de atención («¡Dadme autobombo!», «Es una lástima que no haya que pagar por opinar»); dardos envenenados («Una vez puse la radio en agosto, no me gusta hablar de ello», «Escucho emisoras de tendencias diferentes para fundar mejor mis prejuicios»); esclarecimientos («Sugerir es ordenar bajito», «La mente es un campo minado, y, si no, es un campo vacío»); guiños al cine («Hay películas que te ven a ti», «El hombre, como el cine, es asombro y espanto»), y mucha guasa («No es alcoholismo si no pagas tú», «Poco se reconoce la contribución de las misses a la paz mundial»). La lúcida mirada de Rodrigo Cortés, que comprime la verdad en píldoras llenas de brillantez para enfrentarnos a nuestros absurdos, corre suelta de página en página y hace explotar, a cada segundo, una de sus bombas de mano. ¿Es el delirio de Rodrigo Cortés cuadrado o, simplemente, redondo? ¡«Acomplejados vitamínicos» para todos!

Cuentos telúricos

Los cuentos que nos acogen a todos como especie. El hecho diferencial del humano empezó despuntando desde una imaginación en busca de las explicaciones que acabaron en mitos, leyendas y muchos cuentos. Aún hoy los cuentos son necesarios, pero su naturaleza ha cambiado. Ya no explican nada porque lo saben todo. Aún a pesar de estar tremendamente equivocados.

Cuentos telúricos es una antología de cuentos casi fantásticos, o una colección de relatos mágicos por poco. En Cuentos telúricos caben los califas venerables, los hombres reptil, las niñas listas, los personajes atrapados dentro de personajes, las cartas llegadas del futuro, los círculos en los campos de cereal, los volcanes furibundos, las declaraciones de amor cuántico, los gatos, las abducciones, las emanaciones invisibles surgidas del corazón de la tierra, los calamares gigantes, las fábulas sin moraleja, los curas inmateriales, las mujeres del tiempo… Rodrigo Cortés demuestra una vez más que, si realidad y magia no son lo mismo, son, para su pluma, indistinguibles.

Cuentos telúricos

Otros libros recomendados de Rodrigo Cortés

Sí importa el modo en que un hombre se hunde

La paradoja de los nuevos ricos que se descubren incapaces de gobernar su destino, Mitad culpa de Hacienda (¿Quién la esperaba?), y otro tanto culpa de las decisiones que el dinero fuerza como tentaciones diabólicas. Fuegos fatuos durante los cuales el mundo se pone de cara. Hasta que se descubre que todo era cosa de los minutos de gloria de Warhol al precio más caro del mundo.

Martín Circo Martín gana el mayor premio jamás concedido en la historia de la televisión: tres millones de euros en apartamentos, trajes, coches, obras de arte, equipos electrónicos… y esas bolas chinas que relajan a los chinos y ponen nervioso al resto del mundo. Pero la buena suerte también puede ser mala, y el premio activa una trampa económica que arroja a Martín por una autopista vertical al más kafkiano de los infiernos.

Sí importa el modo en que un hombre se hunde es una tragedia contemporánea, una sátira divertidísima y despiadada sobre la maquinaria financiera que nos aplasta y cómo la sangre de un hombre no basta para saldar su deuda, confirmando a Rodrigo Cortés como una de las plumas más afiladas, ingeniosas y ácidas de los últimos años.

Sí importa el modo en que un hombre se hunde
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