Los 3 mejores libros de Juan Francisco Ferrándiz

Incorporo a Juan Francisco Ferrándiz a la pléyade de grandes narradores actuales de novela histórica made in Spain. Me refiero a autores de varias generaciones como Chufo LLorens, Luis Zueco o José Luis Corral. Porque todos ellos a su manera, con más o menos parte de crónica o ficción, nos encandilan con esa revisión de escenarios que podemos transitar como turistas del tiempo.

En el particular caso de Ferrándiz, en no pocas ocasiones su gusto por lo legendario como trasfondo nos despierta esa sensación de intriga desde lo ignoto atravesando cualquier escenario histórico. Porque más allá de los hechos, el pasado más remoto queda cubierto por esa pátina de lo mágico, de los mitos ancestrales, de lo religioso como fundamento de lo social y lo bélico.

Acercarnos a la Historia en el caso de Ferrándiz es despertar imaginarios atávicos cargados de supersticiones y creencias para abordar lo desconocido. Personajes que se mueven entre esas lejanas sombras de nuestra civilización cuando lo misterioso formaba parte de las creencias y donde las primeras luces del conocimiento trataban de disipar las pesadas brumas que pendían hasta de la conciencia para mejor servicio de señores, reyes y abades…

Top 3 novelas recomendadas de Juan Francisco Ferrándiz

La tierra maldita

En los tiempos que corren, escribir una novela histórica ambientada en Barcelona corre el riesgo de despertar suspicacias de todo tipo, de uno u otro lado. Pero al final la buena literatura se encarga de desbaratar prejuicios.

Juan Francisco Ferrándiz nos ofrece una historia en pleno siglo de los normandos. El IX fue una época de falsa unidad imperial sustentada en la cristiandad, cuya única amenaza teórica era la de los vikingos, poco dados a unificaciones y menos en base a creencias institucionalizadoras y con tendencia impositiva.

¿Qué sería de Barcelona en aquellos tiempos? Para empezar tenemos que replantear la fisonomía actual de la capital catalana, lógicamente. En aquellos días Barcelona pasaba por ser una pequeña ciudad aislada y expuesta a embestidas provenientes desde el sur del mediterráneo unas veces y del norte de Europa en otras.

El obispo Frodoi llegó a la ciudad en el 861, con poco ánimo por considerar que aquello era un alejamiento de los centros neurálgicos imperiales. Sin embargo, el propio Frodoi prolongó su estadía hasta su fallecimiento casi treinta años después.

Varios motivos lo llevaron a permanecer en aquella última frontera del imperio, sin intención por medrar en otros lugares de mayor reclamo entre los suyos. En primer lugar la noble Goda lo cautivó y lo enfrascó en la causa de la ciudad. Porque Goda amaba Barcelona y esperaba para ella un mejor destino que el actual.

Y la historia se convierte entonces en aventura. Frente a los ataques de diversos pueblos y a los abusos de sus propios nobles, más orientados a su propia gloria que a la revitalización de la ciudad, Frodoi, Goda y otros aliados que van surgiendo se empecinarán en glorificar la ciudad, en procurarle un destino mejor.

Diferentes esferas de la ciudad se involucran en la causa, desde Isembard de Tenes con sus orígenes nobles que parecerían más comprometidos con la perpetuación de las clases pudientes del momento, hasta Elisia la tabernera, inteligente y visionaria, mujer convencida de que efectivamente Barcelona merecía otros gobernantes y otras consideraciones.

La tierra maldita, Ferrándiz

El juicio del agua

Un rito de siniestra concepción bíblica como punto de partida para una historia que precisamente nos sumerge en esas aguas turbias de una moral capaz de retorcer los mejores principios para entregarlos al albur, al capricho de los que mandan…

En una gélida mañana de 1170, un juicio cruel sella los destinos de dos familias enfrentadas por la avaricia y los usos feudales. Según marca la tradición, los primogénitos de las dos casas, de apenas meses de edad, deben ser sumergidos en agua helada. El que se hunda será el escogido de Dios, y eso dará la razón a su familia.

Tras el lastimoso evento, Blanca, la hija del noble Ramón de Corviu, resulta elegida, y Robert de Tramontana, el Condenado, tiene que ver durante años cómo los vencedores se apoderan de todas sus posesiones. Pero, en esos instantes en que ambos lucharon por sobrevivir, nació entre ellos una unión especial e inquebrantable. Y a la vez, en el alma del perdedor germinó el deseo de alcanzar un mundo más justo, alejado de las supersticiones.

Años después, el joven Robert abandona sus tierras para dedicarse al estudio de las leyes en Barcelona y en la lejana Bolonia, mientras combate contra el odio y las traiciones de sus enemigos. El hallazgo de un antiguo libro lo convierte en pionero de una gran renovación y no está solo en la lucha; en su corazón viaja siempre el recuerdo de Blanca, la joven con quien compartió el infame juicio del agua.

El juicio del agua, Ferrándiz

La llama de la sabiduría

El siempre soterrado papel de la mujer hasta tiempos bien recientes. Una trama que bruñe con mimo ese esplendor del detalle, de la voluntad firme, del empeño de una mujer por salir adelante como objetivo vital pero de gran peso simbólico en su mayor definición.

Valencia, 1486. Tras la muerte de sus padres en extrañas circunstancias, la joven Irene Bellvent se pone al frente de En Sorell, el hospital al que su familia ha dedicado la vida, con la intención de seguir atendiendo a los más desfavorecidos de la ciudad. Las leyes, sin embargo, conspiran en su contra: como mujer, se la considera incompleta e incapaz de hacer nada por sí sola, de modo que está obligada a encontrar un marido para poder llevar adelante sus planes.

Pero la cortedad de miras y la misoginia imperantes no son los únicos problemas a los que Irene deberá enfrentarse. Ni tampoco las deudas ingentes que acosan al hospital. Su principal obstáculo es el peligro que se cierne en torno a su amado En Sorell, una amenaza ominosa y letal decidida a destruir el lugar y a sus moradores. El fruto de una venganza cuyos orígenes se remontan a muchos años atrás… a una misteriosa academia femenina que defendía conceptos tan revolucionarios como la dignidad de la mujer y su igualdad moral e intelectual.

La llama de la sabiduría, Ferrándiz
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