Los 3 mejores libros de Ricardo Menéndez Salmón

Hay algo de sinergia literaria entre Ricardo Menéndez Salmón y Víctor del Árbol. Al menos en algunas de sus novelas. Porque en ambos, cada cual en su estilo, disfrutamos de tramas profundas disfrazadas hábilmente de géneros de éxito.

Cierto es que el suspense o el noir son escenarios que pueden concitar planteamientos hasta existencialistas en torno a la más honda tensión psicológica o hasta en el crimen con su propia vinculación con vida y muerte.

Aunque en el caso de Ricardo Menéndez, con una carrera literaria ya más extendida, no le ha bastado con un género concreto para volcar todas esas ideas del escritor prolífico. En muchas de otras novelas encontramos ese tratamiento de temas esenciales como el amor, la muerte, las ausencias… y en dispares escenarios que también lo ubican con escritor de ficciones históricas incluso.

Un autor todoterreno del que disfrutar en su ya extensa bibliografía que ronda los veinte libros. Uno de esos fijos de estantería en cualquier biblioteca actual que se precie.

Top 3 novelas recomendadas de Ricardo Menéndez Salmón

El sistema

Siendo uno gustoso lector de todo tipo de distopías que siempre aseguran un punto de ciencia ficción donde se mueve la sugerente acción colmada por habituales posos reflexivos (más aún en un escritor licenciado en filosofía como es Ricardo), esta novela me tenía ganado de antemano.

Después está el tratamiento de la distopía, las habituales y necesarias justificaciones para haber llegado hasta el punto de referencia de la novela. Convincente es poco porque Ricardo sabiamente lo concentra todo en la deriva ideológica capaz de capitalizar cualquier cambio por abismal que sea. Todo lo demás es aventura muy disfrutable y proyección metafísica de la que se devora con fruición desde su trasfondo fantástico. En una época futura, nuestro planeta se ha convertido en un archipiélago en el que conviven dos fuerzas: los Propios, súbditos de las islas, y los Ajenos, desterrados tras disputas ideológicas y económicas.

Dentro del Sistema existe una isla llamada Realidad, donde el Narrador vigila la probable aparición de los enemigos del orden. Pero a medida que éste se agrieta y el centinela pierde sus certezas, el Narrador se convierte en un hombre peligroso, en un pensador incómodo.

Combinando lo íntimo con lo político, la privacidad con la Historia, El Sistema se asoma a lo distópico, la alegoría, la investigación metafísica y la lectura apocalíptica. En sus páginas tienen cabida asuntos como la pregunta por la identidad, el miedo al Otro, la búsqueda de un relato que nos permita interpretar la complejidad del mundo, e incluso la posibilidad de un tiempo poshumano.

El Sistema

No entres dócilmente en esa noche quieta

Todo escritor tiene sus deudas personales, su propia historia que de alguna forma va contando en sus libros, de manera desmenuzada, atomizada en personajes o situaciones.

Hasta que muchos de ellos, los escritores entregados a su obra, acaban por trasladarse a su mundo de ficción y se convierten en protagonistas, exhibiendo con más fuerza si cabe su visión del mundo cargada desde sus nociones, impresiones y vivencias. Siempre bajo el disfraz de la trama más oportuna.Este libro comienza en la habitación donde un hombre agoniza mientras su hijo, el escritor Ricardo Menéndez Salmón, busca en el último paisaje que su padre ha contemplado una revelación que quizá no exista. No entres dócilmente en esa noche quieta es una ofrenda, una elegía y una expiación; el intento por reconstruir una existencia que camina hacia la madurez, la de quien escribe, a través de una existencia que se ha agotado sin remedio, y la de quien le entregó la vida.

Como Philip Roth en Patrimonio, como Amos Oz en Una historia de amor y oscuridad, como Peter Handke en Desgracia impeorable, Ricardo Menéndez Salmón se zambulle en las aguas de la historia familiar para explicarse a sí mismo a través de las luces y sombras de su padre. El resultado es un texto que recorre las estancias del heroísmo y la miseria, la bondad y el desdén, el gozo y la enfermedad, y que nos entrega un documento de contenida emoción y ardiente honestidad.

No entres dócilmente en esa noche quieta

La ofensa

En alguna novela de Ruiz Zafón creo recordar haber leído como un protagonista expone su intención de dejar atrás el pasado y si podía su piel anterior y sus recuerdos. Pero no se puede mutar tan fácil ni extirparse el cerebro ni tan siquiera la capa más externa de la dermis, por donde llegó el tacto y sus sensaciones de nuestros peores días.

Si el cuerpo es la frontera entre nosotros y el mundo, ¿cómo puede el cuerpo defendernos del horror? ¿Cuánto dolor puede soportar un hombre? ¿Puede el amor salvar a quien carece de esperanza? Éstas son algunas de las cuestiones implícitas en La ofensa, la historia de Kurt Crüwell, un joven sastre alemán a quien el estallido de la Segunda Guerra Mundial empujará a vivir una experiencia tan radical como insólita.

Metáfora de un siglo trágico, la existencia de Kurt se transformará en un vertiginoso viaje a las raíces del Mal, identificado en esta intensa novela con la cosmovisión del nazismo, pero también en un conmovedor ejemplo de la capacidad del amor para expiar el dolor del mundo y en una originalísima reflexión a propósito de la grandeza y miseria del cuerpo humano.

La ofensa
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