Los 3 mejores libros de Robert Walser

En el caso de Robert Walser, el escritor cobijaba al loco anhelante de tomar los mandos. En dosis adecuadas de locura surgieron grandes libros entre la otra vocación poética que también ocupaba al primer Walser. Pero toda mente sumida en los laberintos interiores de la pena, el dolor, el miedo o el olvido acaba por claudicar de la razón y, por lo tanto, de la literatura en el caso de Walser.

Falsas idealizaciones pseudo románticas aparte sobre cualquier tipo de demencia o locura, la prolífica bibliografía de este escritor suizo destaca en mayor medida en sus primeras confirmaciones como novelista joven y se diluye en etapas posteriores. Walser se entregó siempre a la literatura como refugio frente a sus traumas e incapacidades. Pero solo en ciertos momentos encontró en la literatura esa extraña lucidez al borde del abismo. Una lucidez que, eso sí, le brindó la oportunidad de componer grandes historias.

Con el asunto de Walser y la enfermedad mental se abre un interesante espacio donde tendrían cabida otros muchos escritores de todas las épocas, desde Edgar Allan Poe hasta Foster Wallace. Pero eso sería otro asunto a abordar. De momento nos quedamos con lo mejor de Robert Walser.

Top 3 novelas recomendas de Robert Walser

Los hermanos Tanner

La franqueza con la que el autor abordó esta obra hace que de inmediato se descubra una transmutación indisimulada de su personalidad. Todo tiene su justificación o su excusa, desde la excentricidad más evidente hasta la obsesión más íntima. Hacer literatura de lo que nos mueve como un dictado que no nos conduce a ser como los demás es una heroicidad creativa.

La cuestión es que, más allá de que Simón, su protagonista, puede ser o no Robert Walser, esa franqueza se extiende como un acongojante manto de certidumbres, evidencias, verdades incómodas y sensaciones de lo imperativo de la vida, de ese presente como hecho único indudable. Lo de nuestro empeño en no vivir ni ocupar ese espacio que determina cada segundo que pasa en el mismísimo instante en el que respiramos es la más incómoda de las contradicciones. Descubrirlo puede ser tan cierto como demencial. Lo supo de inmediato Robert Walser y así lo plasmó en esta primera novela brillante de su vida.

Los Tanner son una caterva de perdedores, quizás marcados por el apellido (la genética) o acaso mal encauzados por las circunstancias. La cuestión es descubrir en ellos y ellas esa condena del destino. Así no queda otra que caminar degustando ese presente en el camino, donde no hay derrotas ni penurias, solo camino y cadencias de segundos y de respiración.

Los hermanos Tanner

Jakob von Gunten

Desde bien joven, Walser ya parecía adivinar en la anulación de toda voluntad y ambición, una gran conquista para vivir alejado de existencias insustanciales que acaban en vidas hueras y culpas. Quizás también se tratara de una forma de encauzar sus fobias sociales más marcadas. La cuestión es que la idea caló extrañamente, como el joven de El guardián entre el centeno de Salinger, pero en un contexto más nihilista si cabe.

«Aquí se aprende muy poco, falta personal docente y nosotros, los muchachos del Instituto Benjamenta, jamás llegaremos a nada, es decir, que el día de mañana seremos todos gente muy modesta y subordinada. La enseñanza que nos imparten consiste básicamente en inculcarnos paciencia y obediencia, dos cualidades que prometen escaso o ningún éxito. Éxitos interiores, eso sí. Pero ¿qué ventaja se obtiene de ellos? ¿A quién dan de comer las conquistas interiores?»

Así empieza Jakob von Gunten, la tercera novela de Robert Walser, la más amada por el autor, pero también la más discutida e innovadora, escrita en 1909 en Berlín, tres años después de haber dejado el Instituto donde se había educado. Y el gran protagonista de esta «historia singularmente delicada», según un juicio de Walter Benjamin, es el propio Instituto Benjamenta: el alumno Jakob, a través de su diario, nos introduce en todos sus secretos, en sus dramas y pequeñas tragedias y en todos sus misterios, convirtiéndolo en uno de los escenarios más memorables de la literatura del siglo XX.

Jakob von Gunten

El ayudante

En su momento, esta novela tuvo un punto más morboso por aproximarse en gran medida a unos hechos ciertos en torno a una época en la que Walser estuvo al servicio de un personaje relevante de su época. Actualmente, se trata de otra cosa. Porque la visión de Walser, transmutado en el servicial Joseph, nos transporta a esas interioridades de las parejas que rompen, de las convivencias que estallan, de las heridas que se abren para ya nunca más cerrar.

El ayudante cuenta, con una ironía extraordinaria, la historia del ingeniero Tobler, que se separó de su mujer y sus cuatro hijos después de arruinarse, proceso al que asistirá paso a paso, y de la manera más sumisa, su fiel empleado Joseph. Walser narra una experiencia autobiográfica, apenas alterada, después de trabajar seis meses en la casa del ingeniero Dubler. La novela se publicó en 1908, y fue acogida por la crítica con el mayor de los entusiasmos.

El ayudante
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